Dejaré un poco de momento lo más underground para esta entrada, si bien me encanta rebuscar en sus profundidades, pero también es necesario repasar los clásicos y he aquí una de las bandas más influyentes de la pasada década.
A estos juerguistas finlandeses les podemos atribuir el mérito de haber implantado en el Pagan Metal y el Folk Metal la temática de historias populares de trolls, y ser una de las principales bandas en haber consolidado las sonoridades más fiesteras y tabernarias en dichos estilos.
No en vano, afirman haberse formado de manera improvisada en una juerga, cosa que dudo realmente, pero lo que sí es cierto es que sus miembros son unos grandes borrachines y no hay más que leer las tremendas mezclas que se atreven a ingerir.
Hablamos de su segundo álbum de 2001, mi favorito personal y uno de los primeros en el estilo que escuché, el que les empezó a fermentar una buena fama como la buena cerveza en barricas de madera, cuando lucían gallardamente una estética de bárbaros beodos embutidos en pieles de oso y alce.
La formidable influencia del Black Metal toma la forma de un original (por entonces, claro) Pagan Metal en el que tiene gran protagonismo el folklore de sus tierras: la humppa.
Esto que quiere decir que, sobre la poderosa base de sólidas guitarras como gruesas raíces que levantan los pedregales y ritmos variados y contundentes, agregan unos excelentes teclados que dirigen eficazmente el conjunto. Están a cargo de Henry Sorvali (Trollhorn), el mismo que también nos regala los oídos con las ambientaciones de la banda Moonsorrow, simulando el sonido de acordeones y otros jolgorios folklóricos de una manera muy festiva y divertida, con ciertos momentos de épica oscura y alguna colaboración de instrumento de cuerda folkie para acabar de redondear este trollesco jolgorio en un antro con mucho alcohol tras una partida de caza.
También en las voces se manifiesta a veces el folklore finés mediante los curiosos cantos nativos de algunas canciones, y siempre siendo el protagonista su vocalista gutural Kattla, con su poderosa voz de buey almizclero vociferando las letras en sueco (anque sean fineses), y es una lástima que acabase abandonado la voz por problemas con su garganta.
Hoy día es muy fácil encontrarse con bandas cerveceras de Pagan-Folk, sobre todo teniendo en cuenta el amplísimo mercado que tenemos actualmente, que sin duda le deben mucho a estos maestros fineses, y aún estás a tiempo de descubrir este formidable disco si estás iniciándote.
A estos juerguistas finlandeses les podemos atribuir el mérito de haber implantado en el Pagan Metal y el Folk Metal la temática de historias populares de trolls, y ser una de las principales bandas en haber consolidado las sonoridades más fiesteras y tabernarias en dichos estilos.
No en vano, afirman haberse formado de manera improvisada en una juerga, cosa que dudo realmente, pero lo que sí es cierto es que sus miembros son unos grandes borrachines y no hay más que leer las tremendas mezclas que se atreven a ingerir.
Hablamos de su segundo álbum de 2001, mi favorito personal y uno de los primeros en el estilo que escuché, el que les empezó a fermentar una buena fama como la buena cerveza en barricas de madera, cuando lucían gallardamente una estética de bárbaros beodos embutidos en pieles de oso y alce.
La formidable influencia del Black Metal toma la forma de un original (por entonces, claro) Pagan Metal en el que tiene gran protagonismo el folklore de sus tierras: la humppa.
Esto que quiere decir que, sobre la poderosa base de sólidas guitarras como gruesas raíces que levantan los pedregales y ritmos variados y contundentes, agregan unos excelentes teclados que dirigen eficazmente el conjunto. Están a cargo de Henry Sorvali (Trollhorn), el mismo que también nos regala los oídos con las ambientaciones de la banda Moonsorrow, simulando el sonido de acordeones y otros jolgorios folklóricos de una manera muy festiva y divertida, con ciertos momentos de épica oscura y alguna colaboración de instrumento de cuerda folkie para acabar de redondear este trollesco jolgorio en un antro con mucho alcohol tras una partida de caza.
También en las voces se manifiesta a veces el folklore finés mediante los curiosos cantos nativos de algunas canciones, y siempre siendo el protagonista su vocalista gutural Kattla, con su poderosa voz de buey almizclero vociferando las letras en sueco (anque sean fineses), y es una lástima que acabase abandonado la voz por problemas con su garganta.
Hoy día es muy fácil encontrarse con bandas cerveceras de Pagan-Folk, sobre todo teniendo en cuenta el amplísimo mercado que tenemos actualmente, que sin duda le deben mucho a estos maestros fineses, y aún estás a tiempo de descubrir este formidable disco si estás iniciándote.
2 comentarios:
Wow! Nunca creí ver a los trolls por acá en tu blog, ¿pero cómo no si se trata de tremendo disco eh? Merecida reseña a la jarra espumosa y al carnero asado. Jaja!
Entre otras cosas, no se si ya has escuchado el último disco de Limbonic Art, ¿qué te ha parecido? Yo hasta hace poco me enteré que Morfeus al parecer desertó y el grupo ahora ha quedado como proyecto en solitario de Daemon. ¿Qué has sabido tu al respecto?
Espero que tras su tan esperada vuelta en 2006 no se den de vuelta de baja. Sería una lástima, que todos sabemos que son uno de los duetos más respetados del black metal europeo.
Este disco es que me trae grandes recuerdos, jeje, y qué curioso me era escuchar algo así por esos años.
No sabía que se pudiese escuchar ya lo de Limbonic Art, aunque de todos modos dejaron no volvieron a gustarme tanto tras su "In abhorrence dementia". Lo buscaré entonces.
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