Retornos insospechados. Con estos canadienses, yo pensé que sería el típico caso de grupo que saca un primer trabajo (su EP homónimo de 2003 en este caso) y después no dejan ni rastro de existencia. Error, porque aquí están nueve años después con un disco completo, y encima con sorpresas.
Ya comenté hace años su EP, en el que se parecían más que obviamente a Cradle of Filth, aunque quitando carga gótica, eso sí. Ahora, para su nuevo trabajo, se han desprendido de la huella del grupo británico para buscar su propia estampa.
Su Black Sinfónico, dicho lo de "Black" con la boca pequeña y en voz baja, se viste ahora de Death Metal para cuando la ocasión precisa ropajes pesados al meter tralla con la batería y las guitarras, aunque con la versatibilidad de quien no se estanca en un único ritmo general.
Pero lo más notorio en su nuevo estilo es que han retorcido sus composiciones, con un giro de teatralidad y delirio que les ha quedado curiosamente bien. Sobre todo con los teclados, que a lo largo de todo el álbum casi siempre se encarnan en pianos, dando un aire carnavalesco, de baile de máscaras veneciano, de teatro barroco y de ajedrezados salones de baile. Esto vendría a ser un poco como tomar el último disco de Vesania y añadirle una pizca de Unexpect y Le Grand Guignol, pero en las facetas menos excéntricas de estos dos últimos, que conste.
También en el apartado vocal hay distancias ya con Cradle of Filth. En vez de chillar agudamente como antes hacían, ahora su vocalista opta por registros más desgarrados que recuerdan a Black Omen y Fatal Portrait, que combina con la bestialidad de alguna gutural que otra.
En definitiva, una buena evolución hacia derroteros teatreros de arlequín, pero con elegancia señorial y sin llegar a sonar raros ni incoherentes. Muy apetecibles si te gustan los grupos citados, y añadiendo a Carach Angren y el "My Guardian Anger" de Lux Occulta.
Bien me está empezando este 2012.
