Con esta portada que parece casi de Black Countess (aunque las chicas enseñarían más sus encantos si fueran portada del grupo ruso) está un disco que por fin podemos escuchar después de tantos años sin que fuera filtrado ni la posibilidad de que yo pudiera comprarlo, cosa curiosa en un disco del 2006, que bastante ha llovido ya.
Y con lo que a mí me gusta el Black Sinfónico francés, aquí tengo una nueva adición al estupendo repertorio que ya conozco con Love Lies Bleeding, AevLord, Epic, The Eternal Blade, Praeda o Seth.
No difieren mucho estos Draupnir (aún se me hace raro que usen nombres vikingos bandas sin relación con el Viking o el Pagan) de los otros grupos mencionados, aunque quizás con menos hincapié en el sinfonismo como para con Seth, siendo un álbum donde los teclados forman parte de un equilibrado conjunto y aportan melodía a una buena base guitarrera.
Sin pretensiones virtuosas, gustan de tocar bien sus instrumentos, haciendo que las ásperas guitarras vayan más allá de formar paredes de guitarrazos y creen algunas interesantes líneas, al igual que la batería no se queda en tocar a piñón como harían tantas otras bandas.
Engalanando el disco tenemos los infaltables teclados de un conjunto sinfónico, que no siempre aparecen y suelen ser pianos con ese toque de fragante decadencia de grupos de países no escandinavos, y algunos otros estilosos recursos como el clavicordio, un humilde órgano o esos sintetizadores al estilo Black Countess. Y ojo al detalle del tema instrumental, donde encontraréis un homenaje a Tchaikovsky.
El último elemento a comentar es la voz, en todo momento una rasgada bastante tosca para tratarse de un elegante disco sinfónico con pianos, curioso contraste cuanto menos, con muy poca variación como por ejemplo una recitación femenina y gemidos en el tema de título en francés.
Si te gusta lo sinfónico como en mi caso, y además con pianos, bien recibido sea este disco donde los pétalos cubren y perfuman perversiones insospechadas.
Y con lo que a mí me gusta el Black Sinfónico francés, aquí tengo una nueva adición al estupendo repertorio que ya conozco con Love Lies Bleeding, AevLord, Epic, The Eternal Blade, Praeda o Seth.
No difieren mucho estos Draupnir (aún se me hace raro que usen nombres vikingos bandas sin relación con el Viking o el Pagan) de los otros grupos mencionados, aunque quizás con menos hincapié en el sinfonismo como para con Seth, siendo un álbum donde los teclados forman parte de un equilibrado conjunto y aportan melodía a una buena base guitarrera.
Sin pretensiones virtuosas, gustan de tocar bien sus instrumentos, haciendo que las ásperas guitarras vayan más allá de formar paredes de guitarrazos y creen algunas interesantes líneas, al igual que la batería no se queda en tocar a piñón como harían tantas otras bandas.
Engalanando el disco tenemos los infaltables teclados de un conjunto sinfónico, que no siempre aparecen y suelen ser pianos con ese toque de fragante decadencia de grupos de países no escandinavos, y algunos otros estilosos recursos como el clavicordio, un humilde órgano o esos sintetizadores al estilo Black Countess. Y ojo al detalle del tema instrumental, donde encontraréis un homenaje a Tchaikovsky.
El último elemento a comentar es la voz, en todo momento una rasgada bastante tosca para tratarse de un elegante disco sinfónico con pianos, curioso contraste cuanto menos, con muy poca variación como por ejemplo una recitación femenina y gemidos en el tema de título en francés.
Si te gusta lo sinfónico como en mi caso, y además con pianos, bien recibido sea este disco donde los pétalos cubren y perfuman perversiones insospechadas.
1 comentario:
me parece muy buena reseña
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