La nostalgia por los viejos tiempos me lleva irremisiblemente hasta este álbum, si bien mi favorito personal de Limbonic Art es su debut “Moon In The Scorpio” de 1996, pero con este segundo álbum de 1997 (es increíble que sólo pasara un año entre estas dos obras maestras) conocí al dúo noruego y eso es algo que deja huella indeleble.
Siendo continuación de aquel mágico debut, es normal que no cambiase apenas su fórmula de Black Sinfónico que estaba por crear esa incipiente escuela de grupos con sinfonías que nos trasladan a la magnificencia del cosmos.
Partiendo de la poderosa influencia de Emperor con un enfoque más poderoso en los teclados, este disco tiene las características propias de Limbonic Art, con una batería programada muy rápida y potente (aunque restando naturalidad obviamente) mientras que las guitarras descarnan un denso zumbido que persiste a lo largo del álbum.
Hasta ahí todo muy normal, hasta que entran en escena los teclados, que ya en el debut brillaban como la infinita bóveda celeste tachonada de estrellas, y en este segundo disco adquieren una ampulosidad aún más orquestal que en su predecesor, siendo el disco más grandilocuente del grupo. Las simulaciones de sonidos orquestales son más fastuosas que nunca, aunque se pierde un poco la gelidez del firmamento de su anterior trabajo, ganando más en una riqueza propia de las constelaciones, y siguen con su costumbre de incluir no pocos samples tales como sonidos de reloj o risas lejanas.
La voz de Daemon sigue desgarrando poderosamente esas letras filosóficas, místicas y espirituales que incluso tienen rima en ocasiones, con algunos momentos a lo Attila Csihar y la profunda teatralidad de una voz clara entonada junto con un par de colaboradoras femeninas.
Aquí os dejo con la segunda joya musical de uno de los grupos más influyentes del Black Sinfónico, con portada hecha por el mismo Morfeus.
Siendo continuación de aquel mágico debut, es normal que no cambiase apenas su fórmula de Black Sinfónico que estaba por crear esa incipiente escuela de grupos con sinfonías que nos trasladan a la magnificencia del cosmos.
Partiendo de la poderosa influencia de Emperor con un enfoque más poderoso en los teclados, este disco tiene las características propias de Limbonic Art, con una batería programada muy rápida y potente (aunque restando naturalidad obviamente) mientras que las guitarras descarnan un denso zumbido que persiste a lo largo del álbum.
Hasta ahí todo muy normal, hasta que entran en escena los teclados, que ya en el debut brillaban como la infinita bóveda celeste tachonada de estrellas, y en este segundo disco adquieren una ampulosidad aún más orquestal que en su predecesor, siendo el disco más grandilocuente del grupo. Las simulaciones de sonidos orquestales son más fastuosas que nunca, aunque se pierde un poco la gelidez del firmamento de su anterior trabajo, ganando más en una riqueza propia de las constelaciones, y siguen con su costumbre de incluir no pocos samples tales como sonidos de reloj o risas lejanas.
La voz de Daemon sigue desgarrando poderosamente esas letras filosóficas, místicas y espirituales que incluso tienen rima en ocasiones, con algunos momentos a lo Attila Csihar y la profunda teatralidad de una voz clara entonada junto con un par de colaboradoras femeninas.
Aquí os dejo con la segunda joya musical de uno de los grupos más influyentes del Black Sinfónico, con portada hecha por el mismo Morfeus.
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