jueves, 31 de marzo de 2011

AL LAT - Arabian Myths


Es ya tan habitual ver grupos paganos que incorporan instrumentación folklórica al Metal, y no sólo eso, sino que abunda tremendamente. Lo que no es tan frecuente precisamente es encontrarse con algo así que no venga de Europa; hay grupos de Sudamérica lo hacen desde hace mucho tiempo, y justamente desde Norteamérica nos llega este año un grupo que hace lo propio con la cultura del país de origen de sus músicos.

Son canadienses, aunque esto descoloque al ver la estética de este EP, pero se ve que tienen origen jordano y siguen con lo que iniciaron grupos como Melechesh y los viejos Orphaned Land al incluir sonidos orientales en el Metal extremo, y así dar vida a los temas de la mitología árabe anterior a la llegada del Islam que tratan en sus letras.

En este caso, se trata de Black Metal, calificado como sinfónico aunque yo no veo que los teclados tengan tanto peso como para considerarlo como tal. Lo que sí hacen es, como decía, añadir buenas pinceladas orientales con instrumentos tradicionales (como esos sonidos de cuerda con tanto encanto), que acaban de dar el mágico toque de leyendas del desierto junto con los toques de teclado que relucen como las cúpulas de los vastos imperios de Oriente.
La parte Black no es especialmente llamativa de por sí, unas guitarras sencillas con ritmos ni muy lentos ni muy contundentes, y una voz rasgada bastante arenosa que me recuerda un poco a la de los turcos Episode 13.

Con sus tres canciones y su instrumental en poco más de un cuarto de hora, me parece un inicio prometedor, y si continúan así y lanzan un disco completo estarán a la altura de otros actos orientales como Odious, Al-Namrood y Narjahanam, cuyos seguidores disfrutarán igualmente de este EP.




miércoles, 30 de marzo de 2011

NORDISCHES BLUT - Blood, Honour And Pride


A veces uno se queda mirando a qué se dedican por su lado los músicos de una banda que conoce, y se encuentra con cosas muy interesantes. Así me he encontrado yo curioseando con la banda alemana Nocti Vagus (les hice la reseña hace más de un año) y encontrándome con que su bajista tiene un proyecto de Black Metal donde la épica oscura campa a sus anchas.

Mientras que el disco de Nocti Vagus era un ejemplo de Black Sinfónico de los 90, este proyecto en solitario iniciado en 2003 (el mismo año en que se lanzó esta demo y su único disco completo) tira más por derroteros épicos y paganos.

Las guitarras son claramente blackers, crepitando con un zumbido que es más sucio aún por la producción, aunque sin pasarse de mal sonido. Pero, en cambio, los ritmos son más los propios de bandas paganas, ese medio tiempo totalmente épico sobre el que resuena la ronca voz rasgada de enorme criatura escamosa; sólo a veces suben un poco la velocidad, pero sin llegar al ritmo feroz de blast-beats de otros grupos blackers.
Y, muy probablemente bajo la influencia de Graveland, se agrega una generosa cantidad de teclados épicos, no constantes todo el tiempo, pero sí abundantes y llenos de atmósfera guerrera y medieval como en los citados Graveland, Iuvenes o incluso una pizca de los viejos Satyricon y Abigor, de manera que uno no estaría muy equivocado al pensar que esta banda alemana casi parece polaca por todas estas características. Los sintetizadores suelen ser una sencilla bruma oscura, pero también saben lucir como sencillos sonidos similares a órganos y trompetas de batalla.

Originalidad poca, casi parece uno de los muchos grupos polacos del estilo como decía, pero desde luego esta media hora repartida en cinco temas le gustará a quien deguste esos productos con mucho agrado.



viernes, 25 de marzo de 2011

TENEBRION - Atrum Tempestas


Demos otro pequeño repaso a lo que pasé por alto el pasado 2010, con la demo (generosa demo, casi cuarenta minutos) de estos croatas que ha sido colgada para descargar en su myspace por ellos mismos.
De momento la banda permanece un poco misteriosa, sin verse ninguna foto de ellos, aunque anuncian trabajar en un segundo álbum.

La producción es la de una demo, claro, pero no es horrenda y deja escuchar bien este trabajo de Black Sinfónico que aúna elegancia con machaconería y agresividad.
En un primer momento me recuerda al segundo álbum de los turcos Black Omen si lo mezclamos con toques de la atmósfera de Black Countess, ahora veremos por qué. Las guitarras suelen tener la contundencia sumada a los momentos machacones de la batería que caracterizan al citado disco de Black Omen, aunque con otras partes guitarreras más vibrantes y blast-beats, siempre con una voz rasgada entre tosca y violenta.

Añadamos los infaltables teclados en un disco de este pelaje, que no son de los que manejan todo el asunto y más bien forman parte de un conjunto; aunque lucen mucho, por momentos son muy estándar pero en otras partes tienen la gracia pomposa de unos Black Countess, siendo el mejor tema para mi gusto “The old manor”, que incluye el victoriano toque de partes de órgano y de clavicordio.

Me quedaría por saber de quién es el grabado de la portada, con ese toque místico que tan bien le quedó a bandas como Parnassus cuando escogían pinturas de esa índole. Esperemos que su segundo disco salga del formato demo, sea igual o mejor en cuanto a sinfonías (afirman que será más truculento) y se pueda adquirir para la colección.

miércoles, 23 de marzo de 2011

FANISK - Die And Become


Segundas oportunidades, como la que acabo de dar a esta banda por suerte. Hace tres años que probé su segundo álbum “Noontide” al ver hablar tan bien de él, llegando a comparar con actos de Black Sinfónico de la magnitud de Summoning y Limbonic Art. Le quedó grande la comparación en mi modesta opinión, y me olvidé de este dúo estadounidense hasta que se me ocurrió probar con temas de este debut del 2002 y ahora sí que me han gustado.
No me sigue pareciendo del todo adecuado ponerlo a la altura de los dos grupos citados, porque entre otras cosas ni se parecen entre ellos dos y sólo tienen en común el énfasis en los teclados de magníficas sinfonías.

Pero vaya si estos norteamericanos también se esmeran con los teclados, califican de “solar” su Black Metal y hasta podemos ver que es adecuado al comprobar que los teclados lucen con la majestuosidad del sol mientras que guitarras, baterías y voces abrasan con la ira ígnea del astro rey.
Fanisk es por lo visto una palabra antigua referida al fénix, otro referente envuelto en llamas, y así es con las guitarras con ese punto de distorsión que me recuerda un poco a las bandas de la Europa oriental, y la batería rápida y potente que tiene sus momentos más rebajados a favor de la calma más ambiental, porque es un disco bastante idóneo para amantes de lo ambiental al tener largas partes sin voces. Voces que, por cierto, resuenan con lejano desgarro agonizante y ese toque de eco de Limbonic Art, junto con alguna que otra voz narrada (casi musitada).
Y, volviendo a los teclados, las sinfonías están bien engarzadas sobre esa base de innegable Black Metal y suenan elegantes y atmosféricos, gustándome especialmente detalles como las campanas o cuando entran en escena los clavicordios que remiten al porte del águila real que llevan como portada en sus dos discos.

En resumen, no me parece tampoco de lo mejor del Black Sinfónico, pero en comparación con lo poco que me gustó el otro disco, es más que digno y gustará sobre todo a quien no se aburra por la abundancia de partes ambientales sin voces (yo mismo soy de los que prefiere que haya bastante voz).

domingo, 20 de marzo de 2011

ENCOFFINATION - Ritual Ascension Beyond Flesh


Vayamos ahora con una de esas novedades del año pasado que descubro meses más tarde, como siempre.
Y lo hago con este álbum estadounidense que originalmente fue lanzado en casette, pero también editado en CD con la portada que os muestro, un trabajo de absoluta oscuridad como comprobará quien se anime a escucharlo.

Tocan un Death Metal con tanto énfasis en la lentitud que casi podemos considerarlo Doom-Death, incluso se acerca mucho al Funeral Doom más terrorífico.
A veces suben la velocidad y es cuando uno nota la poderosa influencia del Death Metal de bandas como Incantation o Imprecation, pero prima la lentitud como os decía, dejando caer guitarrazos tan pesados como la bóveda de un panteón que se desploma haciendo pedazos las losas de piedra y dejando al descubierto huesos con siglos de polvo y ranciedad.

Cubierto todo ello con la mortaja de una producción oscura y sucia, que encaja perfectamente con la temática mortecina de las letras, que nos llevan a procesiones funerales y catacumbas en las que la estrechez de los pasillos agobia junto a la falta de oxígeno. La voz gutural, que hace que resuenen pavorosamente esas letras mortuorias, es otro toque de Funeral Doom porque es la típica monstruosidad gutural de ese estilo, profunda y oscurísima como un horror despertado en las criptas.
No usan teclados, tan sólo unos pocos sonidos de campanas y algún sample de película que desconozco.

Con unos treinta y cinco minutos, será una delicia para los amantes de grupos como los mencionados si los mezclamos con cosas como Evoken, para sumergirse en las profundidades abisales .

lunes, 14 de marzo de 2011

BEHEMOTH - Sventevith (Storming Near The Baltic)


Satyricon, Negura Bunget, Enslaved, Abigor, Emperor… Todos fueron cambiando con los años por derroteros más modernos, más progresivos algunos, más bizarros otros, unos siendo aún buenos mientras que otros se echan a perder; y todos tienen en común un pasado con unos primeros discos que son auténticas joyas mugrosas de corpse-paint y atmósfera oscura.

Aquí tenemos el caso de estos polacos que se convirtieron en estrellas del Death Metal, pero antes de esos sonidos técnicos y calculados con disfraces de World of Warcraft, tenemos sus inicios blackers con sonidos crudos y atmosféricos y disfraces de nigromantes (es impagable ver a Nergal con corpse-paint y pinchos).

Corría el año 1995 cuando salió este debut de una ciénaga polaca. A diferencia de su posterior “Grom” (reseñado en este blog), donde había bastante ferocidad, en este primer disco eran más oscuramente paganos y se decantaban más por la sutil unión de crudeza con ambientaciones lúgubres.
Las guitarras zumban bajo la cadaverina producción noventera, mientras que Nergal desgarra esa bruma gritando con la voz más podrida y rasposa que jamás ha mostrado. Por su parte, la batería maneja tanto los ritmos feroces del Black Metal como otros más pausados y paganos, que se ven alimentados por unas frecuentes acústicas que crean pura magia al solaparse con las guitarras al igual que los teclados, que suelen consistir en unos discretos órganos en segundo plano. Al mencionar las acústicas, no puedo evitar recordar la instrumental acústica “Hell dwells in ice”, sencillamente cautivadora.

Para quien los conozca por su sonido actual de Death Metal, le será más que curioso encontrarse con un disco donde sólo se ven dos músicos (siendo Nergal el único que queda) ataviados a lo blacker y con un artwork de paganismo eslavo, que por algo el álbum lleva por nombre al dios eslavo de cuatro cabezas. Y para quien, además, disfrute de lo viejo de Satyricon y Abigor, aquí tiene otra bocanada de esencia noventera.




miércoles, 9 de marzo de 2011

BLASPHERIAN - Infernal Warriors Of Death


Por fin ha salido a la luz uno de los discos que más esperaba este año, máxime cuando en principio se esperaba para el año pasado, y aquí tenemos para nuestro disfrute este trabajo de Death Metal desde Texas. En general sigue la línea hedionda de su EP de 2007 “Allegiance to the will of damnation”, aunque con más solidez y un resultado más compacto en este debut.

No soy el primero ni el último en fijarse en lo mucho que recuerda la portada a Immolation, esa escena de conquista infernal de los reinos celestiales que ya plasmaron en su día, y no sólo remite a lo estético porque recuerda también bastante a ellos y a otros compatriotas suyos como Incantation con su Death Metal de corte oscuro y pesado que incluye muchas partes infecciosamente lentas.

Pero no queda ahí la cosa, nada de eso, teniendo como guitarrista a Wes Weaver, músico de Imprecation, el disco lleva la putrefacta marca finlandesa en sus riffs de mugrosa densidad al igual que sucede con Funebrarum por ejemplo, otros estadounidenses con mucha influencia de la pestilencia finlandesa.
Junto ese aliento sulfuroso de las guitarras tenemos la batería que marca rápidos y poderosos ritmos de hordas que pisotean con sus pies descalzos los dorados tronos divinos. Con el toque especial de esta banda en las partes lentas, que casi entran en terrenos Doom-Death, y cuando digo Doom-Death me refiero a la faceta más oscura y ruda del estilo, dando una contundencia tal que casi puedes escuchar cómo estalla un cráneo bajo tus pies mientras los ojos explotan como uvas.
Y la voz a tono, por supuesto, una gutural muy baja y oscura, pero sin llegar tampoco a la terrorífica cavernosidad de voces como la de Vasaeleth por ejemplo.

Durando algo más de media hora, al fin tenemos algo más de material tras aquel breve EP de poco más de veinte minutos que hizo las delicias necrológicas de muchos de nosotros, a disfrutar se ha dicho, que ya huele la carne.

sábado, 5 de marzo de 2011

AVZHIA - In My Domains



Echemos otro vistazo a esos discos del 2010 que me pasaron desapercibidos, en esta ocasión con una de las bandas mexicanas más reconocidas, banda que se lo toma con calma porque sólo cuenta en su haber con tres álbumes completos desde mediados de los 90.

Yo conocí a estos blackers con su debut “Dark Emperors” de 1996, de mano de la recomendación de un mexicano que me aseguró que se trataba de Black Metal tan crudo como sinfónico. Pues bien, de sinfónico poca cosa al final, sólo unos cuantos teclados por ahí distribuidos que resultaron ser más escasos en que grupos como los viejos Abigor.

Desconozco el segundo álbum de 2004, pero en este nuevo trabajo sí que nos recibe desde el principio un extenso sudario de teclados lúgubres. No sólo en las misteriosas intros de ruinas y pasadizos mohosos, también palpitan los teclados durante la duración total de los temas como una cortina ambiental de fondo y soplando hálito inmortal en los interludios atmosféricos de las mismas. No es por tanto un grupo de grandes fastos, utilizan más bien el teclado de forma sencilla pero efectiva como en bandas de los 90 tales como Satyricon, Graveland o Abigor, además de maridarlo bien con unas pocas acústicas.
En cuanto al tipo de Black Metal que encontramos junto a esos teclados, que no son los protagonistas, se nota la primigenia influencia de los grupos noruegos en sus polvorientas guitarras de minimalista sencillez, ese zumbido tenaz que no cesa. La batería, en cambio, uno se la podría esperar como un continuo blast-beat, pero esa ferocidad sólo aparece de cuando en cuando, y predomina más el ritmo lento e incluso lo épico de bandas como Graveland.
Su vocalista también es bastante versátil, añadiendo a sus rasgadas de ave carroñera otras entonaciones distintas, y hasta algunos cánticos claros (creo que debo pensar un poco en nuestro entrañable Attila Csihar).

Lo dicho, una muy agradable sorpresa viniendo de un grupo que antes no me llamaba del todo la atención, da gusto encontrarse con cosas tan noventeras (producción difuminada incluida) en el 2010, ideal si te gustan cosas como los polacos Infernum o los griegos Vorphalack


jueves, 3 de marzo de 2011

DORN - Brennende Kälte


Recordar días pasados me ha llevado a pensar en dedicar unas líneas a este disco alemán que, si bien no es una joya impresionante, sí me trae buenos recuerdos al menos.

Siendo su segundo disco de 2001, se nota una mejora con respecto al debut (quizás debería rescatarlo y dedicarle un poco más de atención) como tantos otros grupos que salen con un primer disco discretito y en su segundo lanzamiento se lucen más.

El alma mater de la banda es Roberto Liebig, a quien mencioné en la entrada que hice sobre el debut de Riger (esa banda pagana) por ser su teclista. Se les nota por tanto tener a este señor como compositor, ya que el esqueleto de este álbum no es otro que el sinfónico, concretamente con influencia del Black Sinfónico y aires de Gothic.
En cuanto a la base guitarrera, no es para morirse de placer la cosa, con riffs machacones que te hacen pensar en esos grupos que andan entre el Death y el Gothic endurecido, y la batería es por lo visto programada y le resta por tanto puntos al conjunto.
Pero los teclados en cambio sí que lucen estilosos y hacen rescatable este trabajo para mi gusto, pues tienen en general un sonido litúrgico que hace pensar en iglesias medievales con velas, arcadas y cruceros, sobre todo cuando aparecen los frecuentes órganos. El inconveniente es la falta de regularidad, porque son brillantes del mismo modo que hay momentos en que suenan un poco plásticos y fuera de lugar, para luego brillar de nuevo con unos buenos pianos.
Estos teclados me hacen pensar nuevamente en el Gothic, sobre todo en combinación con la voz que resulta ser gutural la mayor parte del tiempo, aunque también escupe las letras en alemán con una voz rasgada bastante forzada.

Nada especialmente destacable, pasará desapercibido para quien no sea muy del estilo, pero no está nada mal si te apetece algo entre Graveworm y Crematory.

miércoles, 2 de marzo de 2011

DIABOLICAL - Daimonion


Hace poco me he reencontrado con este álbum turco de Black Sinfónico que tenía un poco olvidado, y el caso es que está a la altura de los otros grupos turcos del estilo que me gustan: Episode 13, Black Omen e incluso Lost Infinity (si pasamos por alto que son más Gothic extremo que otra cosa).

La estética doomster de la portada, que podría ser sin problemas la de un disco de Funeral Doom, resulta encajar bien con el sonido de este EP de 2005, que presenta ritmos lentos con sombría elegancia.
Remite un poco a la cadencia de los primerizos Graveworm, aunque Diabolical (no es un dechado de originalidad el nombre) tienen el plus de una aspereza distorsionada en las guitarras que no tenían los mencionados italianos.
Sigamos con las guitarras, que son sobre todo sencillas y pesadas, aunque con algún curioso detalle en segundo plano, y tienen algunos momentos de grisácea melodía que me han llegado a recordar a los inefables maestros My Dying Bride. Con los teclados tampoco son nada rimbombantes, teniendo unos sintetizadores ligeros de fondo, aunque destaca mucho el extenso uso de estilosos pianos que no quedarían nada fuera de lugar en unos Theatre Of Tragedy o The Sins Of Thy Beloved, dando un distinguido aire novelesco al conjunto.

En voces está bien surtida la cosa, con variedad y estando muy correctas todas las que emplean. Primeramente tenemos una rasgada algo macabra con raspada sequedad, y encuentra una buena compañera en una gutural al estilo de la que usan Graveworm. Ahí no acaba la cosa, porque los pianos tienen un fino complemento en las voces femeninas, con una fina suavidad que no busca destacar como haría la típica soprano que resalta con su poderío, no, aquí son un elemento más que se integra con el resto de la atmósfera.

En sus veintiocho minutos (cuatro canciones y dos instrumentales) no hay nada nuevo, pero desde luego pienso que gustará a quienes disfrutan de estas uniones entre el Black Sinfónico y la elegancia del Doom-Gothic.