Caso curioso el de un grupo de los años 90 que, tras 20 años de silencio, regresó en muy buena forma demostrando que aún a día de hoy podían lanzar Black Sinfónico al estilo de los viejos tiempos.
Hablamos, no en vano, de una banda que había editado su último material en 1999, siendo por lo tanto sorprendente que en 2019 tuvieran su retorno (más que apropiado el título del disco) con este EP de cuatro temas que incluye, a modo de bonus, las versiones demo de esas mismas canciones.
Son de Suecia, país poco dado al Black Sinfónico en comparación con sus vecinos noruegos y finlandeses, que tradicionalmente han pulido más el estilo. Las bandas suecas siempre prefirieron optar por esa escuela de guitarras filosas con un muy característico sentido de la melodía, aunque obviamente que siempre ha habido representaciones suecas del estilo como Misteltein o los gloriosos Parnassus con sus dos discos noventeros.
En este nuevo EP retoman su viejo estilo de Black Metal con teclados dándole cierto aire actual, pero en todo momento con esas raíces de la vieja guardia. Junto a un vocalista invitado, que ha estado por ejemplo en discos de Setherial, con su tosca voz rasgada sin variaciones a lo largo del disco a excepción de alguna breve voz narrada, desatan ritmos tanto rápidos como más propensos a la calma atmosférica en medio del caos ordenado de guitarras compactas e indudablemente blackers nórdicas, sin olvidar las acústicas.
Los teclados suelen ser un sencillo respaldo ambiental a la manera de Emperor por poner un reconocible ejemplo, pero también incorporan texturas sinfónicas de mayor envergadura para darle ese toque épico con simulaciones orquestales y efectos de sonidos de campana.
La principal pega es que siendo un EP se hace corto con sólo cuatro temas porque, al fin y al cabo, eso de incluir también sus versiones demo es repetir prácticamente lo mismo.
No va a ser de mis discos preferidos del estilo, pero sí me pareció de lo más disfrutable de 2019.
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