Nuevamente hago una excepción con mi costumbre de no repetir bandas en el blog, pero no puedo evitar reseñar la segunda entrega de esta joven banda alemana que en 2007 debutó con “Weltenkraft”, disco de Pagan-Folk repleto de acordeones y melodías juerguistas idóneas para deleitar a los fans de Finntroll y Equilibrium.
Pues ahora su nueva propuesta de 2009 ha derivado en explorar sonidos más épicos, con temas muy extensos (el disco tiene cinco canciones de entre diez y veinte minutos de duración cada una, con un total que rebasa una hora) en los que los medios tiempos dominan las composiciones con sus sutiles teclados de fondo creando un colchón ambiental, partes acústicas y largos pasajes instrumentales sin voces.
Esto es algo que sabemos que dominan los afamados Moonsorrow, en quienes claramente se han inspirado y no pocos son los que opinan que directamente este álbum es una copia de la banda finlandesa.
Pero a mí no me parece desde luego que ahora sean una banda clon, pues se advierten claramente diferencias en esta épica fórmula que admitimos que han tomado de Moonsorrow; la voz sigue siendo esa rasgada feroz propia del Black Metal, que es la única voz a lo largo de todo el disco a excepción de unos pocos coros de voz clara, en contraposición al clásico estilo vocal de compañeros de estilo con sus rudas voces barbáricas (y más abundantes voces limpias según el grupo en cuestión).
También tienen como seña personal ese Folk que les caracterizó desde el debut, si bien no era algo original precisamente, que en este nuevo disco abandona en parte ese sonido de jolgorio cervecero (que lo sigue habiendo, aunque menos) para adoptar un tono más relajado e incluso nostálgico como muy bien apreciamos también en la serenidad del ocaso de la preciosa portada (por algo el crepuscular título del disco significa “Hacia la muerte”).
El acordeón sigue teniendo un importante peso aunque su presencia haya menguado, claro que también hay que tener en cuenta que antes era tremendamente dominante, y ahora aparece en este CD de manera más equilibrada porque en realidad siguen siendo generosos con ese instrumento si lo pensamos bien, no tanto con las bellísimas partes de flauta que siguen siendo algo más ocasional.
Ya veis que a mí me han convencido y lo considero de lo mejor de este 2009, porque es un disco ideal para escuchar en un largo y tranquilo viaje, o para disfrutar en una deliciosamente ociosa tarde (debe ser glorioso escucharlo con la puesta de sol y un buen trago), ahí queda la recomendación si aún hay quien no lo haya escuchado.
Pues ahora su nueva propuesta de 2009 ha derivado en explorar sonidos más épicos, con temas muy extensos (el disco tiene cinco canciones de entre diez y veinte minutos de duración cada una, con un total que rebasa una hora) en los que los medios tiempos dominan las composiciones con sus sutiles teclados de fondo creando un colchón ambiental, partes acústicas y largos pasajes instrumentales sin voces.
Esto es algo que sabemos que dominan los afamados Moonsorrow, en quienes claramente se han inspirado y no pocos son los que opinan que directamente este álbum es una copia de la banda finlandesa.
Pero a mí no me parece desde luego que ahora sean una banda clon, pues se advierten claramente diferencias en esta épica fórmula que admitimos que han tomado de Moonsorrow; la voz sigue siendo esa rasgada feroz propia del Black Metal, que es la única voz a lo largo de todo el disco a excepción de unos pocos coros de voz clara, en contraposición al clásico estilo vocal de compañeros de estilo con sus rudas voces barbáricas (y más abundantes voces limpias según el grupo en cuestión).
También tienen como seña personal ese Folk que les caracterizó desde el debut, si bien no era algo original precisamente, que en este nuevo disco abandona en parte ese sonido de jolgorio cervecero (que lo sigue habiendo, aunque menos) para adoptar un tono más relajado e incluso nostálgico como muy bien apreciamos también en la serenidad del ocaso de la preciosa portada (por algo el crepuscular título del disco significa “Hacia la muerte”).
El acordeón sigue teniendo un importante peso aunque su presencia haya menguado, claro que también hay que tener en cuenta que antes era tremendamente dominante, y ahora aparece en este CD de manera más equilibrada porque en realidad siguen siendo generosos con ese instrumento si lo pensamos bien, no tanto con las bellísimas partes de flauta que siguen siendo algo más ocasional.
Ya veis que a mí me han convencido y lo considero de lo mejor de este 2009, porque es un disco ideal para escuchar en un largo y tranquilo viaje, o para disfrutar en una deliciosamente ociosa tarde (debe ser glorioso escucharlo con la puesta de sol y un buen trago), ahí queda la recomendación si aún hay quien no lo haya escuchado.
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