miércoles, 4 de mayo de 2022

SILENT CRY - Remembrance

 




Brasil no es un país del que conozca mucha escena Gothic-Doom, siendo Adagio la banda de referencia que siempre me venía a la cabeza, pero años atrás conocí también gracias a una acertada recomendación este otro grupo de similar factura.
Tanto Adagio como Silent Cry lanzaron sus discos debut en 1999, pero estos últimos tienen sus primera demo en fecha anterior como también lo es la misma creación como banda, siendo pionera en su estilo en aquellas tierras.

Lo más sencillo sería empezar a mencionar a Theatre of Tragedy o Tristania al hablar de un disco gótico con el clásico dueto vocal gutural/femenino, pero le haría mucha más justicia profundizar desgranándolo y destacar que su parte Doom es muy notoria y se percibe que bebe de la fuente de los legendarios My Dying Bride.
Sus guitarras, en efecto, tienen un notable desarrollo a la hora de ir suministrando melodías sumamente dolientes con toda la amargura de los tiempos pasados que nunca volverán, de la oportunidad perdida que pesa como una losa de piedra en el alma, como esas palabras decisivas que nunca salieron de los labios.
En este trabajo eminentemente volcado en tiempos lentos, algo natural en tan marchito poemario de soledad ante la angustia del paso del tiempo, el despliegue de teclados tiene un papel decisivo. Abundan los pianos y ambientaciones etéreas que redundan en la atmósfera trágica que desean (y consiguen) transmitir, llegando a pensar yo en su momento que también incluían un poco de la languidez de violín hasta que vi que no aparece ningún violinista en su formación ni como invitado, de modo que creo que deben simularlo con el teclado.
Ya fue mencionado más arriba que el estilo vocal es la habitual combinación entre voces femeninas y guturales que tanto se estilaba en los años 90, con un buen balance entre la aspereza gutural y la sedosa voz de su vocalista femenina que encaja de maravilla con el tono lírico del álbum.

Este novelero debut de 1999 queda evidentemente recomendado a los amantes del Gothic-Doom de los 90, algo así como un fascinante estado intermedio entre My Dying Bride y Lacrimas Profundere. 
Del mismo modo es también recomendado su siguiente disco de 2000 antes de irse volviendo cada vez más góticos y menos doomsters como suele ocurrir, cosa que igualmente puede interesar a quienes prefieren dichas evoluciones.




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