Un horrendo y aborrecible espíritu emerge de una infecta charca de pestilencia estancada. Vaya si es uno de esos casos en los que el dibujo de la portada nos aproxima al sonido contenido en el CD.
Este dibujo de Kristian Wahlin (conocido como Necrolord), gran artista tras portadas de Emperor, Dissection, Bathory, Morbid, Tiamat, Therion, Dark Funeral y Graveworm entre otros, nos transporta a esa época en la que aún (por fortuna) no existía la actual tendencia de hacer portadas con photoshop, y a eso es a lo que suena este álbum, a material a la vieja usanza.
Cemetary acabaron por sucumbir al sonido gótico pero, como tantos otros grupos así, tuvieron unos comienzos más ásperos y este debut de 1992 nos ofrece una buena ración de Death Metal sueco al estilo de Entombed, Dismember o God Macabre.
Estamos hablando por tanto de una producción noventera, en la que se distingue bien el sonido de los instrumentos, pero con un aura sombría como pocas que dota a las crujientes guitarras de una densidad y oscuridad como la lava solidificada.
Nunca llega a ser un disco realmente rápido y apabullante, siendo más un producto con variedad de ritmos que se encuentra a gusto con partes a medio tiempo e incluso con partes lentas bastante doomies. No tienen miedo de emplear con buen gusto, al igual que God Macabre, unos ocasionales teclados que acentúan ciertas partes, siendo junto con las pocas acústicas un recurso muy medido, pero excelentemente utilizado para transmitir mayores atmósferas de otro mundo.
La voz no es la propia de un monstruo cavernario que aterroriza desde profundidades inescrutables, pero es más gutural que la de esos grupos suecos con vocalistas semi-guturales que nunca me han gustado personalmente.
Me imagino que los fans del Death Metal más acérrimos ya lo conocían, o incluso que quien al escuchar su viejo material escogiese su segundo “Godless Beauty” (recomendable, por cierto), pero aún puede darse el caso de quien esté ampliando su repertorio y dará con un gran trabajo.
Este dibujo de Kristian Wahlin (conocido como Necrolord), gran artista tras portadas de Emperor, Dissection, Bathory, Morbid, Tiamat, Therion, Dark Funeral y Graveworm entre otros, nos transporta a esa época en la que aún (por fortuna) no existía la actual tendencia de hacer portadas con photoshop, y a eso es a lo que suena este álbum, a material a la vieja usanza.
Cemetary acabaron por sucumbir al sonido gótico pero, como tantos otros grupos así, tuvieron unos comienzos más ásperos y este debut de 1992 nos ofrece una buena ración de Death Metal sueco al estilo de Entombed, Dismember o God Macabre.
Estamos hablando por tanto de una producción noventera, en la que se distingue bien el sonido de los instrumentos, pero con un aura sombría como pocas que dota a las crujientes guitarras de una densidad y oscuridad como la lava solidificada.
Nunca llega a ser un disco realmente rápido y apabullante, siendo más un producto con variedad de ritmos que se encuentra a gusto con partes a medio tiempo e incluso con partes lentas bastante doomies. No tienen miedo de emplear con buen gusto, al igual que God Macabre, unos ocasionales teclados que acentúan ciertas partes, siendo junto con las pocas acústicas un recurso muy medido, pero excelentemente utilizado para transmitir mayores atmósferas de otro mundo.
La voz no es la propia de un monstruo cavernario que aterroriza desde profundidades inescrutables, pero es más gutural que la de esos grupos suecos con vocalistas semi-guturales que nunca me han gustado personalmente.
Me imagino que los fans del Death Metal más acérrimos ya lo conocían, o incluso que quien al escuchar su viejo material escogiese su segundo “Godless Beauty” (recomendable, por cierto), pero aún puede darse el caso de quien esté ampliando su repertorio y dará con un gran trabajo.
2 comentarios:
excelente aporte
Este material es una joya. A mi personalmente la nueva generacion de Death Metal no me agarada mucho. Larga vida a la vieja escuela.
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