viernes, 27 de enero de 2012

13 WINTERS - Dark Palace Of Waterfalls



Con este título que bien parece el de alguna novela (o producción cinematográfica) de épica fantástica, he encontrado por casualidad el segundo disco de esta banda estadounidense. Lo gracioso es que yo escuché su debut cuando el 2007 estaba acabando, y justamente editaron este segundo álbum en 2008, de manera que lo pasé por alto por bastante poco.

Recuerdo que en su primer disco mezclaban elementos de Black Sinfónico con fuertes incorporaciones de Death Metal y Doom Metal, llegando a agregar incluso el violín típico de bandas de ese último estilo.
Una escucha somera de los primeros minutos de una canción de este "Dark palace of waterfalls" me hizo pensar que esta vez apostaban por encauzarse más en el Black Sinfónico de corte noventero, pero no fue así, acabaron por mostrar que no olvidan las anexiones estilísticas de su primera obra.

Los lances de Black Sinfónico podrían haber construido por sí solos un interesante disco, con sus toscos guitarrazos de banda de los 90 aderezados de especias Death, con los teclados como toques en el cristal y la poderosa voz de Diana Adams. Así es, acabáis de leer que su vocalista es una mujer, que rasga secamente su voz de una manera que nos remite a Cadaveria, la insigne vocalista de Opera IX en sus mejores tiempos, aunque acompañada a veces por cantos masculinos claros y profundos, y a veces ambos sexos recitando algunas frases.
Y no nos olvidemos de las pinceladas doomsters, cuando su velocidad se esfuma en aras de ritmos pesarosos y toman cadentes riffs muy propios del Doom-Death británico, especialmente de My Dying Bride cuando además entra en juego el gimoteo del violín. Su bajista es precisamente el mismo que se encarga de rasguear con el violín y añadir el sinfonismo de esos teclados con sonidos mágicos de palacios vítreos y espejos líquidos.

Si te sugestiona la idea de hallar un disco con recuerdos de Opera IX al mismo tiempo que de My Dying Bride, es posible en este disco de hechizos lunares y acuosos.





lunes, 23 de enero de 2012

BALNASAR - Ein Kalter Nachtgedanke



Fue el 2009 un año que se me antojó algo estéril en cuanto a novedades, sobre todo comparando con lo prolijo en colosales lanzamientos que fue el anterior, pero ese año ha ido poco a poco desvelándome su progenie secreta.
Así estoy ahora ante el único disco completo de un dúo alemán (un vocalista-escritor de las letras y un músico que ejecuta todos lo instrumentos) con un título que creo que se puede traducir como "Pensamiento de una noche fría".

Nada más adecuado que ese título para la heladora melancolía que emana como vaho de una noche de enero en este álbum; toman las notas más tristes de la música Ambient combinándolas con la faceta más mustia y descorazonadora del Black Metal, un maridaje que otros grupos ya nos han demostrado a la hora de componer música fría, desolada y empañada de melancólica serenidad.
El aspecto más metálico parte de esa tendencia tan fuerte en la última década, el así llamado Black Metal Depresivo, bebiendo de la primigenia fuente original de Burzum y pasando por el tamiz de los grupos que han sido gestados durante todos estos años. Sencillas guitarras persisten en sus zumbidos monótonos, con alguna interesante incrustación de riffs más propios de sólido Doom-Death, conducidas por ritmos lentos y apesumbrados que a veces rompen su mutismo con algún blast-beat más agresivo.

El tema vocal no es algo para celebrar, simplemente aúllan desesperadamente al estilo de este tipo de grupos, pero los teclados en cambio me han supuesto el mayor atractivo del disco. Nada más empezar nos recibe una bonita y tristísima intro de piano, para luego regocijarme al comprobar que los pianos son protagonistas de dos canciones enteras; además de los sintetizadores de etérea y gélida naturaleza que se dan la mano con compungidas guitarras acústicas, creando ese curioso y placentero efecto de tristeza y belleza a un mismo tiempo, como sucede por ejemplo con ciertos temas de los también alemanes Wedard.

Adelante si te gustan cosas como Wedard, Coldword o From the sunset, forest and grief.



miércoles, 18 de enero de 2012

CEMETERIAL - Сады Беспроглядного Мрака



Parece que le estoy tomando el gusto a comentar discos recientes, porque aquí vuelvo con uno del aún recién acabado 2011.
La gran madre Rusia es tal fértil que parece no dejar de alumbrar vástagos de Doom y Black, que en este caso es un disco de Black Sinfónico del que antes se estilaba.

Siendo un álbum en el que predominan los ritmos rápidos, tampoco es que resulte muy aplastante ni un huracán de blast-beats de batería, la cosa está comedida y también conceden algo de alas a la atmósfera. Algo parecido pasa con las guitarras, que tienen su punto áspero y adusto que pocas veces suelta florituras melódicas, pero tampoco raspan la carne seca de los huesos como sí ocurre con Evilfeast por ejemplo. Donde sí vamos a encontrar rudeza es en la voz, que desgarra resecamente las letras (íntegramente en ruso) como si hubiese engullido previamente un hueso mohoso lleno de astillas.
Es un disco que no tira a lo ampulosamente bomástico, pero sus teclados han conseguido llamarme la atención al sacar a relucir buenos pianos y órganos a lo Capitollium, sin desmerecer los sintetizadores ambientales de soplos religiosos. Y, hablando de pianos, normalmente me dan igual las instrumentales a modo de interludio en los discos, pero aquí han colocado un tema de piano con el sonido de la lluvia que sí ha conseguido introducirme en una atmósfera durante el álbum.

Aunque no sea una obra de arte, tiene muchos puntos a favor para mi gusto, y puede que para ti también si te gustan mucho grupos como Capitollium o los mexicanos Helvete, sin olvidarnos del elenco general de bandas de Black Sinfónico rusas.







domingo, 15 de enero de 2012

KRIG - Throne Of Majesty Thriumph



Hace poco me han descubierto uno de esos grupos que ni sabía que existiesen, y encima con el tipo de sonido que me gusta, viejo y atmosférico.
Esto suena muy noventero aunque el disco de estos alemanes data de 2003, pero es comprensible cuando vemos que muchos temas provienen de una de sus dos demos de 1997.

Pasemos al contenido más a fondo, empezando por decir que no es Viking Metal pese a lo que sugeriría la portada, es Black Metal con teclados, aunque con temática pagana, mitológica y legendaria germánica, eso sí.
Comienza el primer tema con la medida potencia típica de otros grupos alemanes como Aeba, Cryogenic o Dies Ater, y no tardan en manifestar esos esquemas que se mueven entre partes feroces con ritmos galopantemente rápidos, medios tiempos formidables y momentos lentos muy atmosféricos. Como buen disco inspirado en líricas batalladoras, predomina la agresión épica, con un vocalista bastante desgarrado pero sin chillar agudamente, que de cuando en cuando hace algunas guturales como voces de apoyo de fondo, mientras que la batería apabulla hasta que llega algún momento de ambiente ancestral.
Las guitarras son del tipo que forman un bloque sólido y uniforme, en vez de distorsionar oxidadamente como en otras bandas, abandonando momentáneamente esa carga de caballería para unos breves toques de melodía y hasta algún solo de guitarra aislado.
Y hablando de melodía, agregan teclados que no están todo el tiempo, pero sí en generosa abundancia, con la consistencia de frías brumas al amanecer en diciembre, o toques muy eficaces como el órgano en plan medieval que siempre da un punto más interesante a los discos que nos cuentan relatos y batallas del pasado aún no enterrado.

Aunque no quiero comparar muy rotundamente, esto me ha recordado especialmente a los primeros discos de sus compatriotas Aeba, y queda recomendado para quien guste del Black Metal alemán con regusto pagano y épico.



sábado, 14 de enero de 2012

EVILFEAST - Wintermoon Enchantment



Siguiendo con las entradas de discos de meses recientes, aquí tenemos uno que para mí fue de lo mejor del año pasado en Black Metal. Con un título que evoca tiempos pasados en el estilo (más de uno se acordará de Immortal al leerlo), efectivamente nos encontramos con el tipo de Black del que se hacía en los años 90 y nadie diría de primeras que esto ha sido editado en 2011.

Este proyecto polaco de un solo miembro tiene sus raíces enterradas en el congelado suelo de la tundra de Noruega, y realmente parece por momentos que uno esté oyendo una banda noruega con sus afiladísimas guitarras a lo Darkthrone, voces descarnadas, baterías a todo trapo y momentos de teclados gélidos.
En general sigue las pautas de su predecesor "Lost horizons fo wisdom" de 2008, donde se alargaron considerablemente los temas hacia una media de diez minutos, dando mucha rienda suelta a las partes más ambientales que ya mostraban en el debut. Es así como los momentos furibundos destrozan con una distorsión que parece el zumbido de centenares de demonios alados buscando presas, hasta que las baterías rebajan velocidad para esos incisos (largos muchas veces) donde su faceta más atmosférica nos hiela la respiración mientras resquebraja el grueso hielo sobre el barro.

Este efecto se consigue gracias a su particular maridaje entre filosa distorsión guitarrera y heladores teclados. Éstos no aparecen todo el tiempo, van surgiendo según la atmósfera de las canciones precisa de ellos, y su brumosa sencillez heredada de Emperor transmite todo el rigor del invierno en la Europa del este.
Poco hay que comentar en tema de voces, sencillamente la típica voz macabra del Black noruego que a veces permite que unas pocas voces narradas entren en juego en los momentos ambientales.

Por momentos me ha recordado al magnífico debut "Drep de kristne" de Troll en los momentos rápidos, por lo que es recomendable si te gusta justamente ese disco, además de imaginarte una especie de mezcla entre el segundo disco de Darkthrone, el "Heaven in flames" de Judas Iscariot y el debut de Fear of Eternity.




viernes, 6 de enero de 2012

EVADNE - The Shortest Way



Jamón ibérico de pata negra. Eso es este disco de los valencianos Evadne, que ha quedado a caballo entre 2011 y 2012, porque la promo existe desde el año pasado, pero aún no ha sido editado como álbum, pese a haber sido mezclado y masterizado por Dan Swanö.
Amenizaré la espera de su oportuna compra escribiendo sobre él, porque me ha maravillado, es de lo mejor de Doom Metal que he oído en mucho tiempo. Y encima son españoles, ya llevamos en poco tiempo dos discazos doomies españoles si lo sumamos al de Helevorn, con quienes también comparten al autor de la portada.

Los seguidores de Swallow the Sun pueden considerarse de enhorabuena, porque su Doom-Death melódico se parece bastante; esa manera de abrazar la pesada sobriedad del Doom-Death con gimientes melodías de guitarra y teclados, esa forma de arrastrar la guturalidad vocal junto con desvaídas voces claras, esa mano para las acústicas.
Pero esto no quiere decir que piense que son unos emuladores, porque saben imprimir su propia huella en el camino embarrado. Dentro de la doliente uniformidad del estilo de las canciones, éstas adoptan trazas personales que las pueden distinguir claramente de otras, así es como un tema puede ser sereno como la bruma de los amaneceres en diciembre, mientras que otro empieza con el poderío guitarrero de unos Amon Amarth (realmente el cuarto tema empezó de forma que me recuerda a ellos).

Tal como la hojarasca sin vida cubre los senderos del otoño, los elementos atmosféricos están en su casa aquí, gracias a unos teclados sutiles y no muy prominentes, pero generosamente usados como cortinajes de fondo, del mismo modo que tienen buen ojo para las tristísimas acústicas.
Ya dije brevemente de qué van las voces, pero para ser exactos diré que la predominancia se la lleva la gutural de bestia rencorosa, que descansa en su cubil cuando las discretas y apagadas voces limpias acarician con tacto de mármol helado. Mención especial a la voz femenina que da un toque fantasmagórico a uno de los temas más descorazonadores del disco.

Exactamente igual que me ha pasado con nuestros Helevorn, me ha convencido en su segundo disco esta nueva orientación de Doom-Death melódico del que se estila en la Europa norteña. No te lo deberías perder si te gustan Swallow the Sun, Ablaze in Hatred o el lado más doomie de Draconian.






domingo, 1 de enero de 2012

AL-NAMROOD - Kitab Al-Awthan



Terminé 2011 con uno de los mejores discos de ese año, y ahora doy la bienvenida al 2012 con un disco que, pese a lo temprano que es para aventurarse a decir esto, ya sé que será de lo que más me vaya a gustar durante todo el año.

Este grupo de Arabia Saudí ya tuvo su aparición en el blog con su debut de 2009, que desarrollaba un Black Metal lento, abigarrado y lleno de instrumentaciones y teclados orientales, de manera que casi parecían unos Summoning a lo árabe, salvando las distancias. El año pasado sacaron su segundo álbum con algunos cambios, como el nuevo vocalista y unas canciones más rápidas y potentes.

Este tercer disco (van viento en popa estos chicos) sigue la estela de su predecesor, y no sólo eso, porque lo mejora y supera.
Su Black Metal está dotado de una producción que no suena tercermundista, pero con su toque de rudeza áspera que hace que la distorsión guitarrera tenga toda la aridez del desierto al mismo tiempo que suena contundente como una tormenta de arena. La batería sigue aplastando como en el segundo disco, dando tregua a los momentos lentos donde quieren obsequiarnos con el ambiente de mágicas leyendas orientales. Como aún no tengo el original (sale el día 20), no sé si usarán esta vez instrumentos folklóricos reales o lo hacen todo con el teclado, pero el caso es que los teclados arábigos aparecen en más abundancia que en el segundo disco, acercándose así entonces a la atmósfera del debut con sus sintetizadores exóticos, sonidos de cuerda orientales y percusiones tradicionales.
Las letras en idioma árabe son rasgadas por una voz blacker un tanto embrutecida, en contraposición a la voz más rasposamente guarra del debut, pero queda mejor esta rasgada bruta en este disco con cuerpo y solidez.

Como se puede comprobar, me ha gustado mucho más que su predecesor y tanto como el debut, y a ti también te atraerá si te gustan Odious, Narjahanam, Exultet o incluso Melechesh, para ver con los ojos cerrados lejanos imperios orientales donde el sol reluce sobre las cúpulas bruñidas y los zocos llenos de colorido y esclavitud.


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