sábado, 31 de octubre de 2009

SHAPE OF DESPAIR - Shades Of...


Ya iba tocando subir algún día un disco del grupo que da nombre al blog, aunque la canción “To live for my death” no pertenezca a este álbum precisamente.
Y encima es la banda con la que conocí el Funeral Doom, de mano de su “Illusion’s Play” de 2004, y poco después fui conociendo ese tortuoso mundo tras esta magnífica presentación, ya que Shape of Despair es una de las mejores bandas doomsters surgidas en esta década y propiciaron la aparición de un Funeral Doom más variado y digerible.

En efecto son más fáciles de asimilar que otros grupos mucho más enfermizos y maravillosamente densos, sin que eso los eche a perder por ser más accesibles, ya que mantienen las características de esta perturbadora variante del Doom Metal que lleva al extremo el sonido doomie con ritmos tremendamente lentos y monótonos, guitarras pesadas y sin pretensiones, voces guturales de pesadilla y un etéreo manto de teclados que nos recuerda el motivo de que sea definido como funeral.

Empecemos por decir que este disco debut del 2000 sólo tiene un tema nuevo, y los otros cuatro pertenecen a una demo que nunca vio la luz cuando aún se llamaban Raven antes de cambiar su nombre por Shape of Despair.
Es el único de sus discos (tres de momento) que tiene una presencia constante de guitarras, ya que los otros son medio ambientales, pero la brumosa capa de teclados (con ocasional presencia de flauta) es igualmente envolvente y maravillosa como en un sueño irreal.
Hablando de sueños, a mí por momentos me transmite la sensación de una espantosa noche en vela con los fantasmas del pasado frustrando todo intento de encontrar algo de paz, sensación a la que ayuda mucho la gutural que se abre paso entre ese diáfano cortinaje de teclados como la voz de un horrendo recuerdo que quiere resonar en tu conciencia por siempre. Aún no contaban con Pasi Koskinen con sus guturales de oso, pero este primer vocalista da la talla con soltura, y los coros de voz femenina están muy bien colocados sin restar peso al protagonismo gutural, sólo consisten en sutiles coros que no cantan ninguna letra, una labor meramente ambiental como la de un teclado.

También en cuanto a duración de canciones cumplen con los esquemas del Funeral Doom, pues sus cinco temas llegan a los 56 minutos.
Luego llegarían bandas como Remembrance o Colosseum continuando con esta gran labor de crear un Funeral Doom con excelentes melodías y calidad compositiva, incluso los pioneros Skepticism en su último disco apostaron por algo más de variación, y ya sí os dejo con este disco que podemos recomendar a los que no se fían mucho de escuchar algo de este estilo pensando que les puede resultar demasiado denso.

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