Una excelente manera de empezar el mes de diciembre en el blog es subir algo de My Dying Bride, y más teniendo en cuenta que no sólo su célebre “Turn loose the swans” es para nada el único gran disco que tienen en su tremenda discografía.
Esto me recuerda algo, que las viejas glorias hoy día sacan discos que no son ni la sombra de lo que fueron y que más vale indagar en bandas nuevas porque los antiguos ídolos no tienen gran cosa que ofrecer ya. Sin embargo, estos pioneros y dioses del Doom-Death me sorprendieron con un soberbio disco en pleno 2004, uno de los mejores trabajos de la banda junto a sus clásicos, y para colmo uno de los álbumes de Doom más oscuros que te puedes encontrar.
En sus ocho canciones nos brindan una saludable variedad con guitarras melódicas, muchas partes ambientales, momentos pesados y duros como ellos saben crear, voces estupendas, teclados siniestros e incluso coqueteos con el Funeral Doom.
Su vocalista Aaron, ese señor que escribe unas letras descorazonadoras con una copa de vino en mano, ofrece sobre todo sus características voces limpias que desprenden infinita miseria. Y, como buen actor que parece, se amolda a lo que pide la canción en cada momento con unas pocas voces narradas, y las guturales para los momentos en que es necesario acentuar los sentimientos más negativos. Curiosamente, en este disco las voces extremas tienen unos registros rasgados y cercanos al Black Metal que entonces eran cosa inédita en la banda, aportando mayores sensaciones dolorosas.
Llevaban ya dos discos supliendo la carencia del famoso violín con unos teclados que subrayan la oscuridad inherente de ciertos momentos, como por ejemplo los órganos de dos canciones, pinceladas sutiles de piano o simplemente teclados ligeros y ambientales.
En fin, es toda una joya moderna donde las guitarras desoladas marca de la casa se enlazan con otros temas más livianos y melancólicos y el vocalista se luce como siempre, una lástima que en el posterior disco sacaran algo tan austero y el más reciente no me acaba de entusiasmar pese al retorno del violín y sonidos clásicos de su pasado. Ya, sin más que añadir, os obsequio con esta poesía envenenada en forma de Doom Metal.
2 comentarios:
Aristos Seal of Aproval.
Muy buen disco, uno de mis favoritos ;)
Publicar un comentario