Me encontraba repasando las novedades doomies de este año, y se me ha ocurrido rescatar de las profundidades del blog este álbum infaltable en el repertorio de todo buen doomster.
Los ya desparecidos Morgion nos demostraron desde su soleada California que en los Estados Unidos también podemos encontrar excelente Doom Metal al nivel europeo, hecho secundado por grupos como Necare o Fall Of Empyrean por ejemplo.
Este “Among majestic ruin” de 1997 es el primer trabajo en su corta pero satisfactoria discografía, sabemos sobradamente que en los primeros discos solemos encontrar el material más duro de los grupos, y se notan sus orígenes como banda de Death Metal que aún resuenan en este pétreo Doom-Death.
Un pálido atardecer sobre las ruinas de una antaño poderosa civilización en la portada del CD nos introduce inmejorablemente en el sonido del mismo, un Doom-Death que como decía tiene trazas de su pasado Death Metal que se notan especialmente en las partes en que aceleran un poco más de lo habitual en el Doom, aunque también en general nos encontramos con que suenan más o menos a Death lentorro y pesado.
Esta sensación de estar escuchando Death se desvanece en los momentos en que los riffs desprenden abandono y ruina, al igual que la presencia esporádica de unos etéreos teclados que añaden un toque especial con su ambiente de resignada tristeza y soledad; sólo hay que escuchar el segundo tema “In ashen tears (thus I cry)” con sus soberbias líneas de teclado y el toque acústico (las acústicas tienen mucho más peso en sus otros discos).
También hay que decir que las guitarras a veces nos regalan con algo más llamativo que los guitarrazos como columnas derribadas, y se hace entretenido porque además dura sólo treinta y cuatro minutos, con cuatro canciones y una instrumental; aunque esa instrumental es un auténtico tema de Doom-Death sin las voces guturales.
La voz, por cierto, es gutural todo el tiempo, muy profunda y oscura de manera que una vez más pienso en el Death Metal, al igual que con otras voces como la de Ahab.
El año pasado salió una reedición en digipack que incluye este disco junto con el posterior “Solinari”, buena ocasión para hacerse con este material ya descatalogado, pero tiene el inconveniente de presentar una sosa portada negra con un logo, con lo bien que están las dos portadas de los discos originales…
En fin, en cualquier caso aquí lo dejo por si algún amante del Doom más pesado y con toques atmosféricos aún no lo conociese.
Los ya desparecidos Morgion nos demostraron desde su soleada California que en los Estados Unidos también podemos encontrar excelente Doom Metal al nivel europeo, hecho secundado por grupos como Necare o Fall Of Empyrean por ejemplo.
Este “Among majestic ruin” de 1997 es el primer trabajo en su corta pero satisfactoria discografía, sabemos sobradamente que en los primeros discos solemos encontrar el material más duro de los grupos, y se notan sus orígenes como banda de Death Metal que aún resuenan en este pétreo Doom-Death.
Un pálido atardecer sobre las ruinas de una antaño poderosa civilización en la portada del CD nos introduce inmejorablemente en el sonido del mismo, un Doom-Death que como decía tiene trazas de su pasado Death Metal que se notan especialmente en las partes en que aceleran un poco más de lo habitual en el Doom, aunque también en general nos encontramos con que suenan más o menos a Death lentorro y pesado.
Esta sensación de estar escuchando Death se desvanece en los momentos en que los riffs desprenden abandono y ruina, al igual que la presencia esporádica de unos etéreos teclados que añaden un toque especial con su ambiente de resignada tristeza y soledad; sólo hay que escuchar el segundo tema “In ashen tears (thus I cry)” con sus soberbias líneas de teclado y el toque acústico (las acústicas tienen mucho más peso en sus otros discos).
También hay que decir que las guitarras a veces nos regalan con algo más llamativo que los guitarrazos como columnas derribadas, y se hace entretenido porque además dura sólo treinta y cuatro minutos, con cuatro canciones y una instrumental; aunque esa instrumental es un auténtico tema de Doom-Death sin las voces guturales.
La voz, por cierto, es gutural todo el tiempo, muy profunda y oscura de manera que una vez más pienso en el Death Metal, al igual que con otras voces como la de Ahab.
El año pasado salió una reedición en digipack que incluye este disco junto con el posterior “Solinari”, buena ocasión para hacerse con este material ya descatalogado, pero tiene el inconveniente de presentar una sosa portada negra con un logo, con lo bien que están las dos portadas de los discos originales…
En fin, en cualquier caso aquí lo dejo por si algún amante del Doom más pesado y con toques atmosféricos aún no lo conociese.
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