Vayamos con un disco de Black Sinfónico de Estados Unidos, uno con esa característica atmósfera de abismos cósmicos que otras bandas estadounidenses (véase Veneficum, Inquinok y Vesperian Sorrow por ejemplo) adoptan de los grupos noruegos como Limbonic Art o Arcturus y la pasan por su propio tamiz.
Es su único trabajo editado hasta la fecha (tras una demo), de ese año tan bueno en nuevos lanzamientos que fue el 2006, en el que muestran una curiosa armonía entre rudeza y melodía, entre sobriedad y sinfonismo.
Puede extrañar eso, pero así es, porque sus guitarras tienen el típico trémolo del Black Metal y la producción hace que suenen lejanas, pero sin caer en mucha repetición y sin ser crudas realmente.
La batería no es que sea lenta, pero por la producción no sentimos que el ritmo nos aplaste el cráneo, sino que más bien se tiene la sensación de estar sumergidos en una atmósfera ajena.
Pasando a los teclados, tienen muchísima presencia y son parte importantísima de las canciones, pero nunca llegan a ser muy prominentes ni bombásticos, en lugar de barroquismo tienen cierta elegante sobriedad y más bien forman un escenario de épica fantástica a modo de banda sonora; recuerda a las ambientaciones de alguna película antigua con elementos míticos como ya dije al hablar una vez de Vesperian Sorrow.
No obstante, hay momentos que llaman la atención en la atmósfera general, como cuando el tema “Proclaiming The Throne Of Wisdom” comienza con unas notas de piano, o unos pocos toques acústicos.
La voz también tiene el punto de ensoñación astral, sin sobresalir en la producción con su tono raspado que acompaña a los instrumentos en su labor ambiental, y en la instrumental final aparece una voz narrada como tantas veces hemos oído en grupos así.
En fin, os dejo con un disco que viene bien para momentos de relajación transitoria, como cuando oyes a Bishop of Hexen o Summoning, porque tiene un aire añejo pese a ser de un año tan reciente.
Es su único trabajo editado hasta la fecha (tras una demo), de ese año tan bueno en nuevos lanzamientos que fue el 2006, en el que muestran una curiosa armonía entre rudeza y melodía, entre sobriedad y sinfonismo.
Puede extrañar eso, pero así es, porque sus guitarras tienen el típico trémolo del Black Metal y la producción hace que suenen lejanas, pero sin caer en mucha repetición y sin ser crudas realmente.
La batería no es que sea lenta, pero por la producción no sentimos que el ritmo nos aplaste el cráneo, sino que más bien se tiene la sensación de estar sumergidos en una atmósfera ajena.
Pasando a los teclados, tienen muchísima presencia y son parte importantísima de las canciones, pero nunca llegan a ser muy prominentes ni bombásticos, en lugar de barroquismo tienen cierta elegante sobriedad y más bien forman un escenario de épica fantástica a modo de banda sonora; recuerda a las ambientaciones de alguna película antigua con elementos míticos como ya dije al hablar una vez de Vesperian Sorrow.
No obstante, hay momentos que llaman la atención en la atmósfera general, como cuando el tema “Proclaiming The Throne Of Wisdom” comienza con unas notas de piano, o unos pocos toques acústicos.
La voz también tiene el punto de ensoñación astral, sin sobresalir en la producción con su tono raspado que acompaña a los instrumentos en su labor ambiental, y en la instrumental final aparece una voz narrada como tantas veces hemos oído en grupos así.
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1 comentario:
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