lunes, 1 de junio de 2009

DIABOLICAL MASQUERADE - Ravendusk In My Heart


Hasta ahora tenía como favorito de esta banda sueca su “Nightwork” de 1998, genial álbum de Black Sinfónico de corte Avant-garde, pero he acabado cediendo a los encantos de este debut de 1996, porque “Nigthwork” es muy moderno y un poco bizarro pese a ser el disco donde más se utilizó el sinfonismo de los teclados y al final prefiero este disco con un sonido más orientado al Black atmosférico de siempre (aunque no sea un disco típico del todo).

Es un proyecto, como casi todos sabrán, de Blakkheim (Anders Nyström, el guitarrista de Katatonia), en el que dio rienda suelta a sus inquietudes más blackers que no podía obviamente desarrollar en su banda doomster. Por tanto las guitarras son de primera, podemos esperar el sello de la casa de este gran músico que hace que no suene como otros tantos cientos de grupos, concediendo un toque especial de melodía a la rudeza inherente del Black Metal. Contó con la colaboración de Dan Swanö, y no sólo para producir el CD porque también es el batería de este proyecto (aunque no en este disco en concreto), un punto más a favor si te gustan estos músicos.

Pero pasemos a ese tipo de detalles que tanto me gustan personalmente, porque los teclados añaden un punto etéreo y rebosante de encanto noventero a sus composiciones, pese a tener un papel un tanto secundario. Suelen aparecen realzando las guitarras, o fluyendo junto a éstas con un efecto más que satisfactorio. Así que están en segundo plano pero con excelente resultado, igual que sus pocas acústicas o las tétricas voces en off.
Hablando de voces, no es que Blakkheim sea de los mejores vocalistas de Black Metal, pero su áspera voz es mucho más que aceptable y hasta incluso me gusta más que de la desgarrada voz de Jonas Renkse en “Dance of december souls” de Katatonia; lo que ya no me gusta tanto es la voz Heavy de Dan Swanö que aparece con frecuencia en el tema “Under the Banner of the Sentinel”, algo que en realidad no me debió extrañar si tenemos en cuenta las influencias del Heavy Metal clásico en sus guitarras.

No es entonces un disco con gran ostentación sinfónica, pero atmósfera no le falta para nada y el nivel musical es alto, siendo un disco variado y muy ameno de escuchar. Aquí os dejo con su esencia más noventera en este debut de 1996 repleto de originales melodías (que ha sido reeditado por el sello Peaceville en digipack).