sábado, 30 de julio de 2011

IZAKARON - Chaoschrist


Rusia desde luego no se queda corta en cuando a grupos de Black Sinfónico de teclados muy prominentes, además de su fama como cantera de Pagan Metal y Doom Metal.
Como ejemplos de su amplio elenco tenemos a Sinful, Astarium, Astel Oscora, Crystal Abyss, Stigmatic Chorus, Devil-May-Care y, también, el grupo que justo presento hoy.

Esto es muy representativo del paradigma de bandas guiadas por los teclados mientras que las guitarras son un monótono muro o zumbido. Desde el principio ya pueden darse por servidos o avisados quienes disfrutan de ello y aquellos a los que no les haga tanta gracia.
Imaginad por el ejemplo el ampuloso y espectacular debut de Obsidian Gate, “The Nightspectral Voyage” o el primero de Bishop of Hexen, aunque no tan bueno como estos dos discos, así es lo aquí encontrado en este su único CD del año 2000, sinfonismo en todo su esplendor con unas guitarras en machaconas andanadas de riffs simples mientras que la batería tampoco destaca especialmente en la producción, que deja a ésta y las guitarras como bajo una capa de fango.
En cambio, los teclados espumean bien sobre ese cieno, echando mano de casi todos los recursos típicos, como momentos orquestales, órganos, pianos, simulación de flauta, etcétera, teniendo en general un sonido muy grandilocuente que despliega eternidad sin tener que emular a Dimmu Borgir como otros tantos, aunque tienen algún que otro teclado que me suena poco serio y más propio de videojuego, cosa que me gusta menos.
La voz está a la altura para mi gusto, casi todo el tiempo igual excepto alguna narración en off aislada, consistiendo en desgarros tan sucios como el légamo verde que flota en marismas salobres.

En originalidad no destaca, pero sí en sinfonismo pomposo, así que los amantes de lo espectacular aquí tienen algo que añadir al repertorio con los discos citados, el “Infernal Satanic Verses” de Mystic Circle o el “Rape in Rapture” de Misteltein.



jueves, 28 de julio de 2011

MAY RESULT - Gorgeous Symphonies Of Evil



Cuidado con las primeras impresiones al escuchar un grupo. Yo lo digo porque al escuchar el segundo disco de estos serbios, el llamado “Tmina”, no quedé muy convencido. Pero qué equivocado me sentí al conocer ayer este debut porque me lo recomendaron con mucho ahínco.

Siendo un disco del año 2000, su sonido de Black Sinfónico noventero nos parecerá muy lógico al comprobar que en realidad fue grabado en 1997. La instrumental que abre el álbum empieza fuerte mostrando ya las características básicas a encontrar a lo largo del resto de su duración: guitarras crujientes y formidable sinfonismo.

Tanto la producción como la fuerza de las guitarras hacen que éstas suenen afiladas como el cristal y potentes, permitiéndose modestos momentos melódicos en medio de esos bloques distorsionados de guitarrazos. Se compenetran bien con los teclados, que para mi deleite incluyen muchos órganos a la antigua usanza, aparte de los sintetizadores más bien de respaldo atmosférico, trayéndome todo ese sabor de los 90 que tanto me busca pescar buscando en las simas del underground.
La enérgica batería, por otro lado, no llega al frenetismo en sus momentos más rápidos pero sí que reparte ritmos machacones, y el bajo llega a destacar en algunos momentos pese a la potencia de los otros instrumentos.
Otro elemento bastante agresivo es la voz, una rasgada con matices gorjeantes que en algunos temas tiene el apoyo de una soprano y las narraciones de otra vocalista femenina.

Si te gusta que el Black Sinfónico tenga potencia además de buenos teclados, esto te puede gustar si no te has cansado aún del estilo y eres un verdadero amante de ello. Por mi parte tiene delito que yo no conociera siendo de CCP Records, el sello de bandas que me gustan como Love Lies Bleeding, Winter of Sin, Enid o Estatic Fear, pero nunca es tarde.










miércoles, 27 de julio de 2011

ELFFOR - Frostbitten Pain


Haber dedicado la anterior entrada al EP de Forest Silence me ha recordado inevitablemente este otro disco que también ha sido de mis favoritos del 2010.
No sólo tienen estos dos grupos en común haber lanzado sendos discos de invernal título el año pasado, también Elffor comparte con la banda húngara el ser trabajo en solitario del teclista de una banda más conocida (Numen en este caso), y haber evolucionado desde el Ambient hasta terrenos más blackers sin quitar un ojo de lo ambiental.

Lo dicho, desde que comenzó este vasco en los 90 con un medieval Ambient de teclados, introdujo elementos del Black Metal en su segundo disco, hasta que ahora en este su quinto álbum ha conseguido su trabajo con mayor solidez en el aspecto blacker.
Las guitarras siempre las usó de manera sencilla y dejando a los teclados llevar el mando, y ahora eso sigue igual aunque aquéllas tengan más fuerza y peso, encajando bien con la también mejorada batería que suele llevar blast-beats frente a otras bandas épicas que tiran más del medio tiempo. Lo que sigue igual es la voz, con la rasgada hosquedad de alguien criado en las grises colinas de castaños, robles y hayas, incluyendo como siempre algún alarido agonizante deudor de Burzum (banda que siempre está en la base de grupos así). Una pequeña novedad es la colaboración de Hildr Valkyrie (vocalista de la banda de igual nombre) al final del segundo tema, ya que nunca hemos oído coro femenino en un disco de Elffor, y supongo que se deberá a que ambos se conocerían al participar en el disco tributo a Summoning.
Y ahora llega lo que aporta todo el espanto del Medievo, esos teclados cargados de épica oscura, desde las simulaciones de trompetas batalladoras a los sonidos más Ambient. Mientras otros grupos parecidos se recrean más en la gloria de la guerra y el ardor del combate, aquí nos encontramos más bien con la desolación que conlleva, pintando ante tus ojos la carestía y la muerte en el invierno, ese gran aprisionador de silencio.

Aprovecho para recomendar también el grandioso “Unblessed Woods” de 2006, pero ahora mismo me centro en animar con este CD nacional a quien le apetezca escuchar una especie de cruce entre la épica de Summoning y el rigor invernal de Vinterriket.






martes, 26 de julio de 2011

FOREST SILENCE - Winter Ritual


Con el tiempo grisáceo que ahora tengo, con fina y persistente llovizna, niebla y frío en pleno verano, me viene al punto este disco del año pasado a la cabeza.
Ya le dediqué una entrada a su CD del 2006, en la que explicaba que se trataba de la banda en solitario del antiguo teclista de los húngaros Sear Bliss, y con este EP se confirma como una de las bandas más invernales de Black Metal que puedo imaginar.

En verdad sólo contiene dos canciones nuevas, porque los dos siguientes temas y la instrumental final pertenecen a su demo “The eternal winter” de 2002, que personalmente yo no conocía, y entonces topé con material completamente por descubrir.
Y lo mejor de todo es que, según veo, el músico ha querido que los dos temas nuevos estén en armonía con los viejos, de manera que juntos forman un todo y no uno de esos EPs con partes muy diferenciadas, ya que tan sólo la producción del material viejo y su sonido más afilado son la nota distinta.

A este proyecto le sentó como un guante su evolución de Ambient oscuro hacia un Black Metal con ese toque ambiental en los fríos teclados de fondo, que es dirigido por ritmos lentos con el aletargado pulso del invierno, pero con algún momento un poco más movido, mientras que la distorsión guitarrera es tan sólida como gélida junto a esos teclados sencillos pero de ambientaciones tan heladoras que sientes cómo se te entumecen las extremidades.
También se diría espectro del invierno la voz, gruñendo como un agonizante predador en una trampa mientras el frío de la noche consume su último aliento.

Tanto el sonido de los dos temas nuevos, del que espero poder disfrutar en un disco completo, como la fría suciedad de la demo me convencieron el pasado 2010, así que sin más os dejo con los latidos de la estación invernal con este disco de libreto con imágenes de muertos en la nieve.








jueves, 21 de julio de 2011

HELVETE - Lords Of Victory


Sigamos con otra novedad de este 2011. Tras el casi fiasco que supusieron Syn Ze Sase Tri con su bajísima producción, recibí muy bien el élfico disco de Shambless para revivir un poco la gloria de los ausentes Summoning, y ahora al fin tengo en mis manos uno de esos discos que pocas veces se ven en estos tiempos, una muestra atemporal de Black Metal con sinfonismo de los 90.

Presentado bajo una portada de Igor Mugerza, el mismo artista que ha trabajado para bandas como Elffor o Xerión, tenemos uno de estos productos que abogan por dibujos frente a portadas de photoshop, fotografías enmarcadas de músicos con corpsepaint y estética en blanco y negro, en rigurosa comunión con el sonido de sus diez canciones.

El teclista y compositor de esta banda mexicana es un empedernido amante del Black Sinfónico de los 90, de los viejos y mágicos tiempos de grupos como Troll, Covenant, los japoneses Tyrant, Necromicon, Forsth, los franceses Lord y demás, cosa que se nota en este su segundo álbum, que podría hacerse pasar por uno de esos años.
Lo envuelve una de esas producciones de mortaja nocturna, con la suciedad rasposa que no resta potencia al sonido, ideal para guerreros lobunos que salen a por su inevitable ración de sangre y volutas de espanto, más o menos como pasaba con los antiguos Satyricon, Abigor o Behemoth en su “Grom”.
Es así como presenta unas guitarras con un sonido de áspera rudeza compacta que he notado muy a lo ucraniano, recordándome al “Goat Horns” de Nokturnal Mortum, y al “Seraphim’s Lair” de Capitollium como disco bajo su influencia que es. Quien espere baterías atronadoras está en lo cierto, así como marchas batalladoras y ritmos que abrazan las atmósferas brumosas. Hablando de atmósfera, es uno de estos discos que apuestan por teclados como una neblina de densa negrura en vez de sonidos bombásticos o simulaciones orquestales, con un sonido bastante uniforme a lo largo del disco como pasaba con Emperor en su debut o los belgas Avatar.
Si en su debut “Warmasters” me acordaba de Forsth por la voz rasgada y grave de enorme bestia escamosa, ahora el tono más raspado me recuerda un poco a Enslaved, y es de agradecer que las voces en ambos discos hayan estado naturales y poderosas, con su punto costroso adecuado, junto a unas pocas voces narradas de guerrero declamando.

Y con esto, un nostálgico de lo noventero acaba dibujando una sonrisa al comprobar que aún en tiempos recientes pueden germinar discos así.









lunes, 18 de julio de 2011

ENSLAVEMENT OF BEAUTY - Traces O'Red


Mucho ha llovido desde que comenté el “Megalomania” de estos noruegos, disco con el que los conocí antes de dar poco tiempo después con su debut de 1999. El “Megalomania” de 2001 contaba con la ventaja de tener algunos temas muy buenos que se aferran en el recuerdo, pero muchos otros muy desechables, mientras que este debut tiene el don de la regularidad, si bien pierde con ello que algún tema sea muy especial sobre los otros.

Pero, antes de nada, vamos a ver qué estilo tocan, para quien no los conozca. Debemos pensar en esos grupos catalogados como Black Melódico, que de Black Metal no tienen nada al final, tan sólo la voz; hablo de bandas como Graveworm, Illnath, primer disco de Cryptic Wintermoon o Embraced, en los que lo blacker es sólo un lejano aroma, teniendo algunos de ellos incluso trazas góticas que nos hacen pensar en Gothic endurecido con voces rasgadas.

Por estas fechas eran un dúo, siendo el músico que se encarga de lo instrumental un hombre con influencias clásicas que refleja en sus melodías y livianas guitarras, con muchos detalles y hasta algún toque folklórico en sus líneas. Tiene dinamismo en los ritmos, sin llegar al frenetismo de la batería del Black Metal, y también fluye muy a gusto en los medios tiempos, mientras los teclados tienen un sonido etéreo y flotante que resulta uniforme en todos los temas. Esto último hace que sea difícil recordar temas concretos, además de echar en falta variedad, pero es agradable ese ambiente onírico, de nobleza fatigada, perfumes desvaídos y jardines descuidados.
El único rasgo blacker, como dije, es la voz, que no destaca especialmente en comparación con bandas como Graveworm, unos gruñidos rasposos sin más, aunque cantando poéticas letras como añadido de interés.

Si tienes gustos más fuertes, no te hará mucha gracia, pero si te gustan los grupos mencionados, además de otros como Asgaroth, Stormlord o el debut de Solefald, esto te parecerá cuanto menos interesante.





http://www.mediafire.com/?f2g6htxcz2se1b1





sábado, 16 de julio de 2011

HITHLUM - In The Land Of Mordor Where The Shadows Lie


Ya que he comentado tres discos al estilo Summoning en estos meses recientes, me apetece mucho ahora subir otro grupo que me salió como similar a la banda austriaca en una búsqueda. Aunque el tema es tolkeniano totalmente, el sonido no es tan similar como el de Summoning, primeros Enid o Valar, ahora lo veremos.

Debutando en 2005 con el único disco que tienen, estos americanos muestran su pasión por el universo ideado por Tolkien al componer exclusivamente sobre ello. Su propuesta es más contundente y menos sinfónica en comparación con los otros grupos similares, y el ambiente heroico, triunfal o ampuloso de esas bandas aquí es más bien oscuro y desolado.

Los teclados, por tanto, no son tan presentes ni dominantes como en otros casos, aunque sí tienen una buena presencia y agregan ambientaciones de yermos sembrados de cadáveres y magia innominada.
Por tanto, las guitarras tienen más potencia, aunque no es grupo de lucirse con virtuosismos y prefieren todo el tiempo los guitarrazos pesados alternados por momentos de trémolo blacker con la lejanía de una producción algo turbia. Estas murallas de rocas guitarreras, unidas a que la voz es más bien casi gutural, hace que me acuerde de la etapa blacker de los noruegos Aeternus, si nos imagináramos un híbrido entre ellos y toques del sinfonismo de los italianos Nazgul cuando se ponen más oscuros.
Otro toque rudo que no tienen los grupos parecidos está en la batería, que también distribuye partes de rápido blasting además de los habituales medios tiempos, para dar ese aire feroz de orcos destruyendo todo estremecimiento de vida.

No me parecerá de los mejores grupos de sinfonismo tolkeniano, pero me ha dejado satisfecho y no está de más en sesiones medievales con Valar, Enid, Shambless, Elffor o los maestros Summoning.







miércoles, 13 de julio de 2011

FORSTH - Helvetic War


Como me apetecía poner algo medieval dentro del Black Sinfónico, me inclino por el segundo disco de los suizos Forsth, que tiene sus rasgos particulares como para que ambos discos salgan en el blog pese a no diferir demasiado.

A veces pienso en lo mucho que daban de sí los grupos antes, recordemos lo seguidos que sacaban sus grandes discos grupos como Summoning o Bal-Sagoth, con sólo un año de diferencia, mientras que ahora pareciera que les dé una infinita pereza sacar material nuevo. Así pasó con Forsth, lanzando el debut en 1996 y este segundo disco en 1997.

Todavía quedaba mucho para que se acabaran convirtiendo en Morgart, ese grupo con pocas voces rasgadas y énfasis en el ambiente de teclados, pero ya apuntaban maneras al alejarse un poco del sonido de bosques invernales del debut para inspirarse en las batallas medievales de su Suiza natal.
Si antes usaban algún órgano, ahora es el teclado más frecuente, pero aún suenan las guitarras con la misma potencia aglomerada en muros uniformes y densos, sin buscar lucirse con habilidades guitarreras, y esas baterías rápidas que también reparten épica en un disco tan guerrero, al igual que mantienen la producción como envuelta por la herrumbre del olvido.
Lo que sí es cierto que no cambió nunca es la voz, rasposa y baja como un sapo enorme aprisionado en una gruta.

Aunque me gusta más el debut, de esta pequeña evolución (similar a la que tuvo Abigor al componer el “Immortal Black Art”) me quedo con esos órganos medievales que me plasman al punto imágenes y sensaciones de heráldica, mazas de armas, humedad carcelaria y relinchos agonizantes.

Aquí queda para quienes aún disfrutamos del sinfonismo al estilo de Ignobilis Mythos o Maleficentia dentro de un contexto medieval a lo Abigor.




viernes, 8 de julio de 2011

WALLACHIA - From Behind The Light


Ya que me han señalado que este grupo aún no aparecía en el blog, pues me ha parecido estupendo retomarlo y analizarlo más despacio.
Y más siendo uno de los pocos grupos noruegos de los 90 que no he reseñado todavía.

Tras la demo y su primer EP de 1997, llegaron en el 99 con su debut, de transilvano nombre al igual que la estética de la portada y el concepto de las letras sobre la parte diabólica de la leyenda de Drácula.
Los podemos incluir en el Black Sinfónico, aunque no del tipo más bombástico, es uno de esos grupos añejos con teclados como trasfondo ambiental que no aparece todo el tiempo, pero con sus momentos de sinfonismo más lustroso, eso sí. Como pasaba con lo primero de Dimmu Borgir o Bloodthorn por ejemplo, o lo último de Avzhia si no pensamos sólo en Noruega.
Los sintetizadores congenian muy bien con las guitarras semicrudas, que permiten momentos pegadizos y variados, incluso un par de acústicas, destacando el agradecido uso de órganos en bastantes temas que ayudan a imaginar más vivamente al demonio cárpato.
Llega a tener este disco partes de blast-beats, pero la mayoría del tiempo de las canciones fluye con ritmos comedidos en pos de la atmósfera ensoñadora, así como la producción es noventera pero no sucísima ni intragable.

Un aspecto muy particular de este disco es la voz, algo que no se suele ver en los demás grupos, porque está a medio camino entre guturales y esas voces filtradas que por ejemplo salen en discos como “Midian” de Cradle of Filth, de manera que por momentos nos parecen rugidos filtrados o esas voces en off de grupos como Ancient Ceremony o los recién citados Cradle of Filth. Está bien ese toque curioso, pero no me gusta tanto que sea la única voz, por mi parte me gustaría que también hubiese voces rasgadas de toda la vida.

Si te gustan los grupos sinfónicos noruegos de los 90, no tienes que pensártelo mucho a la hora de decidirte a escuchar este bien disco, si bien yo le habría añadido voces rasgadas y más teclados transilvanos.




martes, 5 de julio de 2011

SHAMBLESS - Menra Eneidalen


Tras el pequeño chasco con el disco de Syn Ze Sase Tri (he descubierto que esa producción tan baja es la verdadera del disco original), voy a repasar ahora otro trabajo nuevo de este año, aunque no es un debut como en el anterior caso.

La banda búlgara Shambless, o mejor dicho proyecto de un solo músico, va ya por su tercer álbum de Black Sinfónico de inspiración élfica y sonido que no pocos asociaremos con los maestros austriacos Summoning.

No es que los copien, para nada, pero es casi inevitable que algo se parezca cuando ambos grupos tocan despacio, con los teclados al mando y unas dosis épicas de proporciones ciclópeas.
Este señor escogió para las letras una lengua élfica (el título es “Belleza y ternura” por lo visto), y consigue trasladar ese universo al plano musical de mano de unos teclados que te invitan a tomar asiento en una pulcra corte de elfos. Si otros grupos de este estilo tienen momentos de oscuridad medieval, o directamente se vuelcan en ello (como Nazgul con su versión de parte de los orcos), Shambless más bien recrean imágenes de palacios brillando al sol, y de bosques luminosos y llenos de sabiduría arcana, con teclados cálidos y simulaciones de flautas (me acuerdo de sus compatriotas Solarfall) e incluso arpa. Se llega hasta a versionear un tema folklórico búlgaro tradicional.
Algo de lucimiento dejan a las guitarras, aunque no son el instrumento que marca el álbum, ya que hasta hay un tema sin ellas, y las baterías tienen ese tono batallador de Summoning y similares. En las voces añaden un toque que no suelen tener este tipo de bandas, porque añade cánticos limpios a las mandatorias voces rasgadas de feo trasgo.

No me parece que llegue a ser tan bueno como Summoning, L’ordre du Temple o Elffor, pero se puede codear con ellos porque han mejorado mucho tras sus otros dos álbumes anteriores y han logrado plasmar bien esas imágenes élficas de túnicas blancas y montañas de igual blancura.