Uno de los emblemáticos grupos que cambian de estilo tras unos excelentes discos de Doom Metal, la historia de siempre, pero antes de cambiar nos dejaron este grandioso álbum que les consagró como innovadores.
Llevaban inactivos desde el otoño de 1994, hasta que Blakkheim llamó a Jonas en el invierno de 1996 contándole su idea de producir un oscuro álbum gótico, pero acabaron desechando esa idea y se empezó a gestar un nuevo estilo tras darse cuenta de sus influencias en aquel momento.
La fórmula consistió en un muro de distorsionadas guitarras rítmicas con capas de guitarras solistas sonando de forma pesada y monorrítmica, un sonido armónico y disonante al mismo tiempo, con un repetitivo medio tiempo de 4/4 en la batería. Toda la instrumentación sería ejecutada sutilmente con una propuesta minimalista y monótona, haciendo que las canciones tuvieran partes hipnóticamente largas y vastas.
Al ocuparse de las voces llegó el problema: Jonas no daba la talla (también dejó de hacer las voces en el segundo álbum de su proyecto paralelo October Tide). Por lo que tuvieron que recurrir a su amigo Mikael Akerfeldt de Opeth, ese hombre que parece tener un amplificador en algún lugar de su garganta, y con su poderosa voz obtuvieron el elemento que faltaba en esta obra maestra.
El disco no fue masterizado, pero ahora tenéis la oportunidad de escucharlo adecuadamente masterizado, con el EP “Sounds of decay” como bonus (también cuenta con la voz de Akerfeldt y es el último material Doom de la banda).
En fin, un disco mítico que supuesto una poderosa influencia en la escena; no es de extrañar que haya sido la referencia para que Wyrd crearan el estupendo “The ghost album”, como reza el refrán: de tal palo, tal astilla.
2 comentarios:
Ver a Jonas cantando "Murder" no tiene precio.
Gracias!!!!
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