
Hace bastante que me sugirieron subir este álbum, y realmente me apetece atender la petición en vista de que es un trabajo muy brillante; no es en vano que Haggard sean tan alabados y admirados con esa maravillosa fórmula que incluye una fortísima dosis de música clásica y orquestal combinada con Metal más o menos extremo.
El disco elegido es su debut de 1997, presentado con un grabado de Durero como portada, al igual que han hecho grupos como Abigor, Agony o Hecate Enthroned.
El motivo por el que me gusta este álbum por encima de los posteriores, es la mayor influencia en su lado más metalero del Doom Metal, gracias a unas guitarras de pesada distorsión y modesta producción, aunque con momentos menos austeros y algunos riffs más lucidos. Además de que, a diferencia de su último trabajo donde la parte clásica y la parte metalera están muy separadas, en este disco ambas facetas están más integradas a pesar de que inevitablemente hay muchos momentos en los que lo orquestal y barroco se desmarca de las graves guitarras eléctricas e incluso hay temas así enteramente.
Es verdaderamente una exquisitez cuando a los riffs doomsters y la voz gutural, un poco tosca y arenosa, se unen los coros y esa pléyade de instrumentación orquestal que incluyen, contando con flauta, oboe, arpa, violín, viola, violonchelo, teclados que muchas veces son deliciosos clavicordios y un buen número de sopranos, contraltos, tenores y bajos como vocalistas invitados.
Es así tan sencillo como espectacular sentirse espectador de la opulencia cotidiana en una corte renacentista y su renovación artística, sinuosos caprichos barrocos y demás grandiosas megalomanías.
Poco más hay que decir de esta nutrida formación alemana que tanto prestigio ha ganado por méritos propios; no se pueden comparar con otros grupos, pero es desde luego una obligada escucha para quienes disfrutan de Estatic Fear, Virgin Black y los momentos más poéticos de los viejos Lacrimas Profundere.
El disco elegido es su debut de 1997, presentado con un grabado de Durero como portada, al igual que han hecho grupos como Abigor, Agony o Hecate Enthroned.
El motivo por el que me gusta este álbum por encima de los posteriores, es la mayor influencia en su lado más metalero del Doom Metal, gracias a unas guitarras de pesada distorsión y modesta producción, aunque con momentos menos austeros y algunos riffs más lucidos. Además de que, a diferencia de su último trabajo donde la parte clásica y la parte metalera están muy separadas, en este disco ambas facetas están más integradas a pesar de que inevitablemente hay muchos momentos en los que lo orquestal y barroco se desmarca de las graves guitarras eléctricas e incluso hay temas así enteramente.
Es verdaderamente una exquisitez cuando a los riffs doomsters y la voz gutural, un poco tosca y arenosa, se unen los coros y esa pléyade de instrumentación orquestal que incluyen, contando con flauta, oboe, arpa, violín, viola, violonchelo, teclados que muchas veces son deliciosos clavicordios y un buen número de sopranos, contraltos, tenores y bajos como vocalistas invitados.
Es así tan sencillo como espectacular sentirse espectador de la opulencia cotidiana en una corte renacentista y su renovación artística, sinuosos caprichos barrocos y demás grandiosas megalomanías.
Poco más hay que decir de esta nutrida formación alemana que tanto prestigio ha ganado por méritos propios; no se pueden comparar con otros grupos, pero es desde luego una obligada escucha para quienes disfrutan de Estatic Fear, Virgin Black y los momentos más poéticos de los viejos Lacrimas Profundere.
1 comentario:
Esta banda es de mis favoritas, un gran acierto que haya sido publicaba, muy buen disco!
Publicar un comentario