miércoles, 3 de junio de 2009

LORD - Behind The Curtain Of Darkness


Este tipiquísimo pero sugerente título nos muestra a unos debutantes Lord, banda francesa que actualmente toca Black-Thrash, pero que comenzó con este debut de 1998 de Black Metal con atmósferas de teclados en la más pura línea noventera. Es uno de los pocos grupos franceses atmosféricos que me quedan por reseñar, al menos de los que yo conozco porque ya me he ido llevando sorpresas de nuestro país vecino estos últimos meses como con Epic y Clair Obscur.

La excelente portada, que nos muestra el castillo francés de Azay-le-Rideau (Valle del Loira), que fue construido en 1518, nos introduce en las historias antiquísimas y lóbregas que cuentan las letras que escribe Countess Hoggsogoth, la teclista femenina (actualmente guitarrista, ya que obviamente dejaron de utilizar teclados) y esposa del guitarrista y vocalista de esta banda, siendo ese matrimonio el alma de Lord. Pero el vocalista le cede a ella mucha más relevancia según leí en una entrevista hace años, y en parte tiene razón porque además de escribir unas buenas letras sobre hechicería, seductoras fatales, luchas y demás horrores del Medievo, aporta el toque especial de las ambientaciones. Sus teclados no es que sean la quintaesencia del Black Sinfónico, pero logran desmarcase de las manidas imitaciones de grupos escandinavos y tienen algo de personalidad; no aparecen de forma omnipresente y normalmente toman la forma de sutiles atmósferas tenebrosas de fondo, pero también adoptan con frecuencia unas sonoridades cortesanas y señoriales que personalmente me encantaron y por eso disfruto mucho de este álbum.

En la entrevista que he mencionado los comparaban con los primeros Gehenna, y estoy de acuerdo por detalles como el sonido de los teclados (como esos momentos en que se asemejan a clavicordios) y el aire añejo, aunque yo también mencionaría a los húngaros Frost, los belgas Avatar y los españoles Ignobilis Mythos por citar unos pocos más. Las guitarras no son un alarde de virtuosismo precisamente, pero tampoco se pasan de sucias y monótonas, siendo por tanto de una rudeza medida al igual que sucede con la batería. La voz en cambio sí que es tosca y más propia de un grupo que se esfuerza por sonar violento y crudo, pues su vocalista tiene una voz rasgada que para mi gusto grita demasiado cuando debería ser más comedida. Por suerte es aceptable y me gusta su toque de repulsión, y también hay unas pocas voces claras a modo de cánticos que encajan bien con la atmósfera.

En definitiva es un disco que no se recrea tanto en fastuosos teclados como otros grupos sinfónicos más grandilocuentes, pero que no obstante consigue transmitir una sutil atmósfera con macabro encanto.

1 comentario:

Velkaarn dijo...

Thanks for this album, good band! Though they could've picked a better band name.