No olvidemos que los proyectos paralelos de grupos reconocidos llegan a ser realmente interesantes, como en este caso del trabajo en solitario del guitarrista de Draconian, Johan Ericson, donde se recrea en sonidos más extremos y asfixiantes del Doom que en su banda principal.
Este “Aeternum Vale” (“adiós para siempre” en latín) fue su debut lanzado en 2006, el mismo año en que Draconian lanzó su EP “The Burning Halo” y donde curiosamente mostraron un sonido más Doom que nunca, y algunos nos preguntamos si tal vez tendría algo que ver la influencia de este proyecto de Ericson.
Eso no lo puedo saber seguro, pero lo que sí podemos comprobar es que aquí degustamos un buen Funeral Doom muy cercano al Doom-Death convencional, estando más o menos entre esas dos propuestas. Su mayor influencia Funeral, desde mi punto de vista, es Shape of Despair con su sonido accesible más o menos dentro de los límites de su monolítico estilo, y veo mucho Doom-Death de bandas como Mourning Beloveth o Saturnus por ejemplo.
Así que nos topamos con ritmos plomizos y guitarras pesadísimas que se permiten algunos arranques dinámicos e incluso algún solo, de manera que algo de melodía escapa de entre tanto dolor y ambiente sombrío, siendo inevitable algún pequeño ramalazo de Draconian. Los teclados no están tan prominentes como en otros grupos como los citados Shape of Despair, más bien realzando la oscuridad de las guitarras pétreas y aportando un lúgubre telón de fondo, aunque tienen sus momentos como esos toques casi épicos.
La voz de este señor es toda una gutural feral a la altura de osos como el de Process of Guilt, que atraviesa la densa capa de riffs y teclados para resonar con la potencia de la horrenda voz del rechazo. Lo que no me gusta demasiado es la presencia de ocasionales voces melódicas, y en menos ocasiones aún hay unas pocas femeninas discretas. Por suerte las voces limpias no son tan abundantes como en el segundo disco de 2008, donde se excedieron para mi gusto personal.
Ya que cito su posterior disco, “Dead words speak”, me resigno a no esperar nada más de este proyecto en la onda del debut, que os dejo recomendado si no lo conocéis aún, porque no aporta originalidad pero sí calidad.
Este “Aeternum Vale” (“adiós para siempre” en latín) fue su debut lanzado en 2006, el mismo año en que Draconian lanzó su EP “The Burning Halo” y donde curiosamente mostraron un sonido más Doom que nunca, y algunos nos preguntamos si tal vez tendría algo que ver la influencia de este proyecto de Ericson.
Eso no lo puedo saber seguro, pero lo que sí podemos comprobar es que aquí degustamos un buen Funeral Doom muy cercano al Doom-Death convencional, estando más o menos entre esas dos propuestas. Su mayor influencia Funeral, desde mi punto de vista, es Shape of Despair con su sonido accesible más o menos dentro de los límites de su monolítico estilo, y veo mucho Doom-Death de bandas como Mourning Beloveth o Saturnus por ejemplo.
Así que nos topamos con ritmos plomizos y guitarras pesadísimas que se permiten algunos arranques dinámicos e incluso algún solo, de manera que algo de melodía escapa de entre tanto dolor y ambiente sombrío, siendo inevitable algún pequeño ramalazo de Draconian. Los teclados no están tan prominentes como en otros grupos como los citados Shape of Despair, más bien realzando la oscuridad de las guitarras pétreas y aportando un lúgubre telón de fondo, aunque tienen sus momentos como esos toques casi épicos.
La voz de este señor es toda una gutural feral a la altura de osos como el de Process of Guilt, que atraviesa la densa capa de riffs y teclados para resonar con la potencia de la horrenda voz del rechazo. Lo que no me gusta demasiado es la presencia de ocasionales voces melódicas, y en menos ocasiones aún hay unas pocas femeninas discretas. Por suerte las voces limpias no son tan abundantes como en el segundo disco de 2008, donde se excedieron para mi gusto personal.
Ya que cito su posterior disco, “Dead words speak”, me resigno a no esperar nada más de este proyecto en la onda del debut, que os dejo recomendado si no lo conocéis aún, porque no aporta originalidad pero sí calidad.
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