Este grupo ucraniano en solitario no es ninguna novedad en el blog porque ya reseñé hace años su debut "Winterfall" del 2015. Durante estos años siguientes he estado pendiente de sus sucesivos lanzamientos, cinco hasta ahora, pudiendo valorar su trayectoria y teniendo certeza en que éste de hoy (su penúltimo disco, editado en 2018) es mi favorito personal y, además, de lo mejor que he oído en años recientes.
En su momento lo definí como una mezcla de Black Metal con origen en la estela de Burzum e ingentes dosis atmosféricas heredadas del Ambient oscuro, y así sigue su fórmula de escalofríos a medianoche, pero con amplio margen para mejorar sus composiciones crepusculares.
La base ciertamente cruda que tenían antes se cristaliza en más melodías de guitarra, si bien esos cristales siguen siendo de hielo muy a tono con la escarcha de los gritos agónicos en la tradición del Black Depresivo.
Hablamos por tanto de una depuración en su sonido pero sin perder su estilo originario, en el que la necesaria atmósfera fluye en los muy presentes teclados que también se han visto perfeccionados y aportan más variedad que antes, llegando incluso a proporcionarnos los que para mi gusto son los mejores momentos ambientales de toda la carrera de Severoth. Se llega hasta a desprender cierto aroma folk con toda la espiritualidad de los Cárpatos.
Lo que sigue igual es que la batería puede repartir tanto ritmos rápidos blackers como los más distendidos a modo de colchón de hojarasca en el bosque invernal, después de todo no deja de ser Black Atmosférico por mucho que se depure su estilo.
Un extenso repertorio de ocho canciones de larga duración acerca a algo más de una hora este helador álbum lleno de poesía oscura y loas a la naturaleza.
No te pierdas el gélido deleite de su escucha junto a material como Drudhk, Evilfeast, ColdWorld o Lustre.
1 comentario:
Obrigado por disponibilizar o material mano,meu agradecimentos e vida longa ao seu blog
Publicar un comentario