jueves, 2 de diciembre de 2010

GRAVELAND - Carpathian Wolves


Para empezar diciembre, recordemos un disco de una de las bandas polacas más emblemáticas y con más reconocimiento fuera de su país. Escojo el debut de 1994 (tras varias demos y un EP), cuando aún era una banda completa y se dejaba notar mucho la influencia noruega.

Aún estaban por llegar los tiempos en que quedase Rob Darken al frente de Graveland como banda de un solo miembro, antes de incorporar notables influencias de Bathory para desembocar en un estilo tan épico que cada vez se acerca más al Viking Metal.
Aquí se siente más la vena de Darkthrone, pero moderamente porque para nada los calcan, teniendo ya desde el debut un punto épico que marcaría el devenir de la banda y de muchos grupos posteriores. Porque es curioso que Graveland, teniendo claras influencias de grandes bandas, también a su vez ha sido poderosa influencia para grupos de hornadas más recientes.

La batería no marca todo el tiempo el ritmo avasallante del clásico Black Metal, pero las guitarras sí separan la carne blancuzca de los huesos, con esa distorsión del estilo que ya conocemos y tanto nos gusta.
Rob Darken hizo un buen trabajo ese año al tocar los teclados para Infernum, y en su propia banda no fue para menos, aunque de manera distinta. En Infernum agregó mayor cantidad de teclados, pero en forma de cortina de humo negro apestoso; y en este disco son más dispersos y aparecen en momentos escogidos para dar más atmósfera a la manera de los viejos Satyricon o Abigor, dando ese toque ancestral de terrores medievales. La verdad es que encaja eso con el título del álbum, creando paisajes de noches cárpatas como cuando aparecen los sutiles órganos.
La voz, pues sencillamente es una rasgada de horrendo batracio enorme, resonando en la humedad de cualquier rincón demasiado infecto para el hombre.

Fue un gran año para esta gente por haber salido entonces este disco y el de Infernum, y si te gusta el Black Metal con un toque de oscuridad pagana, aquí lo tienes por si aún estás empezando y no conocieras este álbum.

2 comentarios:

Særuman dijo...

Jaja, hace ratos leí en una entrada que ibas a poner algo de Darken, supuse que sería el pedazo de carne cruda que aún chorrea sangre, que es este álbum. Buenísimo.

De Graveland me gustan más los discos influenciados de Bathory, como el Creed of Iron... una gran cosa ese álbum!

Carlos dijo...

Bueno, también tengo pensado subir con el tiempo alguno de la onda más épica para que quede bien representada la cosa, jejeje.