sábado, 26 de febrero de 2022

LUNE - Wild Lands of the North



Cuando conocemos una nueva banda nos gusta indagar y ver primero, entre otras cosas, su procedencia. No es que el país de origen sea un asunto definitivo, pero sabemos por experiencia que puede ser una gran influencia la escuela más establecida en según qué países o sus inclinaciones naturales.
En este sentido hay músicos de Black Metal que creo que se exceden un poco con el misticismo al llevar la discreción hasta el punto de no revelar nada sobre sí mismos incluyendo su origen. Es así con Lune, grupo del que solamente sabemos que hay un solo músico involucrado, aunque se dice que puede ser australiano.

Elucubraciones aparte, pasamos al plano musical, que es el alma y el todo. Este disco es el debut de Lune de 2020, uno de los trabajos más interesantes de aquel cercano año con una propuesta nada novedosa pero sí muy curiosa con sus bien escogidos ingredientes.

Refleja, a grandes rasgos, un gusto por lo pausado y melancólico con cierta crudeza al mismo tiempo que un interés más que notable por lo épico. Los ritmos pueden galopar con el violento blast-beat del Black Metal, sin embargo el tono general del disco es la lentitud prácticamente heredada del Doom Metal y de grupos como Agalloch y Ulver, así como incluso una lejana influencia del Black Depresivo con sus crujientes guitarras y sus gritos ásperos.
En medio de esas melodías que, como ya decía, se acercan a las de los grupos depresivos, lo épico campa a sus anchas con unas ambientaciones muy propias de estos grupos de tiempos recientes que recrean con majestuosidad el legado de Summoning, grupos como Caladan Brood o Belore, especialistas en esos hálitos sinfónicos de simulaciones de trompetas de guerra y otras atmósferas medievales, incluyendo los tan habituales efectos de batalla con entrechocar de armas y gritos de combate. A esto se suma que la descarnada voz no queda sola en el último tema al aparecer unos coros épicos muy en la línea de las bandas mencionadas.

Esto entra en lo que se llama Black Atmosférico para ser concisos, pero ya podemos ver que las influencias van del Doom y el Black Depresivo al Black Sinfónico con muy marcados tintes épicos. Un excelente trabajo si te gusta todo lo referido.



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lunes, 21 de febrero de 2022

MOONLIGHT SORCERY - Piercing Through The Frozen Realm

 




Todo lo que se ve aquí desde el inicio es pura esencia de los años 90. Desde la clásica portada azulada con un castillo en su montañoso escenario, el logotipo blacker, el arquetípico título de disco escrito en esa tipografía, las canciones enmarcadas en hielo...

Esta banda de Finlandia mostró primeramente este año un tema de adelanto de lo que sería este EP que fue lanzado hace unos días, así enseñando claramente de qué iría el estilo. La verdad es que me parece el típico EP que desearía que hubiera sido un disco completo porque, con solamente una intro y cuatro canciones, se me hace corto y me deja con ganas de más.

Lo suyo es un Black Sinfónico muy noventero en espíritu y forma, aunque conviene aclarar que no es por ello un sinfonismo muy prominente ni continuo. 
De hecho, los teclados no resaltan en el conjunto y tienen sus momentos de lucimiento más propios en los que perfilan ese escalofrío de madrugadas que tal vez no traigan jamás de vuelta la luz. Ya sea en inicios, interludios especialmente atmosféricos o finales a modo de broche de oro es cuando los teclados tienen un papel destacado, mientras tanto suenan muy de fondo y son las guitarras quienes cargan con el protagonismo sonando afiladas y vigorosas a esa manera finlandesa que aúna también melodía y llegan incluso a desprender unos interesantes solos. El ritmo que acompaña tan filoso entresijo guitarrero es, naturalmente, el blast-beat del Black Metal, aunque rebajando velocidad cuando la capa de hielo se hace con el control. Con la voz hay poco que contar, sencillamente es la clásica rasgada nórdica sin ninguna variación reservada a excepción de alguna voz narrada.

Me parece escaso siendo un mero EP como decía más arriba, pero es un muy buen inicio para añadirlo a esos repertorios con Catamenia, Ringarë, Black Swan, Algazanth y similares.



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viernes, 11 de febrero de 2022

DRAGONLORD - Rapture

 




Este disco es uno de esos raros casos en los que me pregunto cómo no le hice la reseña en años anteriores, siendo un álbum del 2001 que conozco desde hace muchísimo tiempo...
No es que sea de mis discos preferidos, pero siempre me facilitó momentos de amenas escuchas y no es tarde para reseñarlo en profundidad.

Lo que se suele destacar al empezar a hablar de este grupo es que surgió de Eric Peterson, conocido por la banda de thrasher Testament. El caso es que en los años 90 le debió entusiasmar el Black Metal que se estilaba a finales de esos años, ése tan odiado por los sectores más encorsetados y cuadriculados, decidiendo plasmar su propia visión mezclando Black Sinfónico con Thrash Metal, porque después de todo no quiso olvidar su estilo de origen.

Realmente no es ninguna novedad, ya en 1998 los alemanes Atanatos también tocaron esta combinación en su debut "The Oath of Revenge" e incluso en el 2001 también salió el "At the Gates of Utopia" de los italianos Stormlord incorporando cañero Thrash Metal a su reconocible desarrollo épico del Black Sinfónico. Por aquí andaría la pauta con esas dos referencias recién mencionadas, pero cambiando lo épico por unas ambientaciones sinfónicas de un corte más astral, algo en cierto modo similar a las atmósferas del debut de Arcturus y, sobre todo, al "Nexus Polaris" de Covenant. Este último referente diría que es más acertado que la esperable comparación con Dimmu Borgir (que no deja de ser cierta desde luego).

Peterson se encarga aquí de las guitarras y las voces usando el citado toque thrasher y una voz raspada que no resulta especialmente agresiva. Por lo demás, se emplean características del Black Sinfónico de esos años con guitarras caóticas, ritmos potentes generosos en blast-beats y esos teclados cósmicos que brindan algunos pianos, órganos y una de las intros que más que me gustan en general con el sugerente título en español de "Vals de la Muerte".

Como decía, no es de mis discos predilectos y la verdad es que me gustan más los citados discos de Atanatos y Stormlord en cuanto a esta idea, lo cual no quita que me parezca un disco disfrutable (de lo contrario no lo habría reseñado).



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sábado, 5 de febrero de 2022

ASTRAL WINTER - Forest Of Silence

 



Hace ya unos cuantos años que reseñé el disco de Hammerstorm, banda internacional formada por un belga y un australiano... pues aquí está la banda principal del susodicho australiano, que en solitario es capaz de dar rienda suelta al Black Sinfónico aquí recogido.

Conocí el proyecto Astral Winter con su debut "Winter Enthroned" de 2001, pero fue realmente con este tercer álbum de 2016 cuando realmente la cosa me llamó la atención al percibir una muy notable mejora con canciones más poderosas y sólidas. 

No vayamos a pensar que esto va de Black Metal tradicional, no, aquí no se postula el modelo más purista y encorsetado. El estilo es el muy melódico de bandas como Graveworm, Illnath, Stormlord, Catamenia o Embraced; aunque quizás con un enfoque más rabioso que el de los grupos citados. 
Josh Young muestra ser un músico creativo y con las ideas claras, a diferencia de otros proyectos en solitario como Elvira Madigan por ejemplo, que resultan más desordenados y confusos. 

Los teclados son, naturalmente en un disco sinfónico, muy dominantes y omnipresentes dirigiendo las composiciones con sus ambientaciones épicas y no exentas de elegancia cuando entran en juego el piano o el clavicordio, destacando para mi gusto las intros e interludios rebosantes de magia arcana. No por ello las guitarras quedan descuidadas, crujen en apretada formación y llegan a desprender solos de cuidada factura cuando se rebaja el ritmo de las baterías que, por cierto, mucho me temo que son programadas. El elemento más agresivo es sin duda, para mí, la voz rasgada porque suena feroz y como de bestia salvaje herida defendiéndose hasta la muerte, complementándose con algunas voces claras por parte de algunos invitados al igual que la voz femenina en la hermosa y extensa (15 minutos) canción final.
Como punto negativo veo, aparte de la batería programada, que los teclados en unas pocas ocasiones me suenan demasiado artificiosos e incluso algo fuera de lugar, pero esto ya es cuestión de gustos.

Un disco con más luces que sombras para mi gusto, de lo mejor que escuché en 2016. Está, obviamente, recomendado si te gustó Hammerstorm porque el parecido es razonable.