sábado, 16 de agosto de 2008

NEGURA BUNGET - OM


Hacía tiempo que quería subir algo de esta banda, pero no me decidía entre su debut “Zirnindu-Sa”, que es al mismo tiempo el más crudo y el que tiene teclados más prominentes, y el “Maiastru Sfetnic”. Pero curiosamente me he acabado decantando por su último disco tras escucharlo mejor ayer mismo, ya que en su momento no le saqué todo el jugo porque es un grupo con tendencia a estirar mucho las canciones y uno debe tomarse su tiempo con sus discos.

Antes de nada, lo que siempre atrae a la gente que no los conoce es que provienen de Rumanía y así se suele suponer que poseen una oscuridad inherente, y vaya si así es. Beben mucho del Black Metal escandinavo tradicional, como así podemos ver en su debut, pero han ido experimentando de manera que su progresión es muy notable si escuchas sus discos en orden. Y, mucho ojo, porque no se pasan de vanguardistas como les pasa a esa gran mayoría de bandas que quieren experimentar para sonar diferentes.
Son muchos los que (yo por ejemplo) conocieron la banda de mano de su anterior “n Crugu Bradului”, así que empezaré diciendo que en este nuevo álbum de finales del 2006 han ido algo más allá de lo que ya conocimos en su predecesor, pero manteniendo ese estilo suyo propio y reconocible.

No se apartan del Black Metal de toda la vida como decía, con una caótica maraña de guitarras espesas y crujientes envueltas por distorsiones bastantes efectivas, y una voz rasgada algo tosca que veo más similar a la de bandas paganas que a las de Black como la típica desgarrada (parecida a la de Profanum, por cierto) que tenían en su debut. También inlcuyen distintas voces limpias, aunque personalmente me desagradan la mayoría, tanto como las intervenciones vocales de Vortex en Dimmu Borgir.
Siempre se les ha dado bien meter atmósferas oscuras de teclado sin que este elemento se vuelva omnipresente, escogiendo momentos en que quieren crear ambientes místicos. Y en este disco no es para menos, cualquiera que haya escuchado a Sear Bliss me entenderá si digo que estos dos grupos tienen en común recrear atmósferas que no has visto en otras bandas.
Otro añadido atmosférico, que les hace más únicos además, es el proveniente de instrumentos tradicionales de su tierra, apareciendo así en algunos pasajes flautas, trompas, xilófonos y percusiones en madera. Este último elemento es muy peculiar y hace que, junto al ambiente de los teclados, nos sintamos parte de rituales en el corazón de un bosque cárpato. Precisamente las letras (que no podemos analizar por estar en rumano) tratan sobre la naturaleza y temas espirituales.

Lo negativo, para mi gusto personal, es que alargan mucho los temas como dije antes, y hay pasajes que pueden aburrir un poco si un día no estás muy paciente y relajado. Pero no deja de ser un muy buen disco con estilo propio.

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