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sábado, 25 de enero de 2014

ELFFOR - From The Throne Of Hate




Nada mejor que un disco de Elffor para continuar con la línea medieval que últimamente he publicado, siendo este grupo vasco muy icónico para mí.
En realidad debería decir que es un "grupo" de un solo músico, Eöl, de quien tenemos la referencia como teclista en Numen, aunque a mí me gusta mucho más este proyecto tan interesante en el que el Ambient oscuro se funde en férrico abrazo con el Black Metal más propenso a las melodías del Medievo.

Para mi gusto personal su culmen está este álbum de 2004 y el posterior "Unblessed Woods" de 2006, un dúo de discos donde está el punto medio perfecto entre ambas facetas antes de acabar cada vez más por sendas Black en tiempos recientes.

Es este CD donde más prominentes son las ambientaciones épicas y casi folclóricas al estilo de los grandes maestros Summoning, pero sin dejar de marcar su personalidad propia, incluyendo muchas partes rápidas de blast-beats en batería y esas guitarras aglutinadas en carga de combate sin pretensiones de elaboración, dejando el peso de las composiciones en las manos enguantadas de acero articulado de los teclados.
Mientras los señores feudales ahogan al pueblo con impuestos, ríen estruendosamente en sus torreones de tapices en paredes y grandes lebreles echados en el suelo, con una banda sonora que perfectamente podría ser la de los teclados de este disco, desde la básica base brumosa a las recreaciones más refinadas de sonoridades medievales de viento y órganos, con los gruñidos hoscos de Eöl dando paso en ocasiones a sus clásicos alaridos de moribundo.

Una sensacional manera de escuchar una magistral combinación de Black Sinfónico de fuerte huella medieval de Summoning, Nazgul, Caladan Brood y compañía con Ambient oscuro que da un punto distinto y más desolador que el de los otros grupos similares.
Maravilloso en esas sesiones en las que te sientes como si estuvieras al lado de la chimenea de piedra con un halcón gerifalte y una espada bastarda al lado, mientras que el invierno no acaba de saciar su voracidad en el exterior. El primer enlace es para oír el disco completo en Youtube, y así comprobarlo de inmediato.








miércoles, 27 de julio de 2011

ELFFOR - Frostbitten Pain


Haber dedicado la anterior entrada al EP de Forest Silence me ha recordado inevitablemente este otro disco que también ha sido de mis favoritos del 2010.
No sólo tienen estos dos grupos en común haber lanzado sendos discos de invernal título el año pasado, también Elffor comparte con la banda húngara el ser trabajo en solitario del teclista de una banda más conocida (Numen en este caso), y haber evolucionado desde el Ambient hasta terrenos más blackers sin quitar un ojo de lo ambiental.

Lo dicho, desde que comenzó este vasco en los 90 con un medieval Ambient de teclados, introdujo elementos del Black Metal en su segundo disco, hasta que ahora en este su quinto álbum ha conseguido su trabajo con mayor solidez en el aspecto blacker.
Las guitarras siempre las usó de manera sencilla y dejando a los teclados llevar el mando, y ahora eso sigue igual aunque aquéllas tengan más fuerza y peso, encajando bien con la también mejorada batería que suele llevar blast-beats frente a otras bandas épicas que tiran más del medio tiempo. Lo que sigue igual es la voz, con la rasgada hosquedad de alguien criado en las grises colinas de castaños, robles y hayas, incluyendo como siempre algún alarido agonizante deudor de Burzum (banda que siempre está en la base de grupos así). Una pequeña novedad es la colaboración de Hildr Valkyrie (vocalista de la banda de igual nombre) al final del segundo tema, ya que nunca hemos oído coro femenino en un disco de Elffor, y supongo que se deberá a que ambos se conocerían al participar en el disco tributo a Summoning.
Y ahora llega lo que aporta todo el espanto del Medievo, esos teclados cargados de épica oscura, desde las simulaciones de trompetas batalladoras a los sonidos más Ambient. Mientras otros grupos parecidos se recrean más en la gloria de la guerra y el ardor del combate, aquí nos encontramos más bien con la desolación que conlleva, pintando ante tus ojos la carestía y la muerte en el invierno, ese gran aprisionador de silencio.

Aprovecho para recomendar también el grandioso “Unblessed Woods” de 2006, pero ahora mismo me centro en animar con este CD nacional a quien le apetezca escuchar una especie de cruce entre la épica de Summoning y el rigor invernal de Vinterriket.






jueves, 13 de mayo de 2010

ELFFOR - Unblessed Woods


Ya que mencionaba el proyecto Elffor en la anterior entrada, pues bien que se merece su propia reseña porque es uno de esos casos que evidencian la calidad de los grupos ibéricos.
Además, que sirva como recordatorio del buen disco que ha visto la luz este año, “Frostbitten Pain” (no podría ser más blacker el título), que podría haber escogido sin problemas de no ser por lo mucho que me atrae este otro trabajo del 2006.

Hay que reconocer el mérito del vasco Eöl, su único miembro, quien es conocido también por andar tras los teclados de Numen y Suffering Down, al componer semejantes cantos heréticos.
Comenzó su andadura como un proyecto de Ambient, que con el tiempo incorporó elementos del Black Metal al igual que hizo el proyecto húngaro Forest Silence. La diferencia es que Elffor sigue teniendo una dosis ambiental muy importante, donde los teclados son absolutos protagonistas sobre unas guitarras más bien básicas con sus infaltables blast-beats de batería.

Es frecuente compararlos con los grandiosos Summoning, dado el interés común de ambos grupos en crear impresionantes ambientes medievales con una base blacker, pero donde los austriacos dotan de leyenda y fantasía épica, Elffor se decanta más por la oscuridad de una época marcada por la teocracia, las enfermedades y las guerras. Así pues predominan las atmósferas oscuras pero con el sello épico muy impreso, y no faltan esas sonoridades y percusiones medievales tan propias de Summoning y compañía, y efectos como por ejemplo el arrastre de cadenas.
Se nota que es un gran teclista, con estas letanías que nos transportan directamente al reciente escenario de un saqueo a una abadía, o los oscuros secretos que fueron asfixiados para siempre en la pestilencia de las mazmorras.

La blasfemia vocal se expresa con una tosca rasgada, que en bastantes ocasiones adopta los gritos agónicos de Burzum, cosa que puede gustar o no según las preferencias, pero la intención era ésa: agonía. Y mención especial a los cantos de monjes del último tema, un toque de lujo.

Desde luego es mandatorio en repertorios épicos y ambientales junto a Summoning, Morgart, Helveto o L’ordre du temple, porque los horrores del Medievo nunca fueron tan delectantes.