Repasando bien el debut de estos alemanes, me he decidido a hacerle la reseña tras comprobar que incluso me está gustando ahora más que su segundo disco “Abschiedsreigen”, álbum al que dediqué una entrada hace tres años y que poseo original.
Antes de incluir músicos invitados del porte de Moritz Neuner (batería de muchos conocidos grupos austriacos) y Maria Dorn (vocalista de Vanitas), eran tan sólo dos jóvenes fanáticos de la increíble fórmula que Summoning estaban creando por esos años. Aunque más bien es uno quien hizo estas ocho canciones, porque el otro miembro hace de manager de la banda.
Originalmente lanzado como demo en 1998, el sello CCP Records (Estatic Fear, Dornenreich y Love Lies Bleeding entre otros), sigue en principio con fidelidad la firma de Summoning aunque con toques personales.
Si Summoning usaba pausadas baterías que en realidad eran tocadas con el sintetizador, las de Enid también son programadas, y no sólo eso, porque las guitarras también lo son, perdiendo naturalidad y haciendo que suene un poco artificial. Pero, por otra parte, para el estilo que tocan tampoco necesitan explayarse mucho en ello, porque sólo necesitan esas típicas guitarras en segundo plano de Summoning que fluyen compactas y sencillas zumbando, mientras que lucen y campan a sus anchas los teclados de sonoridades medievales que manejan con buena mano. La verdad es que destacan sobre otros grupos que han querido tener esa épica, y además de los teclados medievales también aportan su granito personal con unos toques de piano fantásticos, que uno imaginaría más en un disco de toques neoclásicos antes que en uno épico, y así se les nota su gusto por poemas basados en el rey Arturo (de ahí sacaron el nombre Enid, una doncella). Y, como curiosidad, en un tema aparece un breve momento de saxofón.
Otro toque de personalidad son las profundas voces líricas masculinas, con majestuosa melancolía que casi elevan el espíritu de forma religiosa, cediendo por supuesto el protagonismo a las voces rasgadas al estilo de las que usa Silenius.
Los que sean quisquillosos con el tema de los instrumentos programados, pues pueden torcer el gesto, pero ya estamos acostumbrados a las baterías de Summoning, y la atmósfera y voces de este disco están muy bien logradas en verdad, así que esto va genial para sesiones medievales con Summoning, Elffor, Morgart o Rivendell ente otros.
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