sábado, 29 de enero de 2011

SUMMUM BONUM - Um Sonho De Fantasia Nostálgica


Me permito hoy comentar algo a petición de un lector, quien me ha dejado amablemente este MCD de apenas 20 minutos del pasado 2010, pidiéndome que le dedique unas líneas y allá que voy a responder a su sugerencia.

Después de un anterior EP llamado “Felix Culpa” de también el año pasado, se pasa a un lanzamiento más elaborado y que suple defectos de su precedesor, con portada por cierto con nuestro alcázar de Segovia una vez más (recordad a Tartaros y Helgrindr).

Siendo un proyecto en solitario por parte de este músico brasileño, su creatividad personal es lo primero, creando a su gusto una combinación ambiental de influencias del Black Sinfónico con la música clásica. Aunque tocar en solitario también conlleva que otros músicos no pueden ayudarle a tocar los otros instrumentos que no son el teclado, aquello que sí maneja muy satisfactoriamente, con sus estupendos pianos, teclados celestiales y sonidos épicos. Las guitarras por su parte están en segundo plano y son mínimas, como en los primeros AevLord, y los ritmos son lentos como es de esperar en un álbum atmosférico.
La voz rasgada ha mejorado desde su anterior trabajo, mucho, aunque sigue sonándome forzada y aún tiene que pulirse, recordándome un poco al registro tan agresivo y tosco de Mystic Circle, junto con algunas voces narradas.

Y que conste que esto que comento es de sólo dos canciones, porque de los cinco temas del MCD dos son canciones reales, uno de ellos con una producción más sucia que lo acerca a la demo de Enochian Key (que conste que a mí me gusta mucho), y los otros tres son temas instrumentales de piano y simulaciones de instrumentos de viento.

Aún debe perfeccionar su fórmula, cosa que pienso posible porque este mismo año debutará con más músicos ayudándole.

THEATRES DES VAMPIRES - Bloody Lunatic Asylum


Qué lejano parece ahora cuando conocí a esta famosa banda italiana de manos de este álbum del año 2001, sin saber entonces que con el tiempo sólo me acabaría gustando aún este disco y que lo que estaba por venir ni me interesaría.

Tras un discreto y austero debut que me sabe a poco, y un segundo disco donde ya empezaron a desarrollar más su estilo característico, aquí tenemos su tercera otra donde reluce especialmente para mí esa fórmula suya de entonces que mezcla el Gothic Metal más ampuloso y el Black Metal (entre comillas) más melódico y melodrámatico.

Así pues, esa incestuosa unión de tonos de lejano Black Melódico y Gothic muy sinfónico es el escenario ideal para estos relatos de predadores romances vampíricos.
Guitarras muy livianas, con nada de Black prácticamente, son seducidas gustosamente por los muy importantes teclados, uno de los mayores atractivos del álbum para mi gusto. En especial son fabulosos esos órganos que no podrían faltar en un disco así que parece que pone banda sonora a las fechorías de Clarimonde, junto con otros placeres sinfónicos, algún piano y los samples que tanto gustan de usar grupos como Vampiria o Cradle of Filth. Y no olvidemos el delicioso final del álbum con un piano mientras una voz femenina recita al sucio Baudelaire en francés.
El ambiente teatral se extiende al terreno vocal, con las agudas voces raspadas respaldadas por abundantes recitaciones masculinas y la tentación de un par de vocalistas femeninas.

Como crítica, hubiese preferido que la voz blacker fuese más potente o desgarrada, y que no se despistasen tanto en algunos tramos donde las canciones me hacen perder la atención. Por lo demás, no es mala idea añadir esta dramaturgia al programa de la noche con Ancient Ceremony, Azmodan o Vampiria.



viernes, 28 de enero de 2011

AZERLATH - ... Medieval Art


Es curioso que no me hubiese fijado nunca en esto, estando involucrado el músico de Mystic Forest (con uno de sus discos aquí reseñado en el blog), y encima siendo un disco francés de 1998 con esta estética medieval que tanto me atrae siempre.

Pero no encontré algo a lo Forsth, Abigor o Noctis como pensé al ver esta portada que, por cierto, comparte con el “Stronghold” de Summoninge el dibujo que muestra.

Tenemos más bien entre manos un disco de Black Metal bastante crudo, aunque la melodía tiene un importante peso como ahora veremos, pero ahora hablemos de cómo la ruda producción subraya la aspereza de sus aceradas guitarras con ráfagas de potentes ritmos, con apenas teclados de fondo en escasos momentos.
Ahora sí pasemos al aspecto melódico, pues se nota que entre sus músicos está el alma mater de Mystic Forest, de quienes parece que tomaron el título de su primera demo. Y no sólo el título “Medieval Art” tienen en común con la otra banda vinculada, también lucen bien esas guitarras melódicas que encontraríamos en el disco “Romances” de los susodichos con ese toque de ensoñación que saben darle, además de unas pocas acústicas.

Con respecto a la voz, es esa misma que conocemos del otro grupo mencionado, como rasgada por aceros oxidados. Y, en contrapunto a lo horripilante de la voz y los momentos más crudos y feroces del disco, tenemos un puñado de temas instrumentales bastante hermosos que suponen breves respiros ambientales.

No es esto la sinfonía medieval que esperaba, pero no ha estado mal como entretenimiento puntual.

miércoles, 26 de enero de 2011

GRAMARY - Suffocation


Vayamos ahora con un disco finlandés de ese 2008 que tantísimas sorpresas agradables me trajo bajo el brazo. Un debut que tuve que escuchar por tercera vez para cogerle definitivamente el punto, pero mereció la pena.

Ante todo es un disco de Black Metal arrollador y violento, pero combinando interesantemente otros aspectos, tales como unos aires sinfónicos y recuerdos del Black Depresivo y Burzum, lo que lo convierte en un trabajo variado que puede ser hasta un poco pegadizo.

Desde el comienzo queda clara la tendencia furibunda del álbum, que destroza carne supurante con sus guitarrazos erizados de púas y el trueno de acero de la batería. También tiene sus partes más calmadas, en las que aparecen con más brío los momentos sinfónicos, si bien los teclados de este disco están en un segundo plano con respecto a las guitarras y aparecen de cuando en cuando. En todo caso son unos teclados bien empleados, que complementan bien la atmósfera angustiosa con el tibio y agrio olor de la muerte.

Lo que no me gusta mucho es la elección de la voz, que imita con fidelidad los gritos desgañitados de Burzum. Supongo que por la influencia de dicho grupo y de la agonía del Black Depresivo en general, pero no me acaba de cuadrar en un grupo así al igual que cuando también Godkiller y los italianos Nazgul también usan ese tipo de voz en una propuesta musical que no es la habitual para ello.
En todo caso el efecto es muy tortuoso y destripador, y también usan susurros, ese tipo de voces secundarias para subrayar el ambiente que siempre recibo encantado.

Y un breve tema acústico cierra este vórtice de carne muerta arrancada de sus huesos resecos, con una producción que dejará satisfechos a los seguidores del Black Metal más agresivo.


sábado, 22 de enero de 2011

MALEFICENTIA - Born Of Steel And Fire



Mucho tiempo ha pasado desde que puse su segundo disco del 2003, y no puedo resistirme a poner su debut del 2001 pese a ser bastante similar. En tan corto espacio de tiempo cambió la formación, incluyendo a dos miembros tan fáciles de notar como lo son el vocalista y el teclista; sin embargo, fue uno de esos raros casos en los que los nuevos fichajes continuaron el trabajo de sus antecesores.

Lo que estos franceses hacen en sus tres discos es Black Sinfónico, del tipo que no abandona la iconografía del típico Black Metal de corpse-paint y temas de oscuridad medieval (al menos en los dos primeros trabajos).

A diferencia de la marcada labor melódica de las guitarras de su posterior trabajo, aquí son más espesas y los riffs resultan más crujientes, aunque con destellos de melodía con no poca frecuencia. A su batería le gusta manejar las velocidades características del Black, pero siendo clemente para las partes atmosféricas de los teclados.
Estos teclados no aparecen todo el rato, dejando pasajes más guitarreros, y cuando lo hacen elevan el disco con brumas etéreas tal y como hacían los viejos Hecate Enthroned, a quienes me recuerdan en su uso del sintetizador, hasta con esos sonidos similares a órganos, el marco ideal para su inspiración en tiempos del estruendo metálico de batallas y el hedor a brujería.
Pone voz a esas antiguas historias ese estilo que alterna rasgadas y guturales a lo Graveworm; la rasgada no se pasa de gritona y su toque raspado es óptimo, al igual que la gutural no llega a cavernosa y queda bien para subrayar partes con un toque más brutal.

Resumiendo, es un disco algo más rudo y oscuro que su sucesor, si bien se mantiene en ambos el mismo tipo de atmósfera e igual estilo vocal. Sin más que decir, escuchemos las melodías de acero rechinante, carne rasgada y hueso astillado.




jueves, 20 de enero de 2011

WINTER OF SIN - Woest


Tras todos los grupos holandeses de Black Sinfónico que he ido poniendo estos años, como Liar of Golgotha, Slechtvalk, Sammath, Eternal Conspirary, Ordo Draconis o Serenade of Darkness, ahora es el turno de Winter of Sin, con su segundo disco de la buena cosecha del 2006.

Su Black Sinfónico tiene una importante influencia del Black cañero escandinavo, haciendo que el sinfonismo no sea una parte definitiva a la hora de moldear las canciones, pero sí que dejan mucho margen a la melodía sin embargo. Vendría a ser algo como Misteltein, Mactätus o Luna ad Noctum.

Las guitarras suenan poderosas y crujientes, con un par de guitarristas que hacen bien su trabajo distribuyendo riffs salvajes y otros más melódicos cuando es menester, del mismo modo que la batería también alterna de vez en cuando sus blast-beats con los ritmos más rebajados. La aspereza guitarrera se complementa bien con los no dominantes teclados, que actúan como una parte más en vez de dirigir la melodía, entre sintetizadores ligeros, algún discreto órgano y unos buenos toques de piano, habiendo incluso un tema donde el piano destaca especialmente.
Pecan bastante en cuanto al equilibrio del álbum, donde unos temas destacables contrastan con otros que pasan más desapercibidos y no recordamos al acabar la escucha del disco. Yo personalmente me quedo con la melódica “When we lived” y sus pianos, la agresiva “In the sign of genocide” y la atmosférica “Voice of reason”.
La cosa es sencilla en cuanto a voces, contando con una rasgada con ese tono tan raspado de bandas finlandesas, aullantemente agresiva pero sin resultar chillona.

No va a encontrar nada quien busque algo nuevo, pero sí quien quiera un disco con melodía y cierta caña, no es una maravilla impresionante pero se deja escuchar muy bien y a mí me ha aguantado desde aquel 2006.

domingo, 16 de enero de 2011

PROFANUM - Flowers Of Our Black Misanthropy


Ya que puse un disco polaco la última vez, voy ahora con uno de mis grupos favoritos de Polonia. Quienes me conocen saben que adoro su segundo disco “Profanum Aeternum” de 1997, que estaría entre mis diez discos favoritos sin dudar; ese álbum marcó un punto importante en el sonido de Profanum al abandonar el bajo y la guitarra para componer canciones exclusivamente con los teclados, acompañados por la batería y la voz rasgada. Pero, como casi toda banda que da un giro, tuvo un inicio más blacker.

Aquí tenemos entre manos el debut de 1996, que con los años fue reeditado bajo el título “Misantropiae Floris”, con distinta portada y suprimiendo las dos instrumentales.

Es más Black que lo editado posteriormente, claro, pero de todos modos no es un álbum de Black Metal crudo al uso, pues tiene su buena dosis de teclados y esa atmósfera añeja con el toque particular de otros polacos de entonces como Hermh, Mastiphal o Themogoroth.
El primer rasgo curioso es que carece de la habitual velocidad del estilo, tiene en su lugar ritmos más pausados y en general podemos asegurar que es un disco lento dentro los parámetros del Black Metal, con unas guitarras bastante sencillas y machaconas, a las que les vendría bien un sonido un poco más afilado. Lo que sí está marcado filosamente es la voz, tan desgarrada como en el segundo disco, a la que agregan unas pocas voces habladas lóbregamente, con esas letras tan cliché en el estilo.
Lejos de las fastuosas sinfonías del segundo disco, aquellos maravillosos pianos y simulaciones de instrumentos de cuerda, los teclados aquí no son complicados; suelen adoptar la brumosa forma de volutas de humo, y en otros momentos suenan agudamente sobrios, sin olvidarse de los pequeños efectos como viento o el lejano tañido de una campana.

No os voy a descubrir una obra maestra, sobre todo si lo comparamos con el soberbio “Profanum Aeternum”, pero si dejamos a un lado odiosas comparaciones y lo oímos como quien se pone el debut “Zirnindu-Sa” de Negura Bunget (con el que le veo parecido), la escucha será más que agradable.

viernes, 14 de enero de 2011

GONTYNA KRY - Krew Naszych Ojcow


Después de la buena cantidad de bandas de Black Metal polaco que puse el año pasado, vayamos ahora con una que dejé en el tintero, que además es uno de los grupos más notorios de ese movimiento político del que no hablaré porque no viene al caso en un espacio que yo dedico a la música.

Desde mediados de los 90 venían editando muchas demos, formato que encanta en el underground como podemos comprobar, y no fue hasta 2001 cuando editaron este álbum completo con el título “La sangre de nuestros antepasados”.

Siendo polacos nos podríamos esperar algo en plan Graveland como pasaba con Iuvenes por ejemplo, pero no es el caso; en realidad yo veo esto mucho más parecido a lo practicado por sus vecinos ucranianos.
Tras dos temas instrumentales al inicio, cosa que me molestó bastante (si de entrada no me gusta mucho que los discos tengan muchas instrumentales, dejando un porcentaje de canciones reales un poco triste), podemos comprobar que su Black Sinfónico de corte pagano es similar al que encontramos en los primeros discos de ucranianos como Lucifugum o los ínclitos Nokturnal Mortum. Tiene esas guitarras que estilan los grupos eslavos con el rechinar del acero, un bajo notable y sus baterías belicosas, festoneado con los prominentes sintetizadores que relucen con la épica oscura de los grupos mencionados, y un marcado énfasis ambiental.
Hasta ahí muy bien, pero la tosca voz no es gran cosa, no está mal pero yo habría preferido una más raspada y necrófaga, o al menos que tuviese más aspereza resecada.

Lo otro que no me gusta ya lo dije, la gran proporción de temas instrumentales que me hacen perder la atención, pero por lo demás aquí os dejo con un buen disco sinfónico de la Europa del este.

miércoles, 12 de enero de 2011

AEBA - Im Schattenreich


Hace mucho años que conozco a esta banda alemana por su “Flammenmanifest” de 1999, disco que me vi tentado a subir, hasta que por curiosidad probé este su primer trabajo del 97 (reeditado en CD en el 98) y me ha parecido otra interesante opción.

Tocan Black Sinfónico, o al menos en los tres primeros álbumes porque no conozco los últimos, pero con empeño en conservar los clichés del Black Metal aunque sea una banda con teclados; así es como les vemos ataviados con corpsepaint y pinchos como también hacían Forsth, y con la típica estética diabólica tan manida. De hecho, el nombre del grupo son las iniciales de cuatro demonios (Astaroth, Eurynome, Bael y Amducias) tal y como revelan en el título de la intro de su demo.

Muy típico como vemos, pero me gusta, porque su manera de juntar agresividad con partes de teclados es algo de lo que no me canso. Las guitarras sonsisten en una masa compacta de riffs sin apenas alardes virtuosos, como los pisotones de una carga de caballos de guerra, a juego con el típico martilleo de la batería, que también toca algunos ritmos más rebajados. Viendo esto, no es de extrañar que la voz consista únicamente en una rasgada que se esfuerza en sonar furiosa, a lo que se unen las voces narradas en el interludio instrumental atmosférico a mitad del disco.
Hablando de eso, no me ha gustado personalmente que un disco de siete temas al final sólo contenga cuatro canciones reales, aunque hay que decir que tienen una duración nada despreciable de entre siete y nueve minutos.
Usan los teclados con medida generosidad, no apareciendo en todo momento, sino que optan más por la fórmula de intercalar partes de Black furibundo con momentos más sinfónicos en los que los teclados no son la fuerza dominante de la composición pero sí agregan una carga ambiental estupenda, y sin olvidarnos de los momentos más volcados a la pura atmósfera con ese sonido noventero característico.

No es que sea de lo mejor que conozca, pero está muy bien para quien guste de cosas como los primeros Lunar Aurora, Nocti Vagus, Dies Ater, Cryogenic y otros alemanes por el estilo.


sábado, 8 de enero de 2011

ZARGOF - Departure For The Cosmic Twilight


Va siendo hora de reanudar el blog este año, parece mentira cuando empecé en el 2007…
Y con mi estilo favorito, el Black Sinfónico.
Ya había puesto unos pocos grupos de ese tipo de Brasil: Miasthenia, Malkuth y Songe d'enfer, aunque hay más como por ejemplo Luxúria de Lillith, Perpetual Dusk o estos Zargof.

Es su primer trabajo, un EP del 2004, con sólo dos instrumentales y tres canciones que desarrollan un Black Sinfónico con raíces en los viejos grupos noruegos de mediados de los 90, aunque con un toque más reciente.

Se nota la lejana influencia de Limbonic Art y similares con esas atmósferas cósmicas, pero más bien a otros grupos noruegos como los Mactätus del primer álbum o Svartahrid, de canciones cimentadas en unas guitarras sencillas (aunque sale un buen solo en el cuarto tema) y sólidas acompañadas de una batería que no sólo marca los ritmos feroces del estilo, regodeándose a su gusto en el lado atmosférico.
Los neblinosos teclados tienen un prominente papel ambiental que hace que fluyan etéreos, con un toque cálido y ensoñador como sucede con los franceses My Darkest Dream, añadiendo además el punto particular de los grupos del continente americano como por ejemplo los mexicanos Magan, y unas pinceladas de discreto piano que realzan las melodías.
La voz es algo esperable en el estilo, una huraña voz rasgada que gruñe más que grita, que resuena sobre el lecho de teclados con buen efecto.

Sólo dura entre 22 y 23 minutos, pero las tres canciones que nos quedan quitando las instrumentales cumplen muy bien y es un buen EP para amantes de discos con atmósfera de otro mundo.