viernes, 29 de junio de 2012

OBTAINED ENSLAVEMENT - Soulblight




Tras la abundante tanda de novedades, toca un poco de retrocrítica con un disco de ni más ni menos que de 1998, presentado por la barroca pintura "Aparición del espíritu de Samuel a Saúl" de Salvator Rosa. Y encima con mi estilo favorito, el Black Sinfónico.

En este caso, el Black Sinfónico de estos noruegos es como ya comenté en una anterior entrada de su "Witchcraft" de 1997 (increíble sacar dos pedazo de discos en dos años seguidos), del tipo muy blacker en esencia aunque añadan sinfonismo y con un sonido crudo y sucio.

Con respecto a los teclados, que esta vez comenzaré por ahí, hay diferencia con respecto a las mayores texturas ampulosas del anterior disco. Con la entrada en escena de Morrigan (quien fue también miembro de Aeternus) se nota la distinta aportación a las composiciones que suele suponer el cambio de músicos, ella prefiere unos sintetizadores más sutiles, aunque en "The dark night of souls" y "Soulblight" tuvo el grandísimo acierto de tocar casi todo el tiempo unos pianos muy eficaces y que no suenan a las más fáciles recreaciones de otros grupos del estilo.
Como toque extra, agregan unas pocas acústicas que siempre quedan bien en estos discos noruegos, pero por lo demás vamos a encontrarnos con el clásico Black Metal nórdico de toda la vida. Suelo ver muy resaltado en críticas la mugrienta producción, señalada como algo muy negativo, cosa que veo muy exagerada porque en mi opinión le da un toque polvoriento y muy propio de de cera de velas acumulándose sobre cráneos ennegrecidos por el humo y la humedad. En definitiva veo el sonido adecuado a sus guitarras filosas y arremolinadas en torno a ráfagas de agresividad mordiente marcada por la batería, que también se amolda a partes más lentas al igual que los riffs pueden desprender algunos reflejos de melodía.
El complemento ideal a tanta oscuridad crepitante es la podrida voz de Pest, a quien conoceréis por haber cantado en Gorgoroth. Realmente tiene ese hombre una pestilencia vocal como de las mazmorras más olvidadas y repulsivas.

Resumiendo, si comparamos con su otro gran disco diremos que éste es menos sinfónico en términos bombásticos, pero igual de crudo y abrasivo, cosa que agradará a quien guste de discos como las antiguas obras de Gehenna, Troll, Limbonic Art, Manes o Kvist.

domingo, 17 de junio de 2012

MAGLOR -Call Of The Forest




Sigamos un poco, que no lo voy a dejar abandonado aunque lleve muchos días sin publicar porque llevo unos meses compaginando dos blogs al mismo tiempo.
La novedad de hoy viene de unos canadienses de tolkeniano nombre y una epicidad acorde con ello, de manera que uno automáticamente los tomaría por europeos.

El punto de partida está en el Black Metal, pero desarrollándolo hacia terrenos atmosféricos y tonalidades Folk que desembocan en ritmos lentos, constantes ambientes naturales y melodías folkies.

Las baterías son programadas y se nota, aunque de todos modos no importa demasiado en un disco donde los ritmos lentos y espaciados son como los de grupos del estilo de Summoning y Enid, grupos que también las simulan. A excepción de algún momento rápido donde la batería ya sí se nota plana.
Pasando a las guitarras, son algo rudas y sin florituras, simplemente unos guitarrazos toscos a tono con la aspereza vocal, que viene de parte de dos de sus tres músicos aportando unas rasgadas como crujidos de pisadas en la nieve y madera reseca. Y ya que estamos con las voces, a veces aparece algún coro en segundo plano, con voces claras y un poco de la voz de su teclista femenina.

Pero lo especial en un grupo así viene con los teclados, tanto con las texturas sinfónicas como con los sonidos folklóricos. Bueno, no llega a ser sinfónico del todo, pero tienen ese toque a lo medieval que se complemente muy bien con las simulaciones de flautas, trompetas y violines, que hace que por momentos recuerde un poco a los insignes Summoning, maestros indiscutibles en ese estilo que moldearon.
Aunque hay que decir que no copian al dúo austriaco, al igual que otros grupos similares que aportan su personal aire, como por ejemplo Shambless, Enid, Valar o Rivendell. Entre todos ellos, podemos decir que Maglor se distinguen por su toque más forestal y folklórico.

Con el repertorio de grupos que he mencionado, yo diría que la cosa está claramente recomendada para seguidores de las sonoridades medievales de Summoning y sus acólitos.


sábado, 9 de junio de 2012

LUNAR AURORA - Hoagascht




Tras haber dedicado todo el mes anterior a hacer reseñas de discos nuevos, algo nunca visto en el blog, voy a seguir un poco más, aunque no será la tónica general y volveré a ir poniendo discos algo más viejos o del año pasado.
Ahora es el turno del regreso de un grupo alemán de larga trayectoria iniciada en los 90, que vuelve sin repetirse ni sin fracasar estrepitosamente al variar su fórmula con los años, cosa realmente difícil.

Analicé hace tiempo el que es mi disco favorito del grupo, "Weltenganger" de 1996, donde por entonces hibridaban lo aprendido con Satyricon y Emperor con ese toque de bandas como Sear Bliss. Ahora la cosa ha ido cambiando, llevan un buen puñado de discos donde desarrollaron un estilo algo más moderno pero sin alejarse de los patrones del Black Metal.

Pero pasemos al contenido de este disco. Con una intro desacertada que no encaja con lo que después llegará, empieza el primer tema marcando un disco de ritmos lentos y atmósferas de anocheceres entre la espesura de las coníferas.
Cuando dije que no se alejan aún del Black Metal tradicional, se nota en que las guitarras siempre tienen ese zumbido tan boscoso y propio. Las baterías se nota que son grabadas, pero no suenan demasiado chatarreras y los ritmos escogidamente lentos (no siempre, ojo) hacen que esto sea a veces un poco como lo último de los invernales Forest Silence.
La voz va muy a tono con todo esto, siendo una rasgada muy áspera y hosca, sin estridencias ni gritos. Lo que acaba de rematar el conjunto son los teclados, si bien nunca fueron realmente muy sinfónicos ahora tampoco lo son, dejándolos para el papel eminentemente ambiental.
Por un lado los sintetizadores me me parecen muy acertados, cuando soplan esas brumas heredadas del debut de Emperor, o las simulaciones épicas de trompeta, pero por otra parte me chirrían los sonidos modernos tan fuera de lugar; hay que tener cuidado con esas cosas, porque demasiados ambientes extraños y cargantes pueden estropear las canciones. Por suerte no ha llegado a ser el caso porque no han abusado de peligrosas rarezas.

Si le añadimos efectos como el sonido del reloj de péndulo, o el ulular del cárabo común en la intro del segundo tema, se remata el efecto nocturno representado en la portada con otra ave estrigiforme: la lechuza común. Así debió ser el inicio del disco en vez de los sonidos raros.
Si te gusta lo anterior del grupo, esto es éxito asegurado, y si no, queda muy recomendado.