Un viejo amigo y yo solemos comentar en ocasiones que el Gothic Metal tuvo su época dorada y en la actualidad se ha quedado en decadencia, habiendo pocos grupos nuevos que nos puedan llamar la atención y yendo muchas bandas en unas direcciones alejadas de los sonidos de los viejos tiempos del estilo.
Pero a veces sí que aparecen formaciones nuevas con características reconocibles de los discos que salían hace años.
Este quinteto de Estados Unidos lanzó el disco que nos ocupa, su segundo trabajo, en un año tan reciente como 2019 y parece que hubiera sido editado mucho más atrás.
Se clasifica como un Gothic Metal del estilo que llaman también Metal Sinfónico, cosa cierta al tener teclados orquestales, coros y una voz femenina con el suficiente carisma, pero también hay elementos del Gothic que proviene del Doom y es lo que vamos a ir desgranando ahora.
No se trata por lo tanto de un disco a la manera de Nightwish o Epica, empezando por la voz porque la vocalista femenina está muy acompañada por las voces guturales y ese juego vocal es algo que hace ganar muchos puntos al álbum. Esta sirena tiene como contrapunto no solamente una, sino dos voces guturales aportadas por los guitarristas, de modo que el contraste está bien servido y la dosis de agresividad no es poca, además de contar también con voces de barítono y bajo en un par de temas.
Tal teatralidad vocal campa a sus anchas en un disco dramático y lleno de pianos y sinfonismo con la base de ese Gothic que en algunas ocasiones no quiere olvidar la lentitud del primigenio origen Doom, aunque parcamente.
Por lo tanto me parece un disco apropiado si te gustan Tristania, Trail of Tears o Evig Natt más que los otros grupos mencionados, aunque tenga cosas en común con todos ellos.
