KALION - The Ancient Shadows Rebirth

 

Nunca puede uno dejar de sorprenderse. Hace unos días hablaba con un amigo de un desaparecido grupo sinfónico de España que jamás llegó a editar su único álbum, creía recordar que era de Cataluña y este amigo se puso a investigar grupos sinfónicos de aquella zona sin encontrar el grupo en cuestión. Pero, ahora viene lo curioso, por esta casualidad nos hemos topado con unos tales Kalion que editaron un disco de Black Sinfónico en 1999 que ninguno de los dos conocíamos para nada.

Este disco de portada con castillo (algo muy del gusto blacker) en medio de una especie de vórtice dimensional es un puro producto de su época, esos finales de los años 90 en los que pegó fuerte el estilo sinfónico y melódico para disgusto de los más puristas.

La escena española no es muy abundante en comparación con la de otros países mucho más pródigos, pero algunos grupos fueron apareciendo y Kalion debutaron de manera tan discreta que yo me acabo de enterar veinticuatro años después.

Con un guitarreo similar para mi gusto al de grupos como Art Inferno o Castrum y una batería de ritmos variados se inserta un sinfonismo de teclados poco dado a la grandilocuencia, de hecho se integra con el resto de instrumentos empastando la atmósfera de manera muy natural. El teclado habitualmente tiene una etérea consistencia y apenas en alguna ocasión adopta la sutil forma del piano, destacando con placidez lunar en los interludios más puramente ambientales, todo ello con la clásica producción distante de aquellos años.

La voz hay que comentarla aparte muy claramente porque es un elemento destacado, pues el abanico vocal es bastante variado para tratarse de este estilo. La rasgada principal tiene un lejano tono a los belgas Avatar pero sin sus excesos, añadiendo numerosas voces narradas, susurros y hasta cánticos de voz clara. Inlcuso la rasgada tiene distintos matices que a veces se tornan casi guturales, aunque con algunas voces toscas a modo de gruñido que personalmente no son plato de mi agrado.

Recomendado si no te cansas de explorar el Black Sinfónico y te apetece una especie de Mysteriarch con una fórmula más variada.

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EVEN SONG - Path Of The Angels

 

No quiero dejar de reseñar de cuando en cuando algún disco de Doom o Gothic (o la mezcla de ambos, tan afines como son), sobre todo si sucede como cuando el pasado verano me encontré con un buen disco de Gothic Metal a la vieja usanza que no conocía de nada pese a ser de 1999.

Estos húngaros lanzaron antes de disolverse tres discos y, pese a ello, en un primer y rápido vistazo no he hallado reseñas por la red de este debut del Gothic/Doom tan marchitamente romántico que se estilaba en los 90, pero ya me encargo yo de ello.

No desarrollan el Gothic de opulento sinfonismo de Tristania ni la enérgica potencia de Trail of Tears por nombrar dos exponentes conocidos, más bien van por los derroteros más lentos y melancólicos del lado Doom del estilo acercándose casi a la marchita tristeza de los primerizos Celestial Season, Memoria o Lethargy.

Así es como en los lentos y pesarosos ritmos las guitarras suenan tan melódicas como dolientes con una densa cobertura de teclados que buscan recalcar, como decía antes, delicadeza y lánguida poesía en lugar de un vigoroso sinfonismo. El piano tiene un papel destacado en esa función de estíos abandonados y un violinista invitado aporta unos elegantes toques que quedan un poco discretos, no es para nada la prominencia que encontraríamos en The Sins of thy Beloved.

Lo más propio del Gothic Metal sería para muchos, no sin razón, el estilo vocal con voces guturales combinadas con una voz femenida muy suave y vaporosa que provee el archifamoso contraste que conocemos de tantas bandas similares.

Recomendado sin dudar para amantes del Gothic más afligido, cosa que aprovecho para señalar a los seguidores del Neofolk que sus dos vocalistas (quienes también se encargaban de guitarras y teclados) formaron años más tarde la banda The Moon and the Nightspirit.

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DEAD CROWN - The Warrior's way

Me siento una vez más muy complacido con el universo de los proyectos unipersonales de Black Metal, pues un solo músico dando rienda suelta a toda su creatividad e ideas sin tener que pugnar con las de otros miembros suele ser garante de productos salidos del alma. Aunque aquí no vamos a poder hablar de Black Metal de manera purista ni estricta.

Este músico francés que se hace llamar Fausto, en eso no es nada original en absoluto, cita como sus influcencias a Burzum, Bathory y Summoning sin parecerse su música exactamente a ninguna de esas bandas, pero sí se percibe que le han dejado huella en su gusto por la música ambiental y épica.

La etiqueta más habitual es la de Black-Ambient, que en este caso se traduce en una suerte de Black Sinfónico con partes de puro Ambient épico y mucho espacio para las atmósferas del mismo corte guerrero y casi propias del Viking Metal.

La intro es ya una buena muestra de los cortes de música Ambient que aparecen en este álbum de 2014 (que no os engañen las fechas de sus posteriores reediciones), intercalados con su Black Sinfónico a medio tiempo en el que resuenan a mi parecer ecos de las versiones añosas de grupos italianos como Storlord o Graveworm con esas fabulosas líneas medievales de teclados, engarzando oro pulido en las melodías de guitarra que se elevan por encima del general amasijo de guitarrazos zumbantes con efecto distante por la producción.

El beligerante estilo épico no sólo se deja notar en los teclados, que además dejan caer en el tema "Moonwolf" el grácil toque del piano, también las voces rasposas de tono casi gutural incluyen voces claras como las de tantos grupos épicos que se nos vendrán a la cabeza.

El barbado rey de la portada con su hacha de guerra y la cansada mirada puesta en la batalla nos indica de primeras que han de gustarte estos estilos para probar el reseñado álbum, tanto los citados Stormlord como Thyrfing por poner un par de ejemplos.

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TROLLDOM - Av Gudars Ätt​.​.​.

 

Hay bandas de Black Metal que sacan un único disco y te dejan con ganas de más material, pues desaparecen de la faz de la tierra sin dejar más rastro que el escaso humo de una hoguera apagada. No es el caso del músico sueco que anda tras Trolldom, lanzando dos discos simultáneamente en abril de 2022 y teniendo más actividad aparte en otros proyectos suyos como los aquí reseñados Greve y Muvitium, además de su participación en más bandas como los igualmente reseñados Gardsghastr.

Este hombre, que opera bajo el seudónimo de Swartadauþuz, debe tener una creatividad difícil de controlar por lo contado más arriba, porque lo que lanza tiene siempre elementos en común pero con diferencias entre los muchos proyectos que maneja.

En este caso hablamos de un sonido muy ambiental a medio tiempo con su necesaria y presente dosis de crudeza. Black Atmósferico tal y como lo etiquetan en Metal-Archives, pero me uno a la opinión de que esto tiene mucho de Black Sinfónico.

El esquema de cuatro canciones de larga extensión con un tema instrumental por medio ya nos avisa de que estamos ante material muy atmosférico. Estas canciones dominadas por los medios tiempos, pero sin olvidar las erupciones de baterías más rápidas y poderosas, se desarrollan entre filosas guitarras blackers y voces rudas que sin duda son herencia del Black Metal de antaño, añadiendo esos teclados que se integran en el conjunto de negrura casi líquida que compone vastos horizontes de noches sin luna.

Tienen estos teclados un toque de nocturno misterio que solidifica la oscuridad en torno a las voces rasposas y susurradas que expelen sus letanías, cosa que incluye momentos puramente ambientales de sombrío deleite.

Me parece un muy buen álbum de Black Metal de estos años recientes, totalmente recomendado si disfrutaste también de los otros proyectos de este sueco. Y si no es el caso, puede valer como recomendación más global con todos ellos.

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