Hay veces en las que uno desea paladear un producto bien elaborado y lleno de detalles, como el disco de la reseña de Flamen, o incluso propuestas muy originales que aporten frescura y novedades al oyente ya muy curtido.
No es el caso con lo hoy reseñado, esto es justo todo lo contrario siendo nada original además de repetitivo y sencillo en extremo. No lo comento como algo negativo porque justamente es algo que también apetece, mucho en mi caso porque realmente suelo preferir escuchar estilos que sé que me gustan por encima de todo.
Es uno de estos proyectos en solitario donde el misterio campa a sus anchas, no sabiéndose la procedencia de este músico ni ningún otro dato, tan solamente que está él solo al frente y por lo tanto hay que centrarse en hablar de la música directamente.
Con semejante portada en consonancia con el nombre de la banda y el título del CD podemos esperar con seguridad un disco de Black Metal, del muy especialmente sinfónico para ser más precisos. En apenas 28 minutos hay una continua descarga de Black Sinfónico muy oscuro y descarnado sin minuciosos detalles ni meticulosas composiciones.
Pensemos por ejemplo en los primeros Thy Hastur o el debut de Profanum, cuando por entonces aún usaban guitarras, referentes un poco rebuscados, lo sé, pero presentes en este blog.
Los teclados tienen muchísimo peso en el conjunto, dirigiendo los temas de este EP de 2020 con unas sinfonías tenebrosas de lápidas de blanco mármol reluciendo a la luz también pálida de la luna y gritos desgarrados como aullando a esa luna seductora.
Las guitarras son de lo más simple y la batería se limita a machacar sin más, la verdad, aunque también han existido desde siempre los grupos de Black Metal crudo así de primarios. Me hubiese gustado personalmente que se hubieran incluido más momentos puramente ambientales como el del cuarto tema (titulado igual que el álbum), una maravilla atmosférica en medio del caos. Otro detalle ambiental viene de parte de las voces, que agregan unas narraciones en off como las de los típicos grupos noventeros.
Lo que más echo en falta es que hubiera podido durar un poco más, se hace corto, pero por lo demás me ha parecido una buena dosis de Black Sinfónico sin pretensiones.
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