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viernes, 6 de noviembre de 2009

MYSTIC CIRCLE - Morgenröte (Der Schrei Nach Finsternis)


He comentado en varias ocasiones que el Black Sinfónico de los 90 dio muchas buenas bandas entre otras que estaban allí por moda, y a veces he pensado que Mystic Circle se convirtieron en ejemplo de eso último cuando de pronto pasaron a tocar un pomposo sinfonismo al estilo de Cradle of Filth (que personalmente no me cuadra mucho con su estética satánica). Pero pasemos a analizar este debut de 1996 en el que mostraban una faceta bastante diferente.

Viendo la portada cualquiera pensaría en un disco repleto de barrocos teclados, pianos y coros, al igual que nos sucede por primera vez con Siebenbürgen y Abyssos. Pero, al igual que con esos dos grupos, lo que nos encontramos es algo más austero y guitarrero con las partes de teclados muy dispersas.
Ya que nombro a esos dos grupos suecos, este álbum suena bastante a discos de los 90 de esas tierras, y a mí personalmente me recuerda en especial al debut “Loreia” de Siebenbürgen.
Tengo mis motivos para pensar en ese disco cada vez que escucho este CD: el sonido de guitarras, melódicas pero densas, y la escasa pero agradable presencia de elementos atmosféricos.

Los escasos teclados son sutiles y están muy distribuidos, pero con un sonido ciertamente vampírico que no hemos vuelto a escuchar jamás en ningún trabajo de este grupo, y me dejan con ganas de más cantidad porque tienen mucho encanto noventero esos tímidos órganos y efectos como campanas, latigazos, lobos y demás sonidos propios de una película de antaño (ahora las películas de vampiros cuentan con bandas sonoras discotequeras). Lo mismo digo de detalles vocales como el uso de unas pocas voces claras masculinas muy discretas y sugerentes, o unas seductoras femeninas. Y, ya que hablo de voces, la voz de su vocalista nunca me gustó del todo porque me parecía más adecuado para una banda como God Dethroned, aunque en este disco su voz es más desgarrada que nunca y me satisface holgadamente.

También la producción dota al disco del atractivo noventero, sin ser muy sucia, aunque la batería a veces tenga ese sonido como enlatado que todos conocemos.
Muy adecuado para amantes de los primeros Ancient Ceremony (aunque sin su sinfonismo en este caso), Abyssos y Siebenbürgen, además de las películas de la Hammer Productions y el Drácula de Stoker.

sábado, 27 de septiembre de 2008

MYSTIC CIRCLE - The Great Beast


No está nada mal dar segundas (y terceras) oportunidades a bandas que uno tenía aparcadas desde hacía mucho tiempo. Yo descubrí a estos alemanes con su disco más popular, “Infernal satanic verses”, que no me convenció del todo a pesar de ser un buen trabajo y fui indagando en su discografía hasta llegar a la conclusión de que es en este disco que os presento donde me agradan de verdad (junto con su debut “Morgenröte”).

Puede ser que si los presento como Black Sinfónico se extrañen quienes los conozcan por sus recientes trabajos, que son cañeros y directos y no tienen teclados, pero resulta que es el estilo que adoptaron tras la salida de su teclista y activo compositor. Así pues en sus anteriores discos eran muy sinfónicos y esto no pudo ser factible sin la presencia de ese músico, y precisamente este álbum es el último que hicieron con un gran despliegue de teclados además de ser el primero con el nuevo logo de la banda (ya conocemos de sobra la manía de los grupos por cambiar sus logos por otros más legibles).
El citado “Infernal satanic verses” tenía para mí un pequeño problema, porque presentaba un sinfonismo muy propio de Cradle of Filth (incluso con la misma vocalista femenina como invitada) dentro de un contexto que no me parecía muy coherente, pues esta banda tiene un contenido lírico muy diabólico a lo Dark Funeral (facilón y un poco infantil, ya sabéis) y una voz seca y simple más propia de un grupo cañero y bestia.
Para ese disco cambiaron algunas cosas y los teclados se adecuaron mejor al concepto de la banda. El primer cambio es un leve descenso de la velocidad, con más medios tiempos y guitarras algo más pesadas, y la voz siguió ese camino siendo gutural la mayor parte del tiempo (junto a algunas rasgadas puntuales y voces femeninas en un par de temas). Pero lo mejor para mí fue el sonido de los teclados, que si bien no cambiaron mucho he de decir que más que a Cradle of Filth ahora eran más similares al “Spiritual black dimensions” de Dimmu Borgir y encajaron mejor en el conjunto.

Con esas comparaciones casi no hace falta que diga que son tachados de poco originales, pero la verdad es que el teclista es quien nos regala los mejores momentos del disco, con infernales melodías que recuerdas a la primera escucha. Lo que sí es cierto a modo de crítica, al menos para mí, es que han querido apuntarse a este estilo para obtener un mayor reconocimiento como los dos grandes grupos citados.
Su estilo actual no me gusta personalmente, y más bien lo dejo recomendado a fans de la etapa media de Dimmu Borgir, Ad Inferna y similares.