domingo, 28 de marzo de 2010

JUDAS ISCARIOT - Heaven In Flames


Ya puestos con material crudo en la anterior entrada, voy a volver a comentar otro disco de Black Metal con toque de atmósfera, porque este álbum de 1999 me sorprendió bastante.
Anteriormente había visto comentar que Judas Iscariot era una banda muy cruda y minimalista, por eso fue una sorpresa encontrarme con el que posiblemente (yo no conozco su discografía) sea su disco más atmosférico y versátil.

La escena de los Estados Unidos está bien llena de bandas siguiendo los esquemas noruegos tradicionales, de manera que se podrían hacer pasar por escandinavas al oírlas por primera vez y sin tener información a mano. Este es el caso de este proyecto de un solo músico, quien ejecuta un buen Black Metal influenciado por Darkthrone, Graveland y Burzum entre otros.
Al empezar el primer tema, tomémoslo como ejemplo, notaremos de inmediato la sombra del “Transilvanian Hunger” de Darkthrone, con sus rápidos golpes de batería guiando una filosa capa de riffs que despedazan carne putrefacta, pero tras unos minutos aparecen unos sencillos pero oscuros teclados que aportan un buen telón de fondo. Más o menos podemos resumir así el disco, pero una de sus características que más me gustaron es que hay cierta diferenciación entre canciones; hay temas en una onda similar, pero otros se distinguen perfectamente y tienen marcada personalidad, algo que me llama la atención en un disco de esta índole.

Así van apareciendo temas con un ritmo más lento y otros con un curioso sentido de la melodía que para mí no estropea su crudeza inherente, o el caso de “From hateful visions” que me resulta incluso pegadiza. No hace falta aclarar esto, pero los teclados no están presentes en todas las canciones, aparecen en la mayoría realzando ocasionalmente la atmósfera emponzoñada del álbum.
Presenta una cenagosa producción, que es la adecuada para este tipo de música, siendo desgarrada por una voz particularmente ronca y baja, parecida a la de los polacos Eblis como he mencionado en varias reseñas.

Personalmente me ha gustado el toque de variedad que tiene este misantrópico disco, que recomiendo una vez más a quien quiera oír algo crudo pero con algo de atmósferas como los primeros Behemoth, Blazemth, Legion of Doom, Abigor o los viejos Satyricon.

sábado, 27 de marzo de 2010

INSIDIUS INFERNUS - Pale Grieving Moon


Toca algo de Black Metal crudo y tradicional, aunque con un toque especial como luego veremos.
Este debut de 2002 (tienen dos discos) es el clásico disco que se podría hacer pasar por noruego porque sigue las directrices nórdicas del estilo con fidelidad, pero resulta proceder de Grecia, de la misma Atenas para ser más exactos. Queda claro que es un disco de crudo y frío Black Metal nada más ver el libreto, que tiene una estética muy a lo Darkthrone con sus imágenes en blanco y negro.

Insidius Infernus es un dúo, compuesto por Ungod a cargo de todos los instrumentos y voces rasgadas, y Luciferia con las voces femeninas. Que no alarme a nadie esto último, que sigue sonando claramente a Black Metal escandinavo de toda la vida, con su reconocible distorsión que corta como una helada nocturna y sus blast-beats de batería. Y, al igual que bandas como los archifamosos Darkthrone, esta batería con mucha frecuencia baja las revoluciones para deleitarnos con las llagas que produce un tono más lento, haciendo su escucha ciertamente gélida.

Lo que acaba de rematar esta atmósfera es el llanto de la luz lunar interpretado por la voz de Luciferia que aparece en la mayoría de los temas del disco, aportando un peculiar contraste con la raspada voz de Ungod que pocas veces habrás escuchado en un disco blacker. Es una voz hechizante y misteriosa, no se trata de una soprano como en los conjuntos góticos, que hace que nuestra imaginación vea un espíritu del bosque que drena lentamente la vida de los que se perdieron en la noche.
El título de una de las canciones podría describir perfectamente esto que acabo de contar, “Darkest veil of silk”, porque su atmósfera es realmente el más oscuro velo de seda.

Puede encantar a quienes le parezca que la presencia de una etérea vocalista femenina no arruina un disco así, véase por ejemplo Vordven (aunque ellos también tienen teclados, no es tan crudo exactamente) o Atman, así que gustaría por igual tanto a fans de Darkthrone, Judas Iscariot, Carpathian Forest y los antiguos Behemoth como de cosas como los dos grupos que acabo de nombrar más arriba o los primeros Siebenbürgen.


jueves, 25 de marzo de 2010

FROM THE SUNSET, FOREST AND GRIEF - ...Empty, Cold & Forgotten


Esto fue todo un descubrimiento tardío del pasado 2009 que llegó hasta mí a finales de año, aunque de todos modos fue editado en noviembre. Y ha sido sin lugar a dudas una buena despedida de ese 2009 que tan pocas sorpresas me ha dado en comparación con los dos años anteriores, para ser francos.

Este proyecto individual mexicano entraría en lo que se da en llamar Black Depresivo, pero yo matizaré que sucede como con Krohm y podríamos considerar su música más melancólica que deprimente.
La influencia de Burzum es ineludible en un proyecto de estas características, con un minimalismo efectivo y satisfactorio que nos recuerda que podemos disfrutar de la música sin necesidad de complicarse mucho.
Partiendo de esa primitiva base, añade su sello personal porque su inspiración en la armonía de la naturaleza es algo que sobrepasa cualquier inspiración en bandas concretas, y así crea unos pasajes imbuidos del murmullo del agua y del viento que hacen que este disco sea un poco distinto a los que tienen un sentimiento más autodestructivo.

A las características guitarras distorsionadas y sencillas acompañadas de ritmos nada apabullantes se añade una buena presencia de teclados que aportan el toque de nostalgia deseado, haciendo que su escucha sea triste y bella al mismo tiempo, algo normal si consideramos que el músico que anda tras esto procura hacer poesía que canta tanto al dolor como a la vida y la naturaleza.
Esto lo emparenta un poco, desde mi opinión, con la música de los primeros Empyrium, con quienes comparten el usar esos sintetizadores sencillos pero hermosos y envolventes, que en ocasiones adoptan ese sonido ambiental como de olvidado paraje boscoso. En un tema concreto, “My (suicide) path”, encima por si fuera poco, hay unos pianos que son para muchos lo mejor del disco.
La voz, por su parte, es simplemente una rasgada agónica, sin más, aunque al menos resulta mejor que la de Burzum y sus imitadores.

Si te gusta este tipo de bandas, es lo tuyo, porque para mi gusto es de lo mejor de años recientes en el estilo junto con cosas como ColdWorld, Gris y Pensées Nocturnes.


lunes, 22 de marzo de 2010

MYSTIC FOREST - Romances






La combinación del Black Metal con influencias de la música clásica es algo que puede dar excelentes resultados si se tiene buena mano para ello. 
Algunos ejemplos serían Pensées Nocturnes con su Black Depresivo adornado de pasajes clásicos o Thulnar y The Eternal Blade con su Black Sinfónico de barrocas composiciones. 

 Dicho esto, aquí tenemos una banda francesa conocida por incorporar también estas influencias a un crudo Black Metal. Muy crudo al menos en lo que oí de ellos hace bastantes años, porque antes la fórmula consistía en un Black Metal a piñón fijo de toda la vida, mientras que en este disco (de 2004, el último hasta la fecha) la cosa se hace más versátil y no todo consiste en blast-beats de batería y densas guitarras, con un punto de melodía y variedad que hace de este disco una gran obra decadente de puro y genuino romanticismo francés. 

 El aspecto blacker de base ya ha quedado explicado en líneas generales, así que pasaremos a lo que da personalidad al disco. Al acabar muchos temas suenan unos bellísimos pianos acompañados por el repiqueteo de la lluvia, pero son pianos de Chopin y poco mérito les queda en ese punto, incluso aparecen unas líneas de piano que también hacen acto de presencia en el debut de Pensées Nocturnes.
Lo que sí es de su cosecha es la incorporación de acordeón y un poco de flauta, dando un toque muy parisino, la verdad. Si el Pagan Metal y el Black Folk son música para imaginar curtidos guerreros ingiriendo litros de cerveza sin tregua, entonces este disco es música de bohemios que beben absenta en un café de París junto a pintores impresionistas. 

 Todo esto no hace que se descuide la aspereza blacker, que aún se mantiene pese a las ingentes dosis de romanticismo, pues las guitarras presentan una buena distorsión y las baterías golpean rápidamente no pocas veces, amén de contar con una tosca rasgada como única voz, sólo a veces hay unas pocas narraciones femeninas muy discretas en este disco de letras en lengua francesa. 

 La producción no es la mejor, pero el encanto general del disco me ha conquistado, así que sin perder más el tiempo os dejo con esta búsqueda del color del Impresionismo.







sábado, 20 de marzo de 2010

FEAR OF ETERNITY - Toward The Castle


Este proyecto individual italiano ya fue comentado por mí hace tiempo con su tercer trabajo “Ancient Symbolism”, pero el año pasado descubrí (un poco tarde, la verdad) su magnífico debut autoproducido de 2005 y he de hacerle justicia publicando una segunda entrada para Fear Of Eternity.

Básicamente su propuesta es la misma que en sus otros tres álbumes, un Black muy atmosférico que se deja llevar por los místicos y arcanos teclados mientras las guitarras meramente acompañan y las baterías llevan ritmos más o menos lentos. Pero, tal vez por ser el primer trabajo, aquí se deja notar más la descarnada influencia de Burzum, por tener unas guitarras mucho más rudas y notorias que en los otros discos, donde apenas resaltaban.
Esto lo convierte en su álbum más áspero y crudo con ese continuo zumbido de lacerantes riffs, pero teniendo los abundantes teclados característicos de todos sus discos. Aquí se revela la posible influencia de bandas como Summoning, bandas de temas dominados por los teclados sinfónicos y sin ninguna necesidad de velocidad, haciendo que recuerde también un poco a la fórmula del primer disco de Bishop of Hexen (cosa que comenté en la otra reseña de la banda).
El otro grupo al que se parecen (o más bien al revés) es Lord Agheros, con el que comparten el tener un oxidado chirrido como voz, pareciéndose a la de otros vocalistas bajo la influencia del controvertido Maniac, como por ejemplo las voces de Sabrax o los citados Bishop of Hexen.

En un disco así, el encanto particular viene de mano de los teclados, que en este caso concreto tienen un sonido reconocible y bastante personal sin tener que recurrir a artificios de rebuscada originalidad. Brindan una atmósfera muy tenebrosa y propia de ignominiosos secretos en los mefíticos calabozos de algún castillo. Esto incluye esos sintetizadores tan conocidos por los fans de la banda, como los sonidos similares a campanas o los tristísimos pianos, que hacen que la experiencia sea similar a contemplar un solitario paraje desde un campanario medio derruido.

Resumiendo, es un debut como los posteriores discos en cuanto a teclados pero con una distorsión guitarrera más densa, lo que lo convierte en un excelente acompañamiento para esas bandas que parten del sonido de Burzum pero con mejores voces y muchos más sintetizadores, como tal es el caso de la banda mexicana From The Sunset, Forest And Grief.

miércoles, 17 de marzo de 2010

ANCESTRAL MYTH - Fight Until Death


Paso ahora a comentar uno de esos descubrimientos que hago por pura curiosidad, investigando un poco bajo la herrumbre del underground.

Llegué hasta estos franceses buscando algo de Black Metal de atmósfera medieval, y al verlos así descritos me froté las manos pensando en otros grupos franceses de ese tipo como Astaarth, Forest of Souls, Epic, Lord o AevLord, todos ellos grandes conjuntos de Black Sinfónico con teclados muy inspirados en esa época concreta.
Pero no ha sido así exactamente en este caso, lo que me he encontrado es más una furibunda descarga de Black Metal con pinceladas atmosféricas.
Su propuesta rabiosa, distorsionada y de chirriante interpretación vocal me ha hecho pensar en grupos como Parnassus, Aryadeva o sus compatriotas Praeda y Anteis Symphonia. Profundizando un poco más, esto quiere decir que este CD autoproducido de 1999 se basa en ritmos marcados por casi incesantes martillazos de batería, guitarras beligerantes y una voz rasgada muy violenta.

Así es como nos reciben nada comenzar el disco, dejando claro desde el principio que les interesa el lado más furioso y agresivo de las guerras medievales, aunque incluyen en todos los temas unos teclados de fondo que no son la quintaesencia de la creatividad pero cumplen con su papel de colchón atmosférico. La excepción del disco es el tema “Within the flames of the blaze”, donde juegan con la cara más ambiental y rebajan la velocidad para regocijarse más frecuentemente en las atmósferas de teclado con regusto nórdico.
Los horrendos alaridos de la batalla se ven representados en los desgarrados gritos frenéticos de su vocalista, que añade algunas guturales para mayor barbarismo.

Este álbum de poco más de media hora no puede competir (para mi gusto) con los otros grupos franceses citados en mi repertorio, ni con los de otros países como Forsth por ejemplo, pero sí estoy satisfecho con mi hallazgo, que puliendo más su sinfonismo bien podría haberse acercado al primer álbum de los holandeses Sammath.

domingo, 14 de marzo de 2010

SAD LEGEND - Sad Legend


Analicemos hoy una de esas rarezas descatalogadas que tanto cuesta encontrar originales en la actualidad, con este debut de 1998 editado por Hammerheart Productions, el mismo sello que editó otros discos raros de conseguir como el debut de Bishop Of Hexen y el homónimo de Poccolus, con fuertes pujas por Ebay.

Esta banda de Corea es más bien el proyecto personal del músico Naamah, quien grabó él solo este álbum antes de contar con el apoyo de otros músicos más adelante, dando rienda suelta a su creatividad con un Black Melódico de hermosa factura donde la melancolía tiñe las guitarras con el color de un último atardecer.
Por lo tanto, yo diría que la emoción que más desprende el disco es la tristeza, aunque la rabia esta desde luego muy presente en un disco de Black Metal con su inclusión de ritmos rápidos y la agresividad rasgada de la voz. También depende mucho de la canción, porque algunos temas en concreto son los que más lucen unas melodías de guitarra tan dolientes que resultan perplejamente deliciosas, haciendo que este álbum sea bastante pegadizo.

Y no olvidemos que está presente un mínimo de rudeza y distorsión pese a la ingente melodía, ya que es además un disco en el que los teclados no tienen protagonismo y adoptan un papel de ocasional colchón de fondo, una difuminada base sobre la que las guitarras y baterías se asientan con mayor solidez atmosférica. No incluyen toques folklóricos como otros grupos orientales como por ejemplo Oathean o Chthonic, pero no los necesitan en realidad porque su fórmula melancólica es ya muy buena.

La voz es una rasgada hostil pero sin llegar a ser aguda ni violenta, y recuerda bastante a la de algunos grupos europeos. El toque personal y curioso viene de mano de unas voces melódicas que aparecen en unas pocas canciones, con un rol parecido al que cumplirían unas voces femeninas.

En fin, hay buenas cosas en Corea como Oathean, Dar Mirror Ov Tragedy o estos Sad Legend con sus melodías de ensoñación, profunda nostalgia y abatimiento.

jueves, 11 de marzo de 2010

NEGURA BUNGET - Zirnindu-Sa


Hace ya tiempo publiqué una reseña del último disco (por entonces, ya que este año habrá nueva obra) de estos rumanos tan aclamados, el titulado “Om”, y ahora realmente me apetece analizar su faceta más primordial en su primer trabajo.

Es, visto lo visto, uno de los grupos de Black Metal más reconocidos a día de hoy, de una manera comparable a la expectación generada por Drudkh o Wolves In The Throne Room, aunque la diferencia con esos dos grupos radica en que Negura Bunget no empezaron en esta última década, ya que este disco fue lanzado en casette en 1996 y reeditado en CD en 1998.

Pasemos ahora a desmenuzar lo que encontramos al escuchar a los Negura Bunget primerizos; es donde los encontramos en su estado más crudo, y más si tenemos en cuenta lo mucho que beben del Black Metal noruego tradicional de toda la vida, algo más obvio aún en sus inicios.
La batería no golpea con la velocidad tempestuosa propia de otros grupos, pero las guitarras sí que tienen la clásica distorsión blacker, con producción baja incluida, siendo de manera más sencilla que esos enrevesados setos de riffs de su último disco. Con una clásica voz rasgada de criatura mitológica del bosque como debe ser, no es una maravilla ese desgarro de garganta pero me gusta personalmente que no estén esas voces limpias del “Om”.
Curiosamente, es aquí donde más abundan los teclados, y digo curiosamente porque no es lo que uno esperaría en los tiempos más crudos y sencillos de un grupo. A mí desde luego es algo que me encanta, como buen amante del Black Sinfónico que soy, y estos teclados de todos modos no desentonan con la línea minimalista porque consisten ante todo en la brumosa consistencia oscura de los primeros Emperor o los discos debut de Profanum y Satyricon por ejemplo.

Incluso la portada me gusta más que las de otros discos, ya que es un grupo con portadas realmente feas, incluyendo las de algunas reediciones que gastan.

Estos treinta y siete minutos se pasan un poco rápido y uno querría seguir oyendo esta faceta sencillamente cruda de aspereza de corteza de pino envuelta por teclados, y así continuar con esta visión transilvana de umbrías frondas de acículas.





lunes, 8 de marzo de 2010

ASGAARD - Ad Sidera, Ad Infinitum


Retomemos un gran disco gótico que tenía un poco apartado pese a conocerlo desde hace bastantes años. Estos polacos de vikingo nombre han sido un poco inquietos en su trayectoria, moviéndose desde el Gothic-Doom de sus inicios hasta el Black Sinfónico moderno de su último disco, siempre manteniendo un toque personal en común en sus discos porque tienen buena mano para las sinfonías.

Para este álbum en concreto, el segundo en su discografía y lanzado en 2000, dinamizaron el Gothic-Doom de su debut de 1998 hacia una especie de Gothic-Black. Aunque de Black Metal tiene realmente poco en esas guitarras y baterías, y se asemeja mucho más a esos grupos góticos con consistencia y voces rasgadas, como por ejemplo los portugueses Eternal Mourning.

En ese aspecto, en cuanto a ritmos y guitarras, son bastante estándar y no hay mucho de especial, pero donde sí se lucen es con los teclados, combinando como pocos el lustroso romanticismo gótico con la majestuosidad de los grupos noruegos de Black Sinfónico.
De este modo podemos oír un órgano que encajaría en un grupo sinfónico blacker, y luego disfrutar de la colaboración esporádica de una violinista que deja en algunos temas la fragancia gótico-doomster que es tan de agradecer. Otro detalle digno de mención son las atmósferas como de vals excéntrico de las que Arcturus eran el vivo ejemplo.
Ya que menciono a Arcturus, estos Asgaard en su interpretación vocal eran muy teatrales. Ésta es íntegramente masculina, con una rasgada acompañada por unas claras y profundas muy góticas.

Si te gusta el Gothic con voces rasgadas, profusión sinfónica y maridaje entre romanticismo y fastuosidad astral, hazte con este álbum, que ya sabemos que los polacos son expertos en estas artes, además de tener en cuenta despliegues teatrales como el de los españoles The Bleeding Sun.

sábado, 6 de marzo de 2010

RADIGOST - Nocturne


Antes de que finalicen las disipaciones de este invierno, aún tengo tiempo de poder ofrecer un poco más de permafrost.
Conocí a estos rusos de nombre mitológico con sus dos últimos discos, especialmente con su “A stellar kingdom” de 2008, un disco con mucho regusto a Doom Metal e inclusión de voces femeninas para completar el ambiente astrológico, para ahora conocer su debut más blacker y frío para mi sorpresa.

Es una demo de 1999 que fue reeditada en 2004 en CD, historia que ya conocemos en otros casos como Perun, Nokturnal Mortum, Negura Bunget o Astrofaes. Y, ya que hablo de demos, incluye temas que ya ofrecieron en sus viejas demos, con el componente añejo servido.
Lo que nos encontramos es, a grandes rasgos, algo enraizado en el Black Metal pero dirigido por las atmósferas tranquilas y los generosísimos teclados, con unas notas de Doom Metal acordes con la serenidad del álbum.

Los amantes de los discos relajados pero con fondo áspero se verán satisfechos, porque es la tónica de todas las canciones, con ritmos sosegados y una distorsión de guitarras que quiebra placas de hielo persistentemente. Este sonido guitarrero remite a los típicos grupos eslavos, por supuesto, pero también aportan no pocos riffs melódicos muy imbuidos de la melancolía doomster.
Para hablar de los teclados, elemento tan imprescindible en discos así, basta con echar un vistazo al título del CD, su portada y el mensaje “fría belleza de la noche” que hay escrito en el lateral de la caja para hacerse a la idea. Este helado hálito nocturno se manifiesta en un abundante gusto por los pianos, algo que celebro mucho, y otros sintetizadores igualmente plácidos así como los discretos órganos.
La voz más frecuente es una raspada como una fina capa de hielo resquebrajándose, con inclusión de unos tonos más graves y casi guturales (la voz que fue principal en el último disco, por cierto).

Esto dura poco más de una hora, y encima en esta reedición hay dos canciones más como bonus, así que disponte a pasar la larga noche invernal en latitudes boreales.