miércoles, 23 de febrero de 2011

INNER FEAR - Akhu





Seguro que a muchos os ha gustado el batería de los dos últimos álbumes de Cradle of Filth, el tal Marthus, que he de decir que lo hace muy bien en esa pequeña remontada que ha hecho el grupo británico cuando cada vez caía más bajo (aunque nunca podrá ser como antes por mucho que haya mejorado ahora). 
Pues resulta que cuando vi el nombre del batería, de momento me acordé de que forma parte de esta banda de la República Checa que no está nada mal. Y no sólo toca la batería Marthus aquí, también son suyos los teclados y él compuso todo el material. 

Son considerados como Dark Metal, otros meten la etiqueta Gothic por medio… yo personalmente lo veo como Metal extremo sinfónico, lo que quiere decir que parte del Black Sinfónico de una manera que lo sinfónico se hace muy prominente mientras que la parte Black queda en segundo plano. 
Pensemos en grupos como Fear of Eternity, Bishop of Hexen, Elffor o Summoning, no se parecen en nada en un principio, muy siniestros unos y muy épicos los otros, pero tienen en común lo que caracteriza a este álbum de Inner Fear: unos continuos y pomposos teclados que manejan todo el conjunto mientras que las guitarras están ahí con una labor secundaria. 

La batería está bien, el hombre sabe hacer su trabajo con ritmos variados, pero se le concede importancia al refulgir sinfónico de los teclados, elegantes y majestuosos en gran parte, con toques de piano y pinceladas de moderada épica, que dan sentido al trasfondo espiritual del álbum al ser titulado con el inmortal concepto del akhu egipcio. 
El vocalista no sobresale entre las sinfonías con su voz rasgada que no llega a ser gritona, acompañada en ocasiones por unas femeninas que hacen ese coro que gustaban de usar grupos como Siebenbürgen o Love Lies Bleeding. 

 No os voy a descubrir una joya escondida con este debut del 2000 que por lo visto no fue lanzado oficialmente, pero si te gusta lo sinfónico está claro que no está mal para pasar un buen rato entretenido.








lunes, 21 de febrero de 2011

HECATE ENTHRONED - Dark Requiems...


Todos reservamos un rincón especial en nuestras almas para aquellos grupos con los que empezamos a conocer esta música, y más aún si nos gustan todavía a día de hoy. Así es en mi caso con los ingleses Hecate Enthroned, que me gustan tanto que les dedico una segunda entrada pese a que ya hice la reseña de su primer disco completo de 1997.

Es su segundo álbum de 1998 y, junto con su debut de 1997 y un EP de 1995, forma parte de la primera época de estos británicos cuando estilaban un Black Sinfónico con influencia de los primeros Cradle of Filth, que por algo su vocalista fue bajista en los primerísimos tiempos de esa banda. Pero la comparación entre grupos acaba al decir que usan muchos teclados y voces chillonas.

Es en esencia muy similar a su anterior disco, el mismo Black Sinfónico con ritmos rápidos y polvorienta producción noventera, estando la principal diferencia en la mayor desfiguración de la estridencia de sus voces, hasta el punto de no parecer que esté cantando las letras. A esos gritos de strigoi les acompaña una baja gutural muy ocasional, y esas narraciones en off que te vierten en el oído ecos de relatos espectrales.
El tono de las guitarras, aún sigue sombreando ambientes nocturnos como en el debut, con esa producción mejorable para algunos pero que a mí me concede un deseado toque turbio; ideal junto con esos teclados de febriles fantasías fantasmagóricas, etéreos en gran medida junto a esos otros que expelen los momentos más majestuosos y los típicos pianos que aportan la pincelada tétrica victoriana al conjunto.

Hasta que incluyeron una buena proporción de Death Metal a partir de su “Kings of Chaos” de 1999 (hay que ver la manera en que algunos grupos lanzan grandes discos muy seguidos antes de estancarse), podemos comprobar que sus tres primeros trabajos siguen la misma línea de inmortal sinfonía al podrido corazón de los dioses necrófagos.


HAGGARD - And Thou Shalt Trust... The Seer


Hace bastante que me sugirieron subir este álbum, y realmente me apetece atender la petición en vista de que es un trabajo muy brillante; no es en vano que Haggard sean tan alabados y admirados con esa maravillosa fórmula que incluye una fortísima dosis de música clásica y orquestal combinada con Metal más o menos extremo.
El disco elegido es su debut de 1997, presentado con un grabado de Durero como portada, al igual que han hecho grupos como Abigor, Agony o Hecate Enthroned.

El motivo por el que me gusta este álbum por encima de los posteriores, es la mayor influencia en su lado más metalero del Doom Metal, gracias a unas guitarras de pesada distorsión y modesta producción, aunque con momentos menos austeros y algunos riffs más lucidos. Además de que, a diferencia de su último trabajo donde la parte clásica y la parte metalera están muy separadas, en este disco ambas facetas están más integradas a pesar de que inevitablemente hay muchos momentos en los que lo orquestal y barroco se desmarca de las graves guitarras eléctricas e incluso hay temas así enteramente.

Es verdaderamente una exquisitez cuando a los riffs doomsters y la voz gutural, un poco tosca y arenosa, se unen los coros y esa pléyade de instrumentación orquestal que incluyen, contando con flauta, oboe, arpa, violín, viola, violonchelo, teclados que muchas veces son deliciosos clavicordios y un buen número de sopranos, contraltos, tenores y bajos como vocalistas invitados.
Es así tan sencillo como espectacular sentirse espectador de la opulencia cotidiana en una corte renacentista y su renovación artística, sinuosos caprichos barrocos y demás grandiosas megalomanías.

Poco más hay que decir de esta nutrida formación alemana que tanto prestigio ha ganado por méritos propios; no se pueden comparar con otros grupos, pero es desde luego una obligada escucha para quienes disfrutan de Estatic Fear, Virgin Black y los momentos más poéticos de los viejos Lacrimas Profundere.


viernes, 18 de febrero de 2011

LEMURIA - Chanson De La Croisade


Y los últimos meses del 2010 han visto la llegada de un disco que ha entrado como una lanza en ristre en mis favoritos de los últimos años.
No recibí la novedad con mucha expectación, porque su debut de 2005 no me parecía una maravilla pese a ser bueno. Allí, estos belgas estilaban una especie de Black Sinfónico con bastantes elementos épicos y melodías folklóricas, pero ahora han dejado aparcado su estilo posadero para dar rienda suelta a su lado más medieval con un disco conceptual sobre la Francia medieval en tiempos de las cruzadas y la herejía albigense.

Siguen tocando un Black Sinfónico que poco tiene de Black Metal, prácticamente sólo lo macabro de la voz raspada, convenientemente escoltada por guturales (no demasiado brutales) y unos poquísimos coros masculinos para dar ese necesario toque caballeresco.

En guitarras la cosa recuerda mucho a grupos como los italianos Stormlord, esos maestros de la épica extrema que influyen sin duda en los riffs galopantes de este álbum, y los ritmos tienen la potente cadencia de grupos como los austriacos Rivendell o los suecos Thyrfing en su segundo disco.
Todo el ambiente de las gestas de caballería viene de mano de los teclados, mostrando un marcado gusto por las simulaciones de trompetas de guerra como hemos escuchado por ejemplo en Bal-Sagoth, y esas melodías medievales y toques como el clavicordio, pintando vivas escenas de cargas de caballería pesada contra los herejes cátaros, que destrozan al enemigo en un rugiente estruendo de acero rechinando y carne sajada.

Y, como con otros tantos grupos épicos, han contado con el talento del maestro belga Kris Verwimp en la magnífica portada (Frostmoon, Thyrfing, Manegarm, Suidakra, Arkona, Waylander, etc), siendo además un digipack con extenso libreto que espero disfrutar en breves.

Me hubiese gustado que el Black Metal estuviese más presente en unas guitarras más mugrientas, como con Forsth, Astaarth o Godkiller, pero con poco más de una hora de duración tenemos toda una sesión de sangre y acero para viajar a Toulouse o Carcasona con mucho deleite; así dan ganas de instruirse en la equitación, la esgrima y la cetrería.





jueves, 17 de febrero de 2011

DUB BUK - Misyac Pomsty


Después de la mala impresión que me he llevado con el último disco que sacaron el año pasado estos ucranianos, he de decir que me he quedado con un sabor de boca mucho mejor yendo hacia atrás en su trayectoria. Tan atrás que esto es una compilación de 1999 de sus dos demos del 98 y el 99, que por cierto fue reeditada en CD en 2003.

Yo hasta el momento sólo conocía su debut “Idu Na Wy!” de 2002, aquí reseñado hace unos tres años, que presentaba un Black Sinfónico bastante imbuido del Folk eslavo en las melodías de los teclados.
Pues bien, en estas demos recogidas bajo el título “Luna de venganza”, se muestra una cara más cruda y basada sencillamente en el Black Metal con teclados que encontramos en típicos grupos ucranianos como Lucifugum o los dos primeros discos de Nokturnal Mortum, comparación que será muy recurrente a lo largo de toda la reseña.

En los cuatro primeros temas de la demo del 98, nos recibe una muy cruda producción como si te azotase en la cara el frío lacerante de una noche invernal, dominando las canciones una típica batería con sonido de demo que reparte ritmos rápidos casi constantemente, excepto en los breves respiros ambientales con su toque acústico. Las guitarras, por su parte, son bien cortantes y densas y tienen la particularidad de que el bajo se une a ellas en vez de cumplir un cometido rítmico, aumentando el sonido de huesos crujiendo de aquéllas, cosa que por cierto tiene esto en común con el “Goat Horns” de Nokturnal Mortum.
Los teclados siguen la tradición del grupo ahora mismo nombrado y Lucifugum, ese sonido en general que flota sobre la mugre de las guitarras como las brumas por la madrugada, y teniendo a veces un cierto tono épico.
En los últimos tres temas, de la demo del 99, la producción se pule mínimamente más, pero sigue siendo la misma fórmula ruda y sinfónica.
La voz rasgada es también uniforme en ambas demos, esa clásica voz de rey de los reptiles que tienen estos grupos de esa zona de Europa, y como caso aislado aparece un poco de sutil voz femenina en el tema “Cruelity”, el único tema largo con sus once minutos.

Da gusto encontrarse con la cara cruda de los grupos paganos sinfónicos, prueba sus lanzas oxidadas si te gustan Nokturnal Mortum, Lucifugum, Svarga y similares.

miércoles, 16 de febrero de 2011

LIMBONIC ART - In Abhorrence Dementia


La nostalgia por los viejos tiempos me lleva irremisiblemente hasta este álbum, si bien mi favorito personal de Limbonic Art es su debut “Moon In The Scorpio” de 1996, pero con este segundo álbum de 1997 (es increíble que sólo pasara un año entre estas dos obras maestras) conocí al dúo noruego y eso es algo que deja huella indeleble.

Siendo continuación de aquel mágico debut, es normal que no cambiase apenas su fórmula de Black Sinfónico que estaba por crear esa incipiente escuela de grupos con sinfonías que nos trasladan a la magnificencia del cosmos.

Partiendo de la poderosa influencia de Emperor con un enfoque más poderoso en los teclados, este disco tiene las características propias de Limbonic Art, con una batería programada muy rápida y potente (aunque restando naturalidad obviamente) mientras que las guitarras descarnan un denso zumbido que persiste a lo largo del álbum.
Hasta ahí todo muy normal, hasta que entran en escena los teclados, que ya en el debut brillaban como la infinita bóveda celeste tachonada de estrellas, y en este segundo disco adquieren una ampulosidad aún más orquestal que en su predecesor, siendo el disco más grandilocuente del grupo. Las simulaciones de sonidos orquestales son más fastuosas que nunca, aunque se pierde un poco la gelidez del firmamento de su anterior trabajo, ganando más en una riqueza propia de las constelaciones, y siguen con su costumbre de incluir no pocos samples tales como sonidos de reloj o risas lejanas.

La voz de Daemon sigue desgarrando poderosamente esas letras filosóficas, místicas y espirituales que incluso tienen rima en ocasiones, con algunos momentos a lo Attila Csihar y la profunda teatralidad de una voz clara entonada junto con un par de colaboradoras femeninas.

Aquí os dejo con la segunda joya musical de uno de los grupos más influyentes del Black Sinfónico, con portada hecha por el mismo Morfeus.





martes, 15 de febrero de 2011

MISANTHROPENUM - Nether Dimension


En una tarde en la que estoy oyendo cosas especialmente sinfónicas, he topado con este disco del 2008 que me pasó desapercibido en su momento y hace pocas semanas que lo conozco.

Tras una demo (de más de media hora, dura como un disco la condenada) llegó este debut de este proyecto en solitario de Finlandia, que poco tiene que ver con compatriotas suyos como Catamenia, Black Swan, Faerghail o las propuestas más cañeras de Thyrane o Alghazanth.

Su propuesta de Black Sinfónico es de las que apuestan más por la pura pompa de teclados por todo lo alto, dejando las guitarras como un elemento sencillo y compacto, sin ninguna floritura guitarrera ni riffs memorables, aunque con la distorsión que señala el estilo, del mismo modo que la base rítmica no es destacable.
Deja en cambio como gran protagonista la capa de teclados que tan ampulosamente recibimos en casi una hora de duración, siendo así esa fórmula de grupos muy sinfónicos con base sencilla como Black Palace Symphony, Izakaron y similares. En ese banquete sinfónico destaca especialmente el uso de órganos, que campan a sus anchas junto con ese tipo de sintetizadores que podríamos asociar perfectamente con la saga de videojuegos de Castlevania, haciendo que también tengan ese ambiente de castillo demente de grupos como Tartaros o los también fineses Gloomy Grim.
La voz es una rasgada que queda un poco baja en la producción, a diferencia de esos grupos sinfónicos con producción que dejan los teclados y las voces por encima del resto.

Como crítica, se hace artificioso por momentos como pasa con los mentados Izakaron, y su gran duración puede hacerlo pesado si no te va mucho el rollo, pero por mí bien, me ha gustado y me ha pasado la prueba de las primeras escuchas. No lo descartes si te gustan Capitollium, AevLord, Black Palace Symphony o el último de Finnugor.



lunes, 14 de febrero de 2011

BLACK COUNTESS - Carnivorous Romance


Para la fecha que se celebra hoy, creo que no hay nada mejor que un disco así.
Ya puse en los inicios del blog (como que es la primera entrada que tenéis disponible) la reseña del debut de estos maestros rusos del erotismo, y ahora me dispongo a ello con su segundo disco de 2003.

Considerados como unos clones rusos de Cradle of Filth, en su debut de 2000 mantenían palpables diferencias con los ingleses, tales como un estilo vocal diferente con rasgadas y guturales y agradables toques Doom en esa oda a la sangre virginal.
Aquí ya se estilizaron más, como el cambio que vemos en COF desde su “The principle of evil made flesh” hacia el “Dusk and her embrace” y “Cruelty and the beast”. Precisamente este disco es muy al estilo de “Cruelty and the beast”, incluyendo ser álbum conceptual sobre la condesa Bathory.

Así es como tenemos aquí unas canciones claramente cortadas por el patrón del famoso grupo inglés, con guitarras ya menos Black, aunque manteniendo su toque de Black Metal eslavo y la producción modesta, voces agudas y generosos teclados. La voz, ya que la nombro, pasó de rasgada blacker a gritos agudos, aunque menos estridentes y molestos que los de Dani Filth, acompañados por susurros lujuriosos y partes de seductoras narraciones femeninas y esos samples de gemidos y demás parafernalia libidinosa que tanto gusta al grupo.
Para narrarnos las indecorosas aventuras de la condesa, hacen gala de unos buenos teclados cortesanos, en sinfonías de vaginas anhelantes y turgencia carnal, recreando con fidelidad el jolgorio de sanguinolencia en su castillo.

La producción, como dije, no es un punto a su favor por no estar muy pulida, pero a mí no me importa al igual que en los casos de Hecate Enthroned o Ancient Ceremony, y la portada es demasiado ridícula, pero por lo demás me parece un buen disco de monstruosas obscenidades que te hará relamerte si te gustan Lamia Antitheus, Lost Infinity, Obscurcis Romancia o los otros grupos citados.

miércoles, 9 de febrero de 2011

EWIGKEIT - Battle Furies


Ya puse el segundo disco de este proyecto individual de Inglaterra, y al recordar ahora que su debut de 1997 es ligeramente distinto, me animo a comentarlo por aquí.

La diferencia principal entre los dos primeros discos es la mayor caña y velocidad del segundo, y la voz más raspada también, pero ambos son álbumes de Black Sinfónico que captan la esencia astral de Limbonic Art y grupos emuladores suyos como Sirius o el primer disco de Obsidian Gate.

Quien conozca bien a Limbonic Art ya se puede empezar a imaginar perfectamente que será un disco en el que los teclados son muy importantes dando forma a ambientaciones cósmicas con pianos, sintetizadores nebulosos, toques épicos y melodías de majestuosidad espacial. Ya la portada habla por sí sola de ello, con esa moda estelar que impuso el grupo noruego y que han seguido los otros grupos parecidos como Odium o Vim Patior.
Bajo todo ese firmamento sinfónico están las guitarras, que son por lo general sencillamente machaconas y en ciertos momentos toman un poco del característico trémolo del Black Metal. Pero la batería, a diferencia de su segundo disco, no es para nada la de Limbonic Art, esa rapidez no hace acto de presencia y en su lugar se opta por más calma; aunque sí tiene el sonido poco natural de la batería del dúo noruego.
La voz, la otra diferencia en este debut, en vez de una rasgada es una algo más gutural y árida, como la de los griegos Varathron para hacernos una idea. A esto agreguemos unas cuantas voces narradas, algunas de ellas de las que encajarían en un disco de Cradle of Filth, y la intervención aislada de una voz femenina en un tema.

No es que sea un disco clave en su estilo, pero si te gustan esos grupos de corte cósmico como los que nombré y te apetece escuchar uno con una fórmula más tranquila, no está de más y tiene sus momentos agradables. Y que no os confunda lo que hizo el grupo posteriormente, que de eso mejor ni hablo…

viernes, 4 de febrero de 2011

MEDIEVAL DEMON - Demonolatria


Y pensar que en su momento no le hice mucho caso a este álbum, qué tontos podemos ser algunas veces.

Un álbum que, por cierto, veréis muchas veces comparado con Cradle of Filth, por lo que el mejor inicio para esta reseña será decir que no es muy veraz esa afirmación.
Para empezar, ni siquiera es sinfónico este disco de 1995, siendo más propio decir que es un álbum de Black Metal griego a la vieja usanza como Necromantia por ejemplo.

Los teclados aparecen muy poco, aunque su ocasional empleo es fantástico y lucen muy bien los pocos teclados de fondo, y las intros e interludios que aparecen en las canciones, aparte de la excelente intro de órgano inicial y un puñado de temas instrumentales en los que incluso podemos disfrutar de un estupendo toque de violín; se nota que dos de sus músicos son los que posteriormente formarían la vampiresca banda The Bloodcult.

Por lo demás, lo que tenemos entre manos es un sucio y violento Black Metal propio de esos años, envuelto por la producción cascada pertinente que añade dosis de mugre extra a esas guitarras crujientes y consistentes, con la siempre buena compañía de ritmos poderosos y rápidos que también varían y nos dejan unos buenos medios tiempos. Y rematando esta atmósfera de ritual obsceno, tenemos una voz rasgada con ganas de morder carne cruda y ese efecto de eco que se estilaba antes.

Así que, como veis, aparte del diseño del logo y la ramera de la portada, poco que ver con Cradle of Filth y su sinfonismo de relatos góticos.
Ya sabes lo que hay si te gustan están cosas a la vieja usanza.