Todo lo que se ve aquí desde el inicio es pura esencia de los años 90. Desde la clásica portada azulada con un castillo en su montañoso escenario, el logotipo blacker, el arquetípico título de disco escrito en esa tipografía, las canciones enmarcadas en hielo...
Esta banda de Finlandia mostró primeramente este año un tema de adelanto de lo que sería este EP que fue lanzado hace unos días, así enseñando claramente de qué iría el estilo. La verdad es que me parece el típico EP que desearía que hubiera sido un disco completo porque, con solamente una intro y cuatro canciones, se me hace corto y me deja con ganas de más.
Lo suyo es un Black Sinfónico muy noventero en espíritu y forma, aunque conviene aclarar que no es por ello un sinfonismo muy prominente ni continuo.
De hecho, los teclados no resaltan en el conjunto y tienen sus momentos de lucimiento más propios en los que perfilan ese escalofrío de madrugadas que tal vez no traigan jamás de vuelta la luz. Ya sea en inicios, interludios especialmente atmosféricos o finales a modo de broche de oro es cuando los teclados tienen un papel destacado, mientras tanto suenan muy de fondo y son las guitarras quienes cargan con el protagonismo sonando afiladas y vigorosas a esa manera finlandesa que aúna también melodía y llegan incluso a desprender unos interesantes solos. El ritmo que acompaña tan filoso entresijo guitarrero es, naturalmente, el blast-beat del Black Metal, aunque rebajando velocidad cuando la capa de hielo se hace con el control. Con la voz hay poco que contar, sencillamente es la clásica rasgada nórdica sin ninguna variación reservada a excepción de alguna voz narrada.
Me parece escaso siendo un mero EP como decía más arriba, pero es un muy buen inicio para añadirlo a esos repertorios con Catamenia, Ringarë, Black Swan, Algazanth y similares.
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