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lunes, 19 de marzo de 2012

DRUDKH - Eternal Turn Of The Wheel



Volvamos a la faena de comentar novedades, que parece que está siendo el único año que comienzo los primeros meses reseñando una remesa de nuevos discos. A día de hoy, bien conocidos son ya estos ucranianos por los amantes del Black Metal, una de esas bandas que han pegado fuerte en la última década ganando un título de clásico moderno.

Cuando hablamos de grupos tan reconocidos, no está de más repasar un poco su trayectoria para ubicar el más reciente álbum. Comenzaron, como otros tantos grupos de introspectiva inspiración boscosa, con la influencia de los inevitables Burzum, dando pasos más allá de la senda noruega en busca de su propia intimidad. Así es como fueron retorciendo las nudosidades de su tronco para ramificar un estilo muy elaborado dentro de los cánones blackers. Una evolución que les llevó en 2010 a editar un disco, "Handful of stars", con unos elementos modernos que disgustaron a los fans más tradicionales. A otros les gustó, y yo no entraré en el debate, pero lo que no les perdoné fue aquel proyecto paralelo en colaboración con aquel músico de actualidad, algo que no me esperaba de ellos para nada.

Sean cuales sean sus motivos, han regresado este año con un disco que mira hacia atrás con la mirada de un anciano cansado y taciturno, una vuelta a sus sonidos más sucios y crudos que sí ha deleitado a sus seguidores nuevamente.
Una producción turbia pero distinguible cubre con su terroso manto unas guitarras crudas, marcadas por baterías que avasallan del mismo modo que trotan más ambientalmente. Y, hablando de ambientes, recurren a ocasionales teclados de noventera oscuridad que ayudan a arraigar esa atmósfera propia del ermitaño que palpita acompasadamente con las coníferas y la tierra; también echan mano de acústicas y momentos lentos a modo de interludio con el zumbido de las guitarras cortando el frío aire matutino de los teclados. La voz rasgada denota la tumefacción de aquel que gruñe para ser dejado a solas, con un tono muy eslavo como podemos comprobar.

En resumidas cuentas, un regreso a los alientos invernales y espíritus de las frondas como en los viejos tiempos de Negura Bunget o Blut Aus Nord entre otros, aunque con destellos actuales, que nadie se engañe. Una música adecuada para acompañar a las grullas en sus migraciones otoñales (cosa que refieren en una canción, que sé que la mayoría ni se fijará).


miércoles, 23 de septiembre de 2009

DRUDKH - Autumn Aurora


¿Qué mejor manera de conmemorar la entrada oficial del otoño? Pues con un disco que lo lleva en el título, en la portada y en todo su sonido, por supuesto.
Estos discretos ucranianos, que jamás conceden entrevistas (ojalá lo hiciesen también algunos bocazas), son todo un ejemplo de que el Black Metal no está muerto como muchos claman. Cierto es que ya no son lo mismo la grandes bandas noruegas de antaño y nunca volverán a editar discos a la manera que tanto nos gustaría, pero en tiempos recientes también surgen grandes formaciones que podemos considerar como clásicos modernos, y para muestra esta banda que debutó en esta última década.

Podría haber escogido su “Blood in our Wells” de 2006, gran álbum sin duda, pero no puedo evitar inclinarme por el disco con el que los conocí, su segundo trabajo de 2004 que me parece siempre una buenísima opción para comenzar con Drudkh.
Para quien aún no los conozca, parten del sonido de Burzum pero yendo más allá, aportando su toque distintivo y haciendo que un sencillo Black Metal atmosférico tenga una profundidad impresionante.
Lo que más me gusta es que incorporaron por primera vez teclados, unos sintetizadores ambientales que se funden con las densas guitarras para crear el cromatismo del follaje otoñal y el olor a lluvia reciente de los senderos de los bosques de la Europa del este. Hablando de guitarras, pueden estar tranquilos los que no toleren las guitarras demasiado zumbantes y chirriantes, porque aquí no es así, al igual que las voces rudas y muy distribuidas no tienen que ver con los gritos agónicos de Burzum (por suerte).

Hay algún lucimiento con la guitarra, pero la tónica general son los largos y lentos pasajes instrumentales con reconfortantes teclados y acústicas junto a las hechizantes guitarras, e incluso en el tema “Sunwheel” disfrutamos de un tono más Folk.
Encaja entonces del todo con su inspiración lírica sobre naturaleza, mitología y poesía eslava, aunque también hay que decir que nunca han mostrado las letras de algunos discos (como éste precisamente).

Son ya tan reconocidos que casi no hace falta recomendarlos, pero tampoco está de más aprovechar la ocasión para recalcar lo adecuada que es esta banda para seguidores cercanos de Wolves In The Throne Room, Negura Bunget, Fen, Ulver y demás paseos por sendas alfombradas de cobriza hojarasca.