He mencionado bastantes veces a Fable al referir bandas similares a Summoning de estos años recientes en los que, finalmente, se han atrevido muchos a emular ese sonido que durante mucho tiempo fue único e inimitable.
Pero no pensemos que la música de este dúo australiano consiste en limitarse a seguir los patrones marcados por Summoning sin más. Si bien es cierto que parten de ese reconocible estilo lento y dirigido por las ambientaciones épicas de teclado, aportan su toque personal al otorgarle cierta orientación Pagan-Folk que sin duda casa de maravilla con el carácter medieval del álbum.
El armazón sobre el que se asienta la magnífica montura de teclados consiste en unas sencillas guitarras de liviana distorsión y baterías secuenciadas. Si bien es cierto que estas últimas siempre suenan artificiales, también permiten percusiones son sonoridades de corte épico como si fueran tambores de batalla.
Por encima de todo ello está el despliegue de teclados con atmósferas de gestas heroicas y leyendas antiquísimas, tomando con frecuencia el ya mencionado tinte Folk que va como anillo al dedo en estas melodías entre medievales y paganas. Como si un talludo anciano con las manos encallecidas mirase la vieja hacha de guerra sobre su chimenea recordando los tiempos en los que tenía salpicaduras de sangre en lugar de polvo y herrumbre.
La voz que conduce los temas, realmente cinco propiamente dichos al ser otros cuatro puramente instrumentales, es una hosca rasgada sin ninguna pretensión chillona ni brusquedades, acompañada a veces por los graves coros épicos que uno ve tan probables en discos de este corte.
La solemnidad reina en este álbum debut del 2016 en el que la exhibición sinfónica no busca lo fastuoso. Sin ninguna duda una excelente adición al repertorio conformado por Caladan Brood, Forlorn Citadel, Elffor, Dwarrodelf, Emyn Muil y ese ya largo etcétera. Por supuesto también conviene prestar atención a su disco más reciente de 2018.
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