SKYFOREST - Aftermath

 

Tras este CD se esconde uno de estos músicos que los que apenas se sabe nada, el misterio envuelve a este talentoso ruso que anda también tras bandas como Moondweller y colaboraciones como la de los ya reseñados Lumnos.

Skyforest lleva ya una larga trayectoria aunque oficialmente exista desde 2013, debemos tener en cuenta que cambió de nombre dos veces y en realidad existe desde 2010 cuando comenzó bajo el nombre Annorkoth, proyecto bien conocido y que suele aparecer en los recopilatorios de Black Atmosférico que circulan por YouTube.

Después pasó a llamarse Autumn's Kingdom durante un par de años, editando un disco homónimo que posiblemente aparezca también reseñado en el blog porque su atmósfera y melodías siempre me enamoraron. Ya en 2014 fue lanzado este debut de Skyforest y a eso vamos ahora mismo.

Hablamos de Black Atmosférico como decía, del muy especialmente melódico y con toques sinfónicos en una combinación que me ha convencido mucho. 

Nada más comenzar el primer tema aparecen las orquestaciones de teclados y arrancan unas melodías guitarreras que delatan su lejana influencia de Katatonia en sus estructuras del Black Metal de corte moderno con ritmos variados. Al continuar el álbum revela también un muy fino sentido de la melancolía en los temas más lentos, donde se luce con melodías tan hermosas como dolorosas, siempre con el respaldo de los teclados ambientales que pueden brillar particularmente cuando adoptan por ejemplo forma de pianos.

La voz, muy agónica y casi propia del Black Depresivo, corre a cargo de un músico australiano invitado que también aporta la batería, así como en el sexto tema aparece una vocalista femenina agregando un bonito contraste en esas atmósferas de notable soledad en medio de la populosa urbe.

Tiene dos discos más, pero yo personalmente me quedo con éste antes de la más pretenciosa evolución posterior. Puede ser lo tuyo si te gustan Katatonia, Ulver, Agalloch y el gran elenco de bandas de Black Atmosférico que disfrutamos a día de hoy.

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KËKHT ARÄKH - Pale Swordman

 

¿Se puede sonar con intensa crudeza blacker y al mismo tiempo transmitir poesía y romanticismo? La respuesta la conocemos en no pocos casos, para qué engañarnos, pero en este caso quería obviamente contestar con este disco.

Este proyecto de un solo músico ha ido, en su corta trayectoria, consiguiendo mejorar poco a poco y este nuevo trabajo de 2021 suena más que decente en su estilo.

El músico ucraniano que anda tras ello nos muestra que en su juventud fue un gran seguidor de Burzum, incluso con su seudónimo al apodarse Crying Orc (tomado de una canción de Burzum para quien no lo sepa). Pero llega más allá como otras tantas bandas y su sonido se parece más a unos Judas Iscariot mezclados con el "Transilvanian Hunger" de Darkthrone en cuanto a las influencias noventeras de las que sin duda bebe a tragos, continuando con un muy notable aire de poética decadencia y romanticismo marchito como el que podemos encontrar en Celestia o Csejthe.

Tras una delicadísima intro de piano salta el primer contraste al comenzar a sonar un Black Metal áspero y rudo a la antigua usanza con voces rasposas al estilo de las de Judas Iscariot, las bien conocidas guitarras de punzante distorsión y ritmos que machacan blast-beats en los momentos rápidos. Todo bien envuelto en el sudario de la clásica producción lo-fi que hace que suene como su hubiera sido editado en los tiempos de los viejos grupos noruegos.

Hay un mínimo uso de teclados y acústicas, solamente unas tenues pinceladas, aunque destacan más cuando se intercalan temas ambientales en los que se materializa musicalmente esa imagen de la portada en la que se sostienen juntas una rosa y una espada.

La última pieza con la que termina el CD es otro gran contraste después de los temas de Black Metal oxidado y putrefacto con unas preciosas notas de piano acompañando unos versos tan hermosos como dolorosos.

No es, como digo, la primera vez que se incorpora este aire poético al estilo pero sí que es un caso especialmente notorio. Habrá que estar pendientes de su evolución porque pueden surgir cosas muy interesantes.

 

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MITHOTYN - In The Sign Of The Ravens

 

Mi largo silencio en el blog explica la hasta incomprensible ausencia de una banda como Mithotyn en las reseñas. Cierto es que en mi regreso me he estado dedicando sobre todo a dar a conocer discos nuevos de estos últimos años, pero yo nunca puedo olvidar lo viejo de toda la vida.

Corría el año 1997 cuando debutaban estos suecos que se unían a las filas del ya bien bien conformado Black-Viking. La semilla de Bathory es siempre imborrable, con la posterior entrada en escena de Enslaved sumando a la ferocidad del Black Metal noruego toques épicos igualmente nórdicos que dieron forma a un molde utilizado por Windir, Falkenbach, Borknagar o estos Mithotyn que ahora nos ocupan.

Los discos que editaron posteriormente Mithotyn gozan de buena reputación pero yo, como siempre, disfruto más con el primer disco en el que dieron rienda suelta a algo más rudo y, no obstante, también muy bien provisto de melodía. La base blacker casi diríamos que se queda en las voces rasposas y las baterías violentas cuando los ritmos requieren velocidad combativa, agregando numerosos ingredientes épicos con teclados, coros y melodías que entran en las fronteras del Folk.

La producción es modesta como con tantos discos noventeros, haciendo que el sonido resulte como distante de tal manera que al final se consigue un efecto más legendario y místico. Las guitarras suenan muy melódicas y adquieren mayor aspereza en los ritmos veloces, aunque lo predominante son los medios tiempos heroicos y me permito decir que muchas veces pienso en una suerte de Windir al estilo sueco.

La voz rasgada, sin duda heredada del Black Metal escandinavo, se ve complementada con los ya bien conocidos cánticos y coros de voces claras que incluso muestran un poco de voz femenina. A esta panoplia de elementos vikingos se unen unos teclados que, si bien no son omnipresentes ni dotan del sinfonismo al álbum, están muy presentes y otorgan distintas texturas de sagas nórdicas yendo desde el ligero sintetizador ambiental al uso de clavicordios y simulaciones Folk.

Yo doy por sentado que el oyente veterano ya conoce esto sobradamente, pero siempre me puede estar leyendo alguien que se esté iniciando y le recomiendo encarecidamente este CD si quiere engrosar su repertorio Black-Viking de Eslaved, Windir, Thyrfing, Borknagar, Myrkgrav o Falkenbach.

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SHADGAR - Hatets Makt

 

Una muy agradable novedad de este año está siendo este disco de Shadgar, muy reciente al haber sido lanzando el 3 de septiembre. No hay mucha información que digamos sobre este grupo de Suecia, pero aunque no aparezcan sus miembros yo intuyo que esto tiene toda la pinta de ser un proyecto de un solo músico que, además, tiene una creatividad y productividad tremendas al ser ya su tercer disco habiendo empezado tan sólo el año pasado.

Este álbum, el tercero como decía, curiosamente es sucesor de otro que ha sido editado también este mismo año (en marzo) y pudiera parecer que la cosa sería muy repetitiva y monótona, pero resulta que hay diferencias muy evidentes entre ambos discos. No sé realmente qué tal será el debut del año pasado, pero el segundo disco contiene un Black Atmosférico estándar por así decirlo, mientras que este tercer CD tiene más dinamismo con cierta personalidad propia que ha sido lo que me ha convencido.

Partimos de la base de un Black Atmosférico muy crudo en esencia con un constante colchón ambiental de teclados, sutiles pianos incluidos, que proporcionan la atmósfera de abominables visiones y horrendas apariciones.

La mencionada crudeza está en las muy distorsionadas guitarras que suenan a modo de denso muro marcado por ritmos tanto rápidos como pausados, y también en las filtradas voces rasgadas que parecen proceder de otro plano.

La presencia de teclados es muy notable, pero no podríamos decir que esto sea por tanto Black Sinfónico como ya dije en una anterior reseña similar a ésta, son un respaldo ambiental que agrega tonalidades incluso épicas y majestuosas en contraposición a la marcada melancolía del disco anterior. 

Estas atmósferas de teclados llegan a veces a tener ese toque de algunos grupos de Funeral Doom de febriles y angustiosas pesadillas y, en otras ocasiones, hasta un regusto Folk.

Otro buen disco atmosférico para el estupendo repertorio de estos años recientes, que no pare la cosa.

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HIRILORN - Legends Of Evil And Eternal Death

 

Tanto que siempre hablo de discos actuales que suenan como si los hubieran editado en los años 90... pues aquí tenemos un disco que sí que es realmente de aquellos años. Concretamente es el debut de este grupo francés que fue editado en 1998, siendo su único disco en una corta trayectoria que sólo cuenta con demos y splits.

El motivo de su pronta disolución por discrepancias musicales, ni más ni menos que un año después de lanzar este disco, dio lugar a que algunos de sus músicos acabaran por consolidar Deathspell Omega como su banda principal. Por supuesto que el susodicho grupo es ahora muchísimo más conocido y poco hay que hablar sobre su música, pero sus viejas raíces en Hirilorn están bien guardadas en polvorienta encuadernación de cuero esperando ser leídas.

Esta primera formación, que toma el nombre de un árbol de la obra de Tolkien (nada nuevo en el mundo blacker), tocaba un Black Metal que nada tiene que ver con innovaciones ni vanguardias. Desprende un sonido añejado y propio de su tiempo que aúna de manera curiosa melodía con rudeza, haciendo que unas guitarras crujientes y costrosas cabalguen junto a unas guitarras rítmicas muy melódicas que hacen que recordemos tanto a Dissection como (sorprendentemente) a Windir.

No es tan descabellado recordar un poco a Windir con esas melodías guitarreras marca de la casa, después de todo Hirilorn también tenían cierto toque épico que además realzaban con algunas acústicas y toques de teclados. No por esto último hablamos de un CD con sinfonismo, ni mucho menos, son teclados de respaldo que ocasionalmente aportan profundidad o enaltecen los momentos más grandiosos.

También contribuye a la sensación épica el hecho de que sus cuatro canciones duran más de 10 minutos cada una, habiendo lugar para muchos cambios de ritmo e intervenciones de voces narradas o susurradas apoyando en algunos momentos la dominante voz rasgada que escupe sangre y ceniza.

No creo que vaya a convertirse en uno de tus discos favoritos, pero es una muy buena opción para seguir escarbando en el territorio noventero y disfrutar con sus melodías de óxido y carne muerta.

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SHANDRAZEL - In Pursuit Of The Dragon Island

 

He de tener más prudencia con las primeras impresiones porque esta banda no me gustó con su debut y la deseché totalmente al no estar conforme con la desequilibrada producción que resaltaba demasiado las voces, entre otros defectos para mi gusto pareciéndome muy amateur, pero este nuevo disco ha cambiado mi percepción al encontrar una muy notable mejoría y, de hecho, lo estoy disfrutando mucho.

Es un proyecto en solitario de un músico francés que veo que adora los dragones, siempre presentes en las portadas de sus trabajos tanto en Shandrazel como en su otra banda Abstract Dream, que básicamente suenan igual pero cambiando el tipo de teclados. Es, además, un músico muy creativo y prolífico que en apenas dos años ya ha lanzado tres discos y un single con Shandrazel y otro disco con Abstract Dream.

Se autodefine como Black Épico combinado con Dungeon Synth, aunque yo francamente no encuentro mucho este último estilo y más bien diría que hablamos de Black Sinfónico (muy épico, eso sí).

La fórmula sería un poco como unos L'Ordre du Temple en cuanto a epicidad y ciertos aires de Thulnar por lo orquestal. 

Una base guitarrera muy sencilla, hasta simple diría, aporta un continuo crujir de trémolos sin más pretensiones junto a una batería que por suerte es más variada y se mueve entre la lentitud de las epopeyas y la rapidez aplastante de una carga de caballería. Los teclados son, por supuesto, muy generosos en un disco de estas características y su uso más recurrente es el de emulaciones de trompetas de batalla, aderezando la atmósfera con algunas melodías que entran en terrenos Folk.

La voz, que esta vez está más comedida dentro de la producción, es una rasgada muy reptiliana que contrasta con su tono tan macabro en medio de tanta grandiosidad épica de arpas y trompetas. En no pocas ocasiones cuenta con el respaldo de voces claras tan propias de discos así cantando las gestas de los héroes caídos.

Poco te lo tienes que pensar si te gusta la fantasía épica y lo medieval. Os ofrezco la versión "normal" con sus cuatro canciones de 40 minutos de duración total, porque hay otra versión de una hora entera intercalando temas con narraciones que para mi gusto no es necesaria.

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