martes, 6 de octubre de 2009

AGALLOCH - Pale Folklore


Con este disco he recibido toda una lección de humildad, porque he aprendido el valor de dar nuevas oportunidades a algo que pensamos que no puede ya gustarnos. Y es que, hace pocos meses, una amiga me insistió para que volviese a escuchar esta banda, que conocí hace mucho tiempo y dejé de lado en mi ignorancia.
Así fue como recuperé este debut de 1999, que es el más idóneo de su discografía para mis gustos personales, y se convirtió en la agradable música de muchas noches veraniegas.

Se ve que Portland, de donde provienen estos estadounidenses, debe ser muy inspiradora con sus parajes naturales, ya que tanto Velvet Cacoon como Agalloch son bastante únicos. Ya que hablo de naturaleza, Agalloch tomaron su nombre de una resina aromática, y lo que no es tan fácil de nombrar es su estilo musical; hay quienes los consideran una banda de Doom Metal, y quieres los aproximan incluso al Black Metal, ya sabemos que cuando una banda no encaja muy claramente en uno de esos estilos se la denomina como Dark Metal, así que yo por mi parte estoy satisfecho con la etiqueta Dark Folk que he visto tantas veces por ahí.
Resulta más fácil describir su sonido si tenemos en cuenta sus (para mí) dos grandes influencias. La primera es Katatonia, por su hipnótica manera de crear melodías personalísimas, y la otra es Ulver con su disco “Bergtatt”, aquel CD que combinaba sensacionalmente sonidos blackers con acústicas.
No es que este debut de Agalloch sea exactamente como una mezcla de esos dos grupos, pero tienen aquello que he comentado en común, y así es como nos encontramos con un álbum relajado y repleto de guitarras que inducen al trance, voces raspadas (con un tono un poco susurrante por momentos) y un talento especial para las acústicas.

No necesitan de rizar más su música con teclados, ya que es un disco basado en lo que pueden dar de sí unas buenas guitarras eléctricas y acústicas, pero hay algunos detalles como voces claras, las campanas de un tema, la aparición de una voz femenina en otros dos, o los broches finales de piano de un par de canciones. Y no faltan efectos como el viento del bosque o los gruñidos de los lobos en la nieve.
Viendo la portada, parece que tendrá una presentación austera y sencilla, pero resulta que su libreto trae unas bellísimas fotografías de paisajes nevados tan a tono con su música, y los textos están impresos en tinta dorada (y con el mismo tipo de letra del segundo disco de Empyrium, por cierto).

Poco más puedo decir de un disco que huele a madera fresca de coníferas y provoca sentimientos nostálgicos, solamente que con el tiempo ellos se han convertido en influencia para otras bandas nuevas, como Falls of Rauros o Kauan, y desde luego debo probarlo algún día como música para llevar en el coche en algún viaje invernal como he hecho con tantos otros CDs.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro discón. A ver si adivinas de que disco hablo ahora. =)
Aristo.

Carlos dijo...

Of course, sabía que esto contaría con otro Aristodrigo's seal of approval ;)

ECOtectura dijo...

MUCHAS GRACIAS

Anónimo dijo...

aguante esta banda esta recopada che