Para la fecha que se celebra hoy, creo que no hay nada mejor que un disco así.
Ya puse en los inicios del blog (como que es la primera entrada que tenéis disponible) la reseña del debut de estos maestros rusos del erotismo, y ahora me dispongo a ello con su segundo disco de 2003.
Considerados como unos clones rusos de Cradle of Filth, en su debut de 2000 mantenían palpables diferencias con los ingleses, tales como un estilo vocal diferente con rasgadas y guturales y agradables toques Doom en esa oda a la sangre virginal.
Aquí ya se estilizaron más, como el cambio que vemos en COF desde su “The principle of evil made flesh” hacia el “Dusk and her embrace” y “Cruelty and the beast”. Precisamente este disco es muy al estilo de “Cruelty and the beast”, incluyendo ser álbum conceptual sobre la condesa Bathory.
Así es como tenemos aquí unas canciones claramente cortadas por el patrón del famoso grupo inglés, con guitarras ya menos Black, aunque manteniendo su toque de Black Metal eslavo y la producción modesta, voces agudas y generosos teclados. La voz, ya que la nombro, pasó de rasgada blacker a gritos agudos, aunque menos estridentes y molestos que los de Dani Filth, acompañados por susurros lujuriosos y partes de seductoras narraciones femeninas y esos samples de gemidos y demás parafernalia libidinosa que tanto gusta al grupo.
Para narrarnos las indecorosas aventuras de la condesa, hacen gala de unos buenos teclados cortesanos, en sinfonías de vaginas anhelantes y turgencia carnal, recreando con fidelidad el jolgorio de sanguinolencia en su castillo.
La producción, como dije, no es un punto a su favor por no estar muy pulida, pero a mí no me importa al igual que en los casos de Hecate Enthroned o Ancient Ceremony, y la portada es demasiado ridícula, pero por lo demás me parece un buen disco de monstruosas obscenidades que te hará relamerte si te gustan Lamia Antitheus, Lost Infinity, Obscurcis Romancia o los otros grupos citados.
Ya puse en los inicios del blog (como que es la primera entrada que tenéis disponible) la reseña del debut de estos maestros rusos del erotismo, y ahora me dispongo a ello con su segundo disco de 2003.
Considerados como unos clones rusos de Cradle of Filth, en su debut de 2000 mantenían palpables diferencias con los ingleses, tales como un estilo vocal diferente con rasgadas y guturales y agradables toques Doom en esa oda a la sangre virginal.
Aquí ya se estilizaron más, como el cambio que vemos en COF desde su “The principle of evil made flesh” hacia el “Dusk and her embrace” y “Cruelty and the beast”. Precisamente este disco es muy al estilo de “Cruelty and the beast”, incluyendo ser álbum conceptual sobre la condesa Bathory.
Así es como tenemos aquí unas canciones claramente cortadas por el patrón del famoso grupo inglés, con guitarras ya menos Black, aunque manteniendo su toque de Black Metal eslavo y la producción modesta, voces agudas y generosos teclados. La voz, ya que la nombro, pasó de rasgada blacker a gritos agudos, aunque menos estridentes y molestos que los de Dani Filth, acompañados por susurros lujuriosos y partes de seductoras narraciones femeninas y esos samples de gemidos y demás parafernalia libidinosa que tanto gusta al grupo.
Para narrarnos las indecorosas aventuras de la condesa, hacen gala de unos buenos teclados cortesanos, en sinfonías de vaginas anhelantes y turgencia carnal, recreando con fidelidad el jolgorio de sanguinolencia en su castillo.
La producción, como dije, no es un punto a su favor por no estar muy pulida, pero a mí no me importa al igual que en los casos de Hecate Enthroned o Ancient Ceremony, y la portada es demasiado ridícula, pero por lo demás me parece un buen disco de monstruosas obscenidades que te hará relamerte si te gustan Lamia Antitheus, Lost Infinity, Obscurcis Romancia o los otros grupos citados.
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