viernes, 19 de enero de 2024

DEPARTURE CHANDELIER - Satan Soldier Of Fortune

 



Desde que esta banda norteamericana (con músicos de Estados Unidos y Canadá) debutara en 2019 me llamó la atención, me pareció un disco más que aceptable y pensaba en reseñarlo cuando retomé la actividad en el blog. A esto añadamos que, apenas comenzado el actual año 2024, ya tenemos un segundo disco que he terminado por escoger al ser novedad.

Nos demuestran que se puede incluir perfectamente la temática napoleónica dentro del Black Metal, y no solamente porque encajen en sus sonoridades esos conceptos bélicos, déspotas y de egolatría que lleva a un individuo a auto coronarse como emperador y casi divinidad. No solamente está ese trasfondo imperial que desoló Europa y cometió rapiña en otros territorios como el milenario Egipto, este grupo sabe enlazarlo con la clásica imaginería satánica del Black Metal al inspirarse en la idea de que Napoleón Bonaparte fue profetizado como el Anticristo.

Sobre esta concepción elaboran un Black Metal que igualmente bebe de Darkthrone y de las fuentes francesas de Las Legiones Negras como de sonidos crudos más actuales, ya que estos músicos no son para nada ajenos a la escena blacker y provienen de bandas como Akitsa.
Tras la clásica intro, dicho sea de paso que manejan bien los temas instrumentales con un toque muy noventero, da comienzo la andanada de guitarras zumbantes y violencia vocal. Me resulta satisfactoriamente curioso que esta banda sabe crear riffs pegadizos en medio de toda esa infección blacker con tiempos variados y retazos sinfónicos. Hay que aclarar a este último respecto que no podríamos considerarlo como Black Sinfónico, ya que más bien utilizan los teclados como un respaldo ambiental y épico en los momentos que así estiman, haciendo que el álbum pueda dejar un buen regusto a los viejos Gehenna o, sobre todo, a los discos griegos de antaño.

Me hubiese gustado, por poner un pero, que la voz fuese más raspada y pútrida en consonancia con el crujido de las guitarras, y tal vez un poco más de esos teclados tan bien ejecutados, aunque esto va por gustos personales y el disco tal cual es merece ser escuchado. La portada con el cuadro de Jean-Auguste-Dominique Ingres representa fielmente su contenido musical con ese Black Metal de imperial arrogancia y satánica asimilación.







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