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miércoles, 6 de enero de 2016
EMPYRIUM - A Wintersunset...
No me puedo resistir a reseñar el primer disco de una de las bandas más cautivadoras que hay sobre la faz de la tierra, un debut donde dejaron claro desde el principio cuál es su inspiración y aliento vital al afirmar en este bello digipack de 1996 que "queremos que veas este trabajo como una expresión de la abrumadora belleza de la naturaleza... que tan fuertemente nos inspira", para continuar dedicándolo a la Madre Tierra.
Su Doom Sinfónico con mucha influencia Folk y pinceladas de Black Metal (la mejor manera que encuentro de describirlo) es realmente un homenaje a lo que ellos mismos expresan en el libreto del álbum: profundos valles donde la arboleda ribereña aloja el canto líquido de la oropéndola, el suave crujido de las pisadas en la nieve recién caída y el viento en las cimas rocosas que sobrevuela la heráldica silueta del águila real.
Se nota que es un debut aún por pulir, cosa que claramente sucedió cuando editaron su segundo trabajo "Songs of moors & misty fields" (reseñado hace mucho en el blog), pero este primer CD es tan sincero y de tal belleza desnuda que consigue enganchar al oyente que ha bebido el Romanticismo de las ruinas sugerentes y la naturaleza salvaje cómplice. En guitarras tocan un Doom muy liviano y melódico, con los teclados capitaneando las canciones de flotante sinfonismo, si bien es cierto que llega a hacerse lineal al no incluir mucha variación en el mismo. La predominancia vocal es una voz clara y profunda, notándose que estos chicos debieron oír a Moonspell (eran jovencísimos en ese momento), con sólo unos momentos en que la bruma matutina se desgarra con algunas voces rasgadas en la tradición del Black Metal. Si sumamos unos pocos toques de flauta rematamos el conjunto de luz etérea difuminando el ocaso.
Son elementos que siguieron apareciendo con mejor acierto y administración en su segundo CD, pero esto es una maravilla siendo el primer álbum de dos chavales tan jóvenes, sin duda merecieron el respeto que acabaron ganando en años posteriores.
Imaginad una tarde en la que podáis tener este disco puesto de fondo mientras os dedicáis a vuestros menesteres teniendo la oportunidad de combinarlo con Kauan, Agalloch y demás odas al escenario nevado...
jueves, 3 de enero de 2008
EMPYRIUM - Songs Of Moors And Misty Fields

La cortina de lluvia de esta mañana es el marco ideal para traeros uno de los discos invernales más bonitos que existen de mano de Empyrium, banda que toma su nombre del concepto de "cielo" de la escuela griega de los estoicos, y que tiene el firme propósito de transmitir la secreta mística de la naturaleza.
La música de estos alemanes se basa en el Doom Sinfónico, con toques ambientales, Folk y un poco de Black Metal. Pero no es Doom Metal del pesado y opresivo, pues es ligero y con un especial énfasis en atmósferas que realzan la melancólica belleza de la naturaleza, la placidez lunar y un sombrío sentido del romanticismo.
Markus Stock se encarga de las guitarras, tanto eléctricas como acústicas, bajo y batería además de ser el vocalista; con una voz que en ocasiones es raspada a lo blacker, pero no de forma gritona que rompa con la brumosa tranquilidad del álbum, mientras que en otros momentos es limpia y profunda de manera muy relajante o sugerentemente narrada.
Luego está su compañero Andreas Bach con los omnipresentes teclados de inspiración clásica, que son como una difuminada capa de lluvia y niebla sobre los bosques en un somnoliento amanecer y a veces toman la forma de preciosos pianos.
Para rematar la atmósfera está Nadine Moelter (la esposa de Markus) aportando flauta y violonchelo en algunos momentos escogidos, pero no es flauta que sugiera Folk alegre, es algo que más bien transmite una bellísima serenidad.
Luego está su compañero Andreas Bach con los omnipresentes teclados de inspiración clásica, que son como una difuminada capa de lluvia y niebla sobre los bosques en un somnoliento amanecer y a veces toman la forma de preciosos pianos.
Para rematar la atmósfera está Nadine Moelter (la esposa de Markus) aportando flauta y violonchelo en algunos momentos escogidos, pero no es flauta que sugiera Folk alegre, es algo que más bien transmite una bellísima serenidad.
Su hermoso debut de 1996 “A wintersunset” ya fue todo un canto a la naturaleza, pero este segundo álbum de 1997 es mejor aún para mí, con más cantidad de flautas y voces rasgadas y una atmósfera más lograda y sosegada. No te lo pierdas si no los conoces aún.
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