martes, 10 de febrero de 2009

CEREMONIAL CASTINGS - Salem 1692


Bajo esta excelente portada del gran Kris Verwimp nos llega el último de disco (2008) de esta banda estadounidense que ya tiene un buen repertorio, y además con más colaboraciones del dibujante belga. En su momento no le presté la atención debida y es ahora cuando realmente lo estoy disfrutando y apreciando todo su potencial, como también me pasó con Carach Angren aunque no tan tarde (gracias de nuevo, Rafa).

Sus trabajos anteriores eran por lo visto más Death, pero para este último álbum han optado por reducir algo menos ese aspecto y suenan más blackers, con producción típica de los 90 y todo. Todo esto me ha recordado a Sear Bliss, además del modo en que juegan con las partes cañeras y los momentos en que las guitarras son más lastimeras, y por el tono de éstas. La densidad de las guitarras y el uso de los teclados (tanto en cantidad como en la manera de integrarse) también pueden traernos a la cabeza a Negura Bunget, aunque ciertamente sean tipos diferentes de transmitir atmósferas.

Si tuviera que describirlos en pocas palabras, sencillamente destacaría lo variados y versátiles que son, porque lo mismo meten dos canciones muy contundentes al principio del disco, para luego mostrarnos que tienen el mismo buen hacer a la hora de enredarse en canciones más atmosféricas y tranquilas.
Esto se ve reflejado en el estilo vocal, con una voz rasgada principal, muy agresiva por cierto, a la que añaden otros tipos de voces según el momento y la canción. En unos temas aparecen unas guturales muy bestias que dan un toque de contundencia extra, y voces femeninas que pueden recordarnos un poco a las del "Vempire" de Cradle of Filth. Para otras canciones concretas incluyen otras voces que no se oyen en el resto del disco, como esos coros femeninos que se dirían de un culto diabólico del tema "The Crucible and the Cross", los cánticos religiosos que se escuchan de fondo en "Damned Be Those of the Craft", la profunda y lúgubre voz limpia de la primera canción, o las voces recitadas en tono raspado.

Las letras tratan sobre lo que se infiere de la portada y el título, la caza de brujas en Estados Unidos, algo que me parece perfecto, porque si los europeos pueden tratar temas como la peste negra o las batallas medievales, entonces unos norteamericanos también tienen un buen tema de inspiración. Y ahora es el momento de hablar de los teclados, pues son el elemento que nos sumergen en ese contexto brujeril del concepto del álbum, y junto al juego vocal nos ayudan a recrear esos rituales en el bosque y las invocaciones demoníacas, así como el horror de la quema de las supuestas rameras satánicas. Hay momentos en que los teclados están muy en segundo plano, sólo de fondo, pero en otras partes manejan la atmósfera con más que eficiente soltura.

Por todo esto ha supuesto toda una satisfacción poder retomar este extenso álbum que dura una hora y doce minutos, y lo recomiento a todos los que disfruten de buenos trabajos que tienen cabida tanto para el salvajismo como para lo ambiental. Te gustará si Sear Bliss y Negura Bunget están entre tus favoritos.




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