domingo, 15 de marzo de 2009

RINGNEVOND - Nattverd


Aprovecho lo productivo que resultó dar a este disco una segunda oportunidad para escribir su reseña, porque he cambiado casi radicalmente de opinión al escuchar por segunda (y tercera) vez este único álbum de estos noruegos que descubrí casualmente en una lista de los 100 mejores grupos noruegos según su autor, con algún que otro descubrimiento como Malignant Eternal, Svartahrid, Manes (ya los conocía un poco, pero me confirmaron que debía escucharlos) y estos Ringnevond.

La portada y la estética parecen propias de un trabajo de Viking o Pagan, pero la realidad es que se trata principalmente de Black Sinfónico.
Las guitarras son lo bastante crudas como para hablar de Black Metal nórdico, sucias y distorsionadas aunque con momentos más melódicos, al igual que los predominantes blast-beats permiten que haya partes con ritmos más relajados.
Y todo esto está realmente sumido en una oscura bruma de teclados que además de su clásico papel ambiental también nos regalan con bastantes partes de piano. Esto último me recuerda que sus miembros estuvieron en la banda pagana Vanaheim, que no me acaba de convencer por las voces, pero les reconozco una buena labor de teclados y aquí en Ringnevond ese mismo teclista demuestra una vez más su talento, sólo hay que dejarse llevar por esos maravillosos pianos (y no puedo dejar de citar ese breve momento de órgano medieval que me encantó).

Esta conseguida atmósfera podrá transportarte a la bella serenidad de los parajes boscosos de Escandinavia, pero las leyendas y tradiciones locales nos recuerdan la inherente oscuridad de esos bosques y sus criaturas, tal y como nos muestra la ferocidad de la voz rasgada, que resulta especialmente rabiosa. Hay también unos cuantos alaridos que personalmente no me gustaron, y algún que otro coro de voz limpia que aporta el toque pagano (junto con las ocasionales melodías folklóricas del teclado) que debe transmitir ese contenido lírico en noruego.

Este álbum es del año 2000, dato curioso viendo la producción que tiene, pero he leído que en realidad fue escrito entre 1993 y 1994, algo que ya nos cuadra más viendo ese estilo sinfónico primerizo que gastan. Y ahora dejo con su frondosa oscuridad a quien no tenga reparos con estas producciones.


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