Hay que ver con las casualidades, hace poco colgué un disco nuevo de Murcia y ahora toca uno también de este 2022 del País Vasco. La escena vasca de Black Metal no es desconocida y hay un buen elenco de bandas desde Numen hasta esa joya atmosférica que es Elffor. Entre ese abanico está este Black Atmosférico/Sinfónico de Ostots, que no debe confundirse con la también vasca banda de Heavy Metal del mismo nombre (trueno en euskera según me dijo un viejo amigo).
Pese a que existe esta banda desde 2004 y lleva ya una buena ristra de trabajos en su haber, hasta ahora no me había parado a escuchar ningún disco suyo detenidamente. Nunca es tarde para conocer, una vez más, este universo blacker tan frecuente de los proyectos de un solo músico que comparte su visión del estilo sin restricciones.
La fórmula es sencilla en principio, un Black Metal moderadamente crudo y poco amigo de elaboraciones complejas que desprende bastante atmósfera oscura con unos sintetizadores que, aunque no están al frente en las composiciones, tienen un papel fundamental.
Las guitarras no tienen el menor alarde de intrincada factura, conforman un conjunto sólido y tajante a tono con la aspereza de la desgarrada voz blacker con su efecto de eco y la potencia de la batería. Aunque reconozco que cuando más me gustan los ritmos es cuando rebajan velocidad para favorecer unas atmósferas que llegan a recordarme a las de los grupos de invernal inspiración como Vinterriket o Paysage d'Hiver.
Yo, como gran amante de lo ambiental y sinfónico, tengo que resaltar las partes de teclados que, si bien no son omnipresentes y pueden estar en discretos segundos planos, llegan a destacar en las partes más puramente atmosféricas que poco tienen que envidiar a otros grupos europeos más consolidados. Tal vez sea cosa mía, pero ciertos momentos me resultan un poco similares a las disonancias de las bandas de Black Depresivo.
Esto no es Evilfeast, pero me parece un álbum muy disfrutable y recomiendo su escucha.
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