Como contrapunto a la anterior reseña, esto ya sí es material brasileño de los años 90. Murder Rape es una banda bastante mítica de la escena de Brasil, aunque yo reconozco haber escuchado solamente este disco de 1996 que suena sin duda a lo que se tocaba por aquellos años.
Viendo el aspecto que por entonces lucían sus músicos bien ataviados de corpse-paint y demás parafernalias, y la estética del artwork, nos hacemos a la idea desde el principio de que aquí priman los clichés satánicos y oscuros del Black Metal. Pero nada más empezar a sonar el primer tema se disipan las ideas iniciales que nos predisponen a una violenta descarga de blast-beats de batería con guitarras furiosas porque resulta que este disco está totalmente basado en los medios tiempos y la lentitud.
Que no se confunda nadie evocando el Doom Metal por hablar de música lenta, donde los doomster desprenden gimientes melodías aquí sigue habiendo aspereza blacker con guitarras rudas y recubiertas de toda la mugre lodosa que una turbia producción noventera le puede conceder.
A mí esto me recuerda personalmente a cuando Samael tocaban Black Metal lento en sus primeros tiempos, incluyendo la producción y las voces bastas. Hablando de las voces, son tal vez lo que menos me llame la atención del álbum al ser unas voces de arenosa tosquedad bastante simples, aunque transmiten sin duda fiereza y también agreguen alguna gutural muy ocasional.
No llamaría para nada sinfónico a este disco, los teclados aparecen de cuando en cuando y como respaldo ambiental, pero resultan efectivos con su atmósfera lóbrega y a veces suena un órgano que siempre para mi gusto aporta ese toque ocultista y de liturgia tenebrosa. Esto último resalta especialmente en el tema final del CD, haciendo que esa unión entre órganos y ritmos pausados suene como una marcha fúnebre.
No es de mis discos favoritos, pero ahí está para cuando apetece una dosis de la vieja escuela.
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