En el 2006 pudimos asistir al retorno de una de las mejores bandas de Doom Metal, con un álbum con el que estos daneses volvieron bastante al Doom de sus inicios tras su impregnado de Gothic "Martyre". Pero para conocerlos en todo su esplendor doomster contamos con este soberbio debut que no deja indiferente a todo amante del estilo.
Es sabido que los debuts de Doom Metal suelen constituir el material más duro de estos grupos, mostrando por lo general unos inicios de pesado Doom-Death que evoluciona a través de su discografía o se suaviza, quedando siempre algunos que se mantienen en ello. Pues este álbum debut es altamente atmosférico y melódico además de ser el disco más Doom y pesado de los daneses, ya que mantiene rasgos duros como riffs pesados y una voz gutural casi todo el tiempo (en discos posteriores aparece una voz a lo Darren White) junto a una gran presencia de teclados, entre ellos unos preciosos pianos.
Los teclados constituyen una constante y etérea aura en consonancia con lo que vemos en la portada: el crudo invierno envolviendo la frágil imagen del pequeño cadáver de un ciervo; fugacidad, soledad, delicadeza... esta atmósfera de bella decadencia se condensa tanto en esa imagen como en la música dominada por la profundísima voz gutural de Thomas Jensen, una de las mejores de ese tipo que jamás he oído, tornándose a veces en las típicas narraciones que encontramos en discos así. Ese aire de abandono en pleno bosque nos es recordado al empezar y acabar todas las canciones con el canto de las aves.
Es para mí un disco indispensable junto al "Reason" de Officium Triste o "Ruin" de Necare, discos que considero similares. Mucha gente tiene por favorito alguno de los otros dos discos posteriores, pero a mí me gusta más éste por ser el más sinfónico y gutural, cuestión de gustos, así que tú decides.
1 comentario:
Muchas gracias por el álbum. Saludos cordiales.
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