Como último capítulo en este 2009 ya moribundo, traigo el mejor epílogo posible con un disco regido por el cruel rostro de los cánones invernales.
Helgrindr (cercado de Hel) es en la mitología nórdica el muro que rodea el reino de los muertos, y es el nombre de estos franceses que adoptan una imagen muy nórdica en cuanto a estética y música, apareciendo sus miembros en la fotografía de la contraportada en la nieve y portando armas antiguas. Aunque la portada muestra algo menos norteño, pues es nuestro alcázar de Segovia (el mismo que vemos en portadas de Tartaros y Uruk-Hai).
Este álbum de 1999 ha sido una de las mejores recomendaciones recientes que he recibido, y la amiga que me lo dio a conocer opinó con acierto que suenan como a un cruce entre Forsth y Dismal Euphony, a lo que yo añadiría también aires helados de Vordven.
Esto se traduce en un Black Sinfónico con deliciosamente modesta producción noventera en la que la distorsión de los riffs se abre paso a través de densas capas de sinfonías a las nevadas. La bruma sobre los canales helados se materializa en los teclados, que suelen consistir en un aura difuminada aunque incluyendo frágiles pianos, siendo en conjunto con las guitarras una mortaja de punzante frío que nos remite a sueños de diciembre con su silenciosa estampa de naturaleza aletargada.
La voz desgarrada por cristales de hielo encuentra ocasionalmente un contrapunto femenino (además de las narraciones masculinas); la voz de esta ondina resulta bastante discreta, casi como si musitase más que recitar, de una manera tan fría como agua pura de arroyo de montaña, una poesía tan fantasmagóricamente gélida como bella.
Insisto en que forma parte del mejor material que he descubierto recientemente, y he comprobado por mí mismo lo indescriptible que resulta su escucha en sesiones que incluyen otros escarchados productos como Forsth, Vordven, Faerghail, Vinterriket, ColdWorld, Forest Silence y Antestor, e incluso con bandas ajenas al Black Metal y cercanas en cambio al Doom Metal (pero igualmente invernales) como Kauan y Forest Stream.
Ya ansío conseguir mi copia original, mientras tanto os dejo con este interludio prosaico para soñar una tarde de invierno.
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