Toca cambio de registro, tras varias entradas de Black Sinfónico ahora pasemos al Death Metal para conocer una de las novedades más interesantes de este 2010, año que está sorprendiendo a muchos y aún tiene que descubrir algunos nuevos álbumes del estilo con buenas perspectivas (Blaspherian y Necros Christos por ejemplo).
Esto es el primer trabajo completo de una banda estadounidense que está siendo muy comparada con Incantation, y en mi opinión el parecido es palpable, pues tras esta críptica portada (obra del mismo artista que anda tras portadas de Inquisition) aparecen canciones cortadas por ese patrón de sucia velocidad con frecuentes partes de lentitud asfixiante.
La batería se maneja muy bien con la rapidez que aplasta huesos con fruición pero, al igual que bandas como los mexicanos Cenotaph o los mencionados Incantation, es en las partes pesadamente lentas donde este disco brilla con reflejos mortecinos. Las guitarras tienen un sonido tan grave que esa distorsión supura mugre pura, y al igual que algunos compatriotas suyos (Funebrarum o Imprecation, por decir un par) para colmo tienen ese toque mohoso de las cadaverinas bandas nórdicas como Rippikoulu o Moondark que acaba de hacer que todo resuene como un ritual cavernario.
Unos escasos teclados aportan un toque de atmósfera, pero en contadísimas ocasiones, y la voz ya por sí misma es un elemento muy atmosférico porque la gutural resulta tan abisal que parece que es lo que dice el título del disco, nacida en una cripta.
Este resurgir del Death Metal de la vieja escuela está siendo fructífero, y a lo mejor puede ser una moda pero ojalá que siga dando bandas y discos así, que aún habrá para rato.
Esto es el primer trabajo completo de una banda estadounidense que está siendo muy comparada con Incantation, y en mi opinión el parecido es palpable, pues tras esta críptica portada (obra del mismo artista que anda tras portadas de Inquisition) aparecen canciones cortadas por ese patrón de sucia velocidad con frecuentes partes de lentitud asfixiante.
La batería se maneja muy bien con la rapidez que aplasta huesos con fruición pero, al igual que bandas como los mexicanos Cenotaph o los mencionados Incantation, es en las partes pesadamente lentas donde este disco brilla con reflejos mortecinos. Las guitarras tienen un sonido tan grave que esa distorsión supura mugre pura, y al igual que algunos compatriotas suyos (Funebrarum o Imprecation, por decir un par) para colmo tienen ese toque mohoso de las cadaverinas bandas nórdicas como Rippikoulu o Moondark que acaba de hacer que todo resuene como un ritual cavernario.
Unos escasos teclados aportan un toque de atmósfera, pero en contadísimas ocasiones, y la voz ya por sí misma es un elemento muy atmosférico porque la gutural resulta tan abisal que parece que es lo que dice el título del disco, nacida en una cripta.
Este resurgir del Death Metal de la vieja escuela está siendo fructífero, y a lo mejor puede ser una moda pero ojalá que siga dando bandas y discos así, que aún habrá para rato.
3 comentarios:
hola, me gustaría ver en sus palabras un análisis de nuevo disco de Dimmu Borgir (Abrahadabra)
Yo deseo contar con el crítico como colaboración en mi web!Te animas?Me encanta tu trabajo!
Veo que tienes una web en la que se anuncia un zine, ¿es ésa? Cuéntame qué tendría que hacer yo y me lo pienso, ¡la idea me gusta!
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