Una tarde de junio debería parecerme extraña para lanzarme a analizar un disco con semejante título, pero la constante lluvia de un día inusualmente gris es un contexto mucho más indicado para ofrecer esta buena muestra de Black-Pagan. Este año han lanzado una nueva obra, “Sworn to the elders”, pero aún no lo probado y me inclino por aquello que mejor conozco para comentarlo, este debut de 2003 que por cierto fue reeditado en 2006 en digipack con tres canciones extra.
Esta banda francesa cuenta y ha contado, para quien no los conozca, con miembros de otros buenos grupos de ese país como Bran Barr, Aes Dana, Heol Telwen, Belenos, Penumbra o Inborn Suffering. Esto para que quede clara la valía de sus músicos, quienes recrearon en pleno 2003 una música que parece sacada de los días del Viking y el Pagan Metal de los años 90.
Una producción añeja es el manto de nieve que cubre un disco que no precisó de instrumentación folklórica como flautas o gaitas, ni tampoco de épicos teclados, basándose en la vieja influencia de Bathory de guitarras sencillas pero dignas de una epopeya, al igual que los épicos ritmos de su batería (llegaron a tener en otro momento un baterista de origen español, por cierto).
A veces la batería sube un poco la velocidad con algo de furor de tempestad invernal, pero la nota dominante es el medio tiempo de sublime épica, que rememora los viejos dominios del Viking Metal en un álbum que bebe de palpables fuentes blackers, como los primeros Enslaved, aunque sus duras guitarras no sean tan afiladas como las del conjunto noruego.
Señalaba antes la ausencia de teclados y elementos Folk, pero sobre ese último punto debo apuntar que sí que hay una recurrente presencia de guitarra acústica con su agradable fluir de helado arroyo de montaña, y lo que más aporta el ambiente pagano junto a esto es el juego vocal. En principio tenemos una voz rasposa y agrietada por el rigor invernal, a la que se suman unos coros de voz clara y profunda con todo el poder ancestral de quienes cantaban al honor y la fuerza en vez de a la sumisión y miedo que predicaba cierta religión extranjera.
Riffs y ritmos épicos a la antigua usanza, acústicas y voces blackers con voces limpias paganas, así se resume este frío álbum de canciones guerreras que gustarán a amantes de Falkenbach, Belenos, Enslaved o los primeros Vintersorg por citar algunos.
Esta banda francesa cuenta y ha contado, para quien no los conozca, con miembros de otros buenos grupos de ese país como Bran Barr, Aes Dana, Heol Telwen, Belenos, Penumbra o Inborn Suffering. Esto para que quede clara la valía de sus músicos, quienes recrearon en pleno 2003 una música que parece sacada de los días del Viking y el Pagan Metal de los años 90.
Una producción añeja es el manto de nieve que cubre un disco que no precisó de instrumentación folklórica como flautas o gaitas, ni tampoco de épicos teclados, basándose en la vieja influencia de Bathory de guitarras sencillas pero dignas de una epopeya, al igual que los épicos ritmos de su batería (llegaron a tener en otro momento un baterista de origen español, por cierto).
A veces la batería sube un poco la velocidad con algo de furor de tempestad invernal, pero la nota dominante es el medio tiempo de sublime épica, que rememora los viejos dominios del Viking Metal en un álbum que bebe de palpables fuentes blackers, como los primeros Enslaved, aunque sus duras guitarras no sean tan afiladas como las del conjunto noruego.
Señalaba antes la ausencia de teclados y elementos Folk, pero sobre ese último punto debo apuntar que sí que hay una recurrente presencia de guitarra acústica con su agradable fluir de helado arroyo de montaña, y lo que más aporta el ambiente pagano junto a esto es el juego vocal. En principio tenemos una voz rasposa y agrietada por el rigor invernal, a la que se suman unos coros de voz clara y profunda con todo el poder ancestral de quienes cantaban al honor y la fuerza en vez de a la sumisión y miedo que predicaba cierta religión extranjera.
Riffs y ritmos épicos a la antigua usanza, acústicas y voces blackers con voces limpias paganas, así se resume este frío álbum de canciones guerreras que gustarán a amantes de Falkenbach, Belenos, Enslaved o los primeros Vintersorg por citar algunos.
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